Prevención secundaria

Se demostró que el tratamiento profiláctico con lactulosa es eficaz para evitar la recurrencia de la EH en pacientes con cirrosis.[1][5] Debe administrarse lactulosa de forma crónica a pacientes (con tolerancia a la lactulosa) que presenten cirrosis/hipertensión portal y un episodio previo o episodios recurrentes de EH.

Los pacientes deben recibir asesoramiento sobre cómo ajustar la lactulosa para lograr su número objetivo de evacuaciones intestinales por día. Un estudio informó que la falta de ajuste adecuado de la lactulosa era una de las razones más frecuentes de los reingresos prevenibles en los hospitales.[64]

La rifaximina previene eficazmente la recurrencia de la EH y es un tratamiento complementario recomendado a la lactulosa para la profilaxis secundaria tras ≥1 episodio de EH manifiesta en los 6 meses siguientes al primero en pacientes con EH episódica.[1][2] En un ensayo aleatorizado controlado, un ciclo de 6 meses de rifaximina redujo el riesgo de recidiva e ingreso hospitalario por EH en pacientes con EH recurrente.[39] Una revisión sistemática y un metanálisis determinaron que la rifaximina presentaba un efecto beneficioso en la prevención secundaria de la enfermedad, la recuperación total de la enfermedad y la letalidad.[32]

No hay evidencias sólidas que guíen la decisión de si debe interrumpirse el tratamiento profiláctico de la EH, ni en qué momento. Las guías de práctica clínica recomiendan que, si el estado hepático y nutricional han mejorado y se han controlado los factores precipitantes, puede considerarse la interrupción del tratamiento de la EH de forma individual.[2]

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