Prevención primaria

La abstinencia alcohólica puede prevenir el desarrollo de EHRA. El consumo de alcohol debe evitarse especialmente en las personas con obesidad, aquellas con infecciones crónicas de hepatitis B o C y las que se han sometido a cirugía de derivación gástrica.[1]​ Las personas con un alto consumo de alcohol deben evitar el tabaco en cualquier forma, ya que tienen un alto riesgo de sufrir cirrosis.[1]

Debe proporcionarse ayuda social a través de Alcohólicos Anónimos, programas de rehabilitación para pacientes hospitalizados y ambulatorios, y asesoramiento individual a los pacientes que sufren dependencia del alcohol.

Prevención secundaria

Debe proporcionarse ayuda social a través de Alcohólicos Anónimos, programas de rehabilitación para pacientes hospitalizados y ambulatorios, y asesoramiento individual a los pacientes que sufren dependencia del alcohol. Todos los pacientes con EHRA deben ser evaluados:

  • Anticuerpos totales contra el virus de la hepatitis A o anticuerpos IgG

  • Anticuerpos de superficie contra la hepatitis B y anticuerpos totales contra el núcleo de la hepatitis B y anticuerpos IgG

  • Anticuerpos contra el virus de la hepatitis C

Si los pacientes no son inmunes, deben ser vacunados contra la hepatitis A. El Advisory Committee on Immunization Practices de EE. UU. recomienda que todos los adultos de 19 a 59 años y los adultos de 60 años o más con EHRA, se vacunen contra la hepatitis B.​[162]​​​ Si el paciente presenta hepatitis C activa o cumple los criterios para el tratamiento de la hepatitis B, se le debe ofrecer tratamiento. También es aconsejable la inmunización frente a Pneumococcus y a la gripe. Si se presenta un cuadro de cirrosis, también se recomienda realizar un cribado para el desarrollo de cáncer hepático. La pérdida de peso en pacientes con obesidad y el abandono del hábito de fumar son pasos determinantes y positivos para reducir el riesgo y el avance de la EHRA.

Debe evaluarse la posible hepatotoxicidad de todos los medicamentos. Si un medicamento puede ser hepatotóxico, debe considerarse un fármaco alternativo. Si es absolutamente necesario utilizar un medicamento hepatotóxico, se recomienda tener precaución y realizar una observación exhaustiva. Los pacientes deben ser informados sobre los síntomas de una lesión hepática. Deben realizarse análisis bioquímicos del hígado periódicos (al inicio, antes de comenzar el tratamiento con el medicamento hepatotóxico, y después cada 2 semanas durante el primer mes, una vez al mes durante los siguientes 3 meses y cada 3 meses de ahí en adelante). El medicamento hepatotóxico debe suspenderse si los valores de laboratorio medidos aumentan hasta >2 veces los niveles basales o si el paciente desarrolla síntomas relacionados con el hígado.[163] Debe preguntarse específicamente a los pacientes con EHRA si utilizan terapias alternativas. Debe indicarse a los pacientes que eviten preparaciones herbarias potencialmente hepatotóxicas.

Los pacientes con EHRA pueden utilizar el paracetamol de forma segura en una dosificación de hasta 2 g/día, siempre que coman de manera regular. Los pacientes con EHRA con cirrosis deben evitar el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), debido al aumento de la nefrotoxicidad y el empeoramiento de la ascitis.

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