Algoritmo de tratamiento

Tenga en cuenta que las formulaciones/vías y dosis pueden diferir entre los nombres y marcas de los fármacos, las fórmulas de los fármacos o las localizaciones. Las recomendaciones de tratamiento son específicas para cada grupo de pacientes: ver aviso legal

Agudo

depresión grave, no embarazada: retraso psicótico, suicida y psicomotor grave que impide las actividades de la vida diaria, catatonia o agitación grave

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Primera línea – 

derivación psiquiátrica ± ingreso hospitalario + antidepresivo

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

Derive el paciente a un psiquiatra. La evaluación del riesgo de suicidio es crucial. Considere la idoneidad del ingreso hospitalario si los pacientes: presentan ideación suicida o tendencias suicidas importantes y no tienen contención adecuada en su entorno familiar; tienen la intención de herir a otros; no se pueden cuidar a sí mismos ni cumplir con el tratamiento; tienen síntomas psicóticos; o tienen agitación descontrolada que se acompaña de riesgo de comportamiento impulsivo. Si el paciente no está dispuesto a ser hospitalizado, entonces se debe solicitar el apoyo familiar y, si es necesario, ejercer los medios legales para forzar el tratamiento.

Los pacientes agitados requieren altos niveles de atención debido a la mayor angustia emocional y al riesgo de violencia impulsiva que presentan. El impedimento severo para realizar las actividades de la vida diaria debido a catatonia o retraso psicomotor aumenta la gravedad de la depresión, ya que los pacientes inertes y postrados, o que no ingieren sustento adecuado corren el riesgo de un deterioro de la salud mientras se espera una respuesta a la farmacoterapia. Estos pacientes pueden requerir cuidados de enfermería intensivos.

La terapia antidepresiva suele ser la opción de primera línea en la mayoría de los pacientes. La terapia electroconvulsiva (TEC) es el tratamiento de primera línea en algunos casos graves, pero cuando la TEC inmediata no está indicada o no es una opción, la farmacoterapia antidepresiva es crucial.

Los antidepresivos generalmente usados incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) (p. ej., citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina, sertralina), inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina (IRSN) (p. ej., desvenlafaxina, duloxetina, levomilnaciprán, venlafaxina) y otros antidepresivos atípicos (p. ej., bupropión, mirtazapina, vilazodona, vortioxetina, reboxetina y agomelatina).

No se han demostrado diferencias significativas en cuanto a la seguridad o la eficacia entre los antidepresivos, aunque en un metanálisis de gran tamaño muestral se han revelado algunas diferencias en la comparación de su eficacia y aceptabilidad y estas podrían considerarse como uno de los muchos factores que deben tomarse en consideración durante la elección del tratamiento.[114][117] En un metanálisis se encontró que el escitalopram era el más eficaz entre los ISRS.[120] Según un metanálisis diferente de los datos de pacientes individuales de 15 ensayos controlados de tratamiento en fase aguda de la depresión mayor, la mirtazapina puede ser más rápidamente eficaz que los ISRS.[121] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

La elección del fármaco se debe basar en las preferencias del paciente, su tolerabilidad y los indicios anteriores de eficacia en el paciente. Algunos médicos también pueden adoptar un umbral más bajo para considerar el tratamiento con un antidepresivo que ha demostrado ser eficaz en un miembro de la familia. Una razón de esto es que una persona que haya visto a un miembro de la familia responder a un medicamento en particular puede encontrar el tratamiento con este fármaco más aceptable y puede tener más expectativas de recuperación. Esto no es, sin embargo, un abordaje basado en la evidencia; los avances en farmacogenómica (que examinan el impacto de factores genéticos hereditarios en la eficacia del tratamiento y la tolerabilidad de cada paciente) pueden llegar a proporcionar aclaraciones, pero el análisis farmacogenómico todavía no se recomienda para su uso generalizado.[292]

Aunque el resultado neto de la respuesta antidepresiva es una reducción significativa en la ideación suicida, existen cierta evidencia de un aumento del comportamiento suicida en las primeras semanas de tratamiento, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, y en aquellos con dosis iniciales relativamente altas.[112][126][127][128] Algunas evidencias sugieren que los adolescentes y los adultos jóvenes son especialmente proclives a experimentar un aumento de los pensamientos suicidas y autolesión.[129][130] Sin embargo, esta asociación no es necesariamente causal y puede ser atribuible a factores de confusión.[131] Los resultados de un metanálisis de gran tamaño muestral sugieren que en los adultos menores de 25 años, el riesgo de aparición y de empeoramiento de ideas de suicidio pueden aumentarse en 3-6 semanas de tratamiento (pero no en las semanas 1 - 2), que es más adelante de lo que ha sido sugerido por otros estudios.[132]

Determine la dosis de antidepresivos basándose en el rango de dosis objetivo que se conoce. Dentro de los rangos recomendados para varios antidepresivos de segunda generación comúnmente utilizados (ISRS, venlafaxina y mirtazapina) se ha demostrado que, en una población, la correlación entre la eficacia de las dosis se aplana o disminuye alrededor del punto medio, en parte debido a la disminución de la tolerabilidad a dosis más altas.[122] No se recomienda el tratamiento con dosis altas de ISRS para la depresión en pacientes refractarios al tratamiento con dosis medias.[123] En una minoría de pacientes, las pruebas farmacogenómicas pueden indicar el uso de una dosis baja o alta dependiendo del genotipo. En general, no existen pruebas para apoyar el aumento sistemático de la dosis por encima del rango de dosis establecido.[124] Se requiere precaución cuando se prescribe para adultos mayores de 65 años debido a un mayor riesgo de efectos secundarios y un mayor uso de medicación concurrente en esta población. Por lo general, los médicos deben comenzar con la dosis más baja y aumentar la dosis lentamente.[63]

Realice un seguimiento de los pacientes de 1 a 2 semanas después de iniciar el tratamiento, y a continuación, de forma mensual durante las siguientes 12 semanas. Si prefiere la evaluación sistemática, utilice el cuestionario sobre la salud del paciente de 9 puntos (Patient Health Questionnaire-9, PHQ-9) para evaluar los cambios en la gravedad de los síntomas. Ajuste la dosis de antidepresivo hasta el máximo tolerado en pacientes que presentan una respuesta parcial después de 2 a 4 semanas. Los pacientes pueden empezar a mostrar una respuesta en las primeras 1 ó 2 semanas de tratamiento; sin embargo, una quinta parte de los que no han respondido previamente pueden empezar a hacerlo después de la quinta semana.[133] El éxito del tratamiento antidepresivo hasta el punto de la remisión de todos los síntomas puede tardar de 6 a 8 semanas. Una disminución en un 50% en la puntuación de los síntomas constituye una respuesta adecuada, y un cambio de entre el 25% y 50% en la puntuación de los síntomas puede indicar la necesidad de modificar el tratamiento.

Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes con recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido.

Opciones primarias

citalopram: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 40 mg/día

O

escitalopram: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 20 mg/día

O

fluoxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 80 mg/día; las dosis >20 mg/día se pueden administrar en 2 dosis fraccionadas.

Más

O

paroxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 50 mg/día; 25 mg por vía oral (liberación controlada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 62.5 mg/día

O

sertralina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 200 mg/día

O

desvenlafaxina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día; las dosis >50 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

duloxetina: 40-60 mg/día administrados inicialmente por vía oral en 1-2 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día; las dosis >60 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

levomilnacipran: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente durante 2 días, aumente a 40 mg una vez al día, después aumente gradualmente de acuerdo con la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día

O

venlafaxina: 75 mg/día por vía oral (liberación inmediata) inicialmente administrados en 2-3 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día; 75 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día

O

bupropion: 100 mg por vía oral (liberación inmediata) dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día en 2-3 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación sostenida) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día en 2 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día

O

mirtazapina: 15 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 45 mg/día

O

vilazodona: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 40 mg/día

O

vortioxetina: 5-10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 20 mg/día

Opciones secundarias

agomelatina: 25 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentando gradualmente según la respuesta, máximo 50 mg/día

