Prevención primaria

Se ha sugerido que la actividad física es un mecanismo de prevención del TAG. Un metanálisis de estudios prospectivos encontró que los pacientes con una mayor actividad física referida por el propio paciente presentaban probabilidades significativamente menores de desarrollar un trastorno de ansiedad incidente, en comparación con una menor actividad física referida por el propio paciente, pero el análisis de subgrupos no demostró ningún efecto significativo sobre la incidencia del TAG.[43]

En niños con un factor de riesgo de padecer un trastorno de ansiedad (ansiedad de los padres) existen evidencias de que las intervenciones preventivas de terapia cognitivo-conductual se asocian con una reducción de los síntomas de ansiedad, así como con un menor riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad.[44][45]

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