Antecedentes de caso
Antecedentes de caso
A una niña de raza negra de 10 años de edad fue examinada por su médico de medicina general durante un chequeo infantil de rutina. Se observó que era muy alta para su edad (estatura >percentil 95) y tenía obesidad (índice de masa corporal >95%). En la exploración física, se determinó que presentaba acantosis pigmentaria en cuello y axilas, además de una infección vaginal por hongos. Se observó que estaba en la etapa 3 de la escala de Tanner para el desarrollo de mamas y vello púbico. El análisis de orina reveló una glucosuria significativa con resultados negativos para proteínas y cetonas. Un análisis de glucemia al azar, obtenido a causa de la glucosuria, fue de 19.4 mmol/L (349 mg/dL). Los antecedentes familiares revelaron que ambos padres tenían obesidad y que su madre padeció diabetes gestacional durante sus dos últimos embarazos. Los abuelos maternos presentan diabetes mellitus de tipo 2, así como también varios tíos y tías maternos y paternos. El abuelo materno sufrió un infarto de miocardio a la edad de 48 años y tiene hipertensión e hipercolesterolemia. El padre de la niña se sometió a una cirugía de bypass coronario a los 42 años de edad
Otras presentaciones
Aunque la mayoría de los niños tienen sobrepeso (índice de masa corporal [IMC] percentil 85 a 95 para edad y sexo) u obesidad (IMC > percentil 95) en el momento del diagnóstico, algunos no tendrán sobrepeso.[2] Hasta un 33% de los niños presenta cetonuria y entre el 5% y el 25% presenta cetoacidosis en el momento del diagnóstico.[3] La mayoría son diagnosticados a partir de los 10 años, pero aquellos que pertenecen a las poblaciones de alto riesgo (es decir, descendientes de grupos raciales/étnicos con predisposición, obesidad y antecedentes familiares fuertes) pueden presentar la enfermedad desde incluso los 4 años de edad.[4] Se cree que la pubertad empeora la resistencia a la insulina preexistente en niños con obesidad y la mayoría de los niños se encuentra en la mitad o en la última etapa de la pubertad en el momento del diagnóstico. Existen antecedentes de diabetes mellitus de tipo 2 (DMT2) en el 74% al 100% de parientes de primer o segundo grado de los niños.[4] La acantosis pigmentaria es común en el momento de la presentación, al igual que la apnea del sueño, el síndrome del ovario poliquístico, la hipertensión, la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (anteriormente llamada enfermedad del hígado graso no alcohólico) y la dislipidemia, todas ellas se consideran comorbilidades de la DMT2 relacionada con la obesidad.[5]
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