O

reboxetina: 4 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 12 mg/día

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Considerar – 

manejo inmediato de los síntomas con benzodiazepinas ± antipsicótico

Tratamiento adicional recomendado para ALGUNOS pacientes del grupo seleccionado

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

El tratamiento urgente de los síntomas de trastorno del estado de ánimo tiene como objetivo la estabilización de una situación que, de lo contrario, deja al paciente en peligro de impulsos suicidas o descuido personal extremo, y pone a terceros en peligro debido a un comportamiento impredecible, impulsivo o agresivo. El tratamiento con una benzodiazepina y/o antipsicótico también puede proporcionar alivio inmediato del insomnio, la ansiedad, la agitación y los pensamientos recurrentes y persistentes mientras se espera durante varias semanas a una remisión significativa derivada del tratamiento con antidepresivos.[101]

Debido a que los antipsicóticos tienden a presentar efectos clínicos significativos más rápidamente que los antidepresivos, la decisión de emplear un antipsicótico reviste un carácter más urgente que la de usar un antidepresivo. Presentar un umbral más bajo para añadir un antipsicótico al tratamiento antidepresivo en pacientes con depresión grave en varias circunstancias. Los antidepresivos en solitario pueden no tratar eficazmente los síntomas psicóticos, como los delirios o las alucinaciones.[100]

Los pacientes que presentan catatonia pueden ser tratados con una benzodiazepina (p. ej., lorazepam o clonazepam). Los pacientes con psicosis o agitación grave pueden ser tratados con un antipsicótico (p. ej., risperidona, olanzapina, quetiapina o flufenazina). Los pacientes con agitación leve o ansiedad grave pueden ser tratados con una benzodiazepina y/o un antipsicótico. Los pacientes con insomnio pueden ser tratados con quetiapina o trazodona. Los antipsicóticos son más adecuados cuando existe riesgo de dependencia de las benzodiazepinas.

Dosis según eficacia: si la benzodiacepina o el antipsicótico no produce ningún efecto y se tolera bien, aumente la dosis con precaución hasta el máximo recomendado. Si el tratamiento fracasa con la dosis máxima o produce efectos adversos intolerables a dosis más bajas, cambie a otro fármaco. Es necesario tener especial precaución al prescribirlo a adultos mayores de 65 años debido al mayor riesgo de efectos secundarios y al mayor uso de medicación concurrente en esta población; empezar con la dosis más baja y aumentar lentamente.[63]

Los pacientes no deben conducir mientras consuman estos fármacos tranquilizantes.

Opciones primarias

lorazepam: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

clonazepam: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

risperidona: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

olanzapina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

quetiapina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

flufenazina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

trazodona: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

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Primera línea – 

derivación psiquiátrica ± ingreso hospitalario + terapia electroconvulsiva (TEC)

Derive el paciente a un psiquiatra. La evaluación del riesgo de suicidio es crucial. Considere la idoneidad del ingreso hospitalario si los pacientes: presentan ideación suicida o tendencias suicidas importantes y no tienen contención adecuada en su entorno familiar; tienen la intención de herir a otros; no se pueden cuidar a sí mismos ni cumplir con el tratamiento; tienen síntomas psicóticos; o tienen agitación descontrolada que se acompaña de riesgo de comportamiento impulsivo. Si el paciente no está dispuesto a ser hospitalizado, entonces se debe solicitar el apoyo familiar y, si es necesario, ejercer los medios legales para forzar el tratamiento.

Los pacientes agitados requieren altos niveles de atención debido a la mayor angustia emocional y al riesgo de violencia impulsiva que presentan. El impedimento severo para realizar las actividades de la vida diaria debido a catatonia o retraso psicomotor aumenta la gravedad de la depresión, ya que los pacientes inertes y postrados, o que no ingieren sustento adecuado corren el riesgo de un deterioro de la salud mientras se espera una respuesta a la farmacoterapia. Estos pacientes pueden requerir cuidados de enfermería intensivos.

En ciertos pacientes con depresión grave que presentan características psicóticas, tienen pensamientos suicidas activos o bien no responden, o son intolerantes a los antidepresivos, la terapia electroconvulsiva (TEC) puede considerarse un tratamiento de primera línea.[19] Puede utilizarse al principio del tratamiento de la depresión con síntomas psicóticos, suicidio o catatonia.[102] La terapia electroconvulsiva (TEC) suele ser el tratamiento de elección para los pacientes mayores gravemente deprimidos porque es eficaz y evita las complicaciones que pueden surgir de la intolerancia farmacológica y las interacciones farmacológicas asociadas al tratamiento de las afecciones físicas comórbidas.[103]

