Complicaciones

Complicación
Calendario
Probabilidad
Corto plazo
baja

Se han informado casos de reactivación de hepatitis B durante o después de la terapia con agentes antivirales de acción directa.[91][113] Ocurre más frecuentemente en pacientes con coinfección con hepatitis B y hepatitis C crónica en comparación con pacientes con infección hepatitis B resuelta.[114]

Antes de iniciar tratamiento con agentes antivirales de acción directa, todos los pacientes deben ser evaluados para la infección de hepatitis B, por la prueba de HBsAg, anticuerpo al antígeno de superficie de hepatitis B (anti-HBs) y anticuerpo al antígeno núcleo de hepatitis B (anti-HBc). Se recomienda la vacunación contra la hepatitis B para todos los individuos susceptibles.[66]

En pacientes con HBsAg positivo, se debe obtener una prueba de ADN del virus de la hepatitis B antes de iniciar el tratamiento. Los pacientes que cumplen los criterios para el tratamiento de la infección activa de hepatitis B deben iniciar la terapia de la hepatitis B al mismo tiempo que inician el tratamiento con antivirales de acción directa, o bien antes de ello. Los pacientes con niveles bajos o indetectables de ADN de la hepatitis B deben ser controlados al menos cada 4 semanas para detectar la reactivación de la hepatitis B (con ADN de la hepatitis B) y, si los niveles de ADN de la hepatitis B cumplen con los criterios para el tratamiento, se debe iniciar la terapia para la hepatitis B.[66]

En los pacientes que dan positivo en las pruebas de anti-HBs o anti-HBc, se debe considerar la reactivación de la hepatitis B en caso de aumentos inexplicables de las enzimas hepáticas durante el tratamiento con antivirales de acción directa, o después del mismo.[66]

A largo plazo
medio

Solamente entre el 2% y el 20% de los infectados crónicos desarrolla cirrosis, generalmente en un periodo aproximado de 20 a 25 años.[63] El riesgo de desarrollar cirrosis se incrementa con la duración de la infección crónica.

Los pacientes con coinfección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y los que beben moderadamente o en exceso pueden avanzar mucho más rápido a la cirrosis.

Cirrosis

A largo plazo
baja

Por lo general, el carcinoma hepatocelular solo se observa en los pacientes infectados por el virus de la hepatitis C (VHC) con cirrosis, pero puede presentarse en pacientes sin cirrosis.[121]

La incidencia en los países occidentales se ha incrementado en las últimas 2 décadas, principalmente debido a la gran cantidad de personas con hepatitis C.[122][123]

Las manifestaciones incluyen dolor abdominal, letargo o pérdida de peso; alternativamente, se puede descubrir carcinoma hepatocelular en estudios por imágenes radiográficas, y puede ser asintomático. Se puede sospechar en pacientes con cirrosis si está descompensada.

El uso de estatinas se ha asociado de forma independiente con un menor riesgo de carcinoma hepatocelular en pacientes con infección por el virus de la hepatitis C.[124][125][126]

Carcinoma hepatocelular

A largo plazo
baja

La infección por el virus de la hepatitis C se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.[127] Los pacientes presentan una mayor prevalencia de enfermedades coronarias y cerebrovasculares. La presencia de cirrosis está directamente asociada al riesgo cardiovascular. Pueden ser necesarias estrategias de prevención del riesgo cardiovascular.[128][129] La respuesta virológica sostenida tras el tratamiento antiviral se asoció con una reducción general del riesgo de enfermedad cardiovascular..[130]

variable
alto

Las manifestaciones reumatológicas de la hepatitis C incluyen mialgia, fatiga, artralgias y artritis.

Las manifestaciones autoinmunitarias incluyen el síndrome de Sjögren.

variable
medio

Las lesiones cutáneas asociadas incluyen porfiria cutánea tarda y liquen plano.[115][116]

variable
medio

Las crioglobulinas son inmunoglobulinas individuales o mixtas que se someten a precipitación reversible a bajas temperaturas. Las crioglobulinas se depositan en la piel, los riñones y las articulaciones. Los pacientes pueden presentar fatiga, artralgias, neuropatía periférica, púrpura palpable o glomerulonefritis.[117]

La variante más común en las personas con hepatitis C es la crioglobulinemia de tipo II (mixta). La probabilidad de crioglobulinemia asintomática es alta, y la de crioglobulinemia sintomática es baja.

Hay evidencia limitada para apoyar el uso de rituximab en combinación con tratamiento antiviral para el tratamiento de la vasculitis cutánea y de los hallazgos de laboratorio. Actualmente no hay suficientes evidencias para determinar la mejor estrategia de tratamiento para esta complicación, al margen del tratamiento antiviral.[118]

[Figure caption and citation for the preceding image starts]: Caso inusual de gangrena digital inducida por crioglobulina y relacionada con hepatitis CAbdel-Gadir A, Patel, K, Dubrey SW. Abdel-Gadir A, Patel, K, Dubrey SW. Cryoglobulinaemia induced digital gangrene in a case of hepatitis C. BMJ Case Reports. 2010 [Citation ends].com.bmj.content.model.Caption@1d61742

variable
baja

La enfermedad renal más común relacionada con la infección por hepatitis C es la glomerulonefritis membranoproliferativa, que puede presentarse con proteinuria, hematuria e incluso edema, hipertensión e insuficiencia renal.[119]

variable
baja

Las manifestaciones oculares incluyen queratoconjuntivitis seca (ojo seco), que puede ser una manifestación del síndrome de Sjögren, y úlcera de Mooren (una ulceración dolorosa y rápidamente progresiva de la córnea).[120] El diagnóstico se realiza por exclusión de otras causas de ulceración corneal.

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