La terapia electroconvulsiva (TEC) se realiza bajo anestesia general, por lo general, 2 o 3 veces a la semana durante un total de 6 a 12 tratamientos.[104]

El paciente y el médico deben estar plenamente informados de los riesgos potenciales, para que el paciente pueda dar su consentimiento informado. Se estima que la tasa de mortalidad a causa de la TEC es de aproximadamente 2 muertes por cada 100,000 tratamientos, lo que significa que es uno de los procedimientos más seguros que se realizan con anestesia general.[105][106] En general, no hay un aumento del riesgo de complicaciones médicas en los pacientes que reciben la TEC frente a los pacientes igualmente deprimidos que no reciben la TEC.[107] La terapia electroconvulsiva afecta a la frecuencia cardíaca y a la presión arterial. Se han notificado como complicaciones el dolor torácico, las arritmias, la hipertensión persistente y cambios en el electrocardiograma (ECG), especialmente en pacientes con enfermedad cardíaca preexistente.[108] Es necesario estabilizar las patologías cardiovasculares antes de administrar la TEC.[108] La mayoría de los pacientes refieren efectos adversos a nivel cognitivo durante y poco después del tratamiento, siendo lo más frecuente la pérdida de memoria (amnesia tanto anterógrada como retrógrada).[110] Este deterioro parece ser de corta duración según evaluación objetiva,[109] aunque una proporción significativa de pacientes informan pérdida persistente de la memoria después de la terapia electroconvulsiva (TEC).[110] Este riesgo potencial debe ser sopesado frente a las evidencias a favor de su eficacia, especialmente en pacientes con depresión grave.

Los efectos de la terapia electroconvulsiva son temporales; después de un tratamiento exitoso, el efecto debe mantenerse mediante el uso de medicamentos antidepresivos y/o tratamientos electro convulsivos de mantenimiento (por lo general, una vez por semana a una vez cada 4 semanas o más, ajustada la frecuencia según la estabilidad).[111] Combinado con antidepresivos, el litio ha demostrado reducir el riesgo de recidiva tras la TEC.[251]

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más – 

antidepresivo

Se recomienda el tratamiento para TODOS LOS pacientes en el grupo de pacientes seleccionados

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

Los antidepresivos generalmente usados incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) (p. ej., citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina, sertralina), inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina (IRSN) (p. ej., desvenlafaxina, duloxetina, levomilnaciprán, venlafaxina) y otros antidepresivos atípicos (p. ej., bupropión, mirtazapina, vilazodona, vortioxetina, reboxetina y agomelatina).

No se han demostrado diferencias significativas en cuanto a la seguridad o la eficacia entre los antidepresivos, aunque en un metanálisis de gran tamaño muestral se han revelado algunas diferencias en la comparación de su eficacia y aceptabilidad y estas podrían considerarse como uno de los muchos factores que deben tomarse en consideración durante la elección del tratamiento.[114][117] En un metanálisis se encontró que el escitalopram era el más eficaz entre los ISRS.[120] Según un metanálisis diferente de los datos de pacientes individuales de 15 ensayos controlados de tratamiento en fase aguda de la depresión mayor, la mirtazapina puede ser más rápidamente eficaz que los ISRS.[121] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

La elección del fármaco se debe basar en las preferencias del paciente, su tolerabilidad y los indicios anteriores de eficacia en el paciente. Algunos médicos también pueden adoptar un umbral más bajo para considerar el tratamiento con un antidepresivo que ha demostrado ser eficaz en un miembro de la familia. Una razón de esto es que una persona que haya visto a un miembro de la familia responder a un medicamento en particular puede encontrar el tratamiento con este fármaco más aceptable y puede tener más expectativas de recuperación. Esto no es, sin embargo, un abordaje basado en la evidencia; los avances en farmacogenómica (que examinan el impacto de factores genéticos hereditarios en la eficacia del tratamiento y la tolerabilidad de cada paciente) pueden llegar a proporcionar aclaraciones, pero el análisis farmacogenómico todavía no se recomienda para su uso generalizado.[292]

Aunque el resultado neto de la respuesta antidepresiva es una reducción significativa en la ideación suicida, existen cierta evidencia de un aumento del comportamiento suicida en las primeras semanas de tratamiento, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, y en aquellos con dosis iniciales relativamente altas.[112][126][127][128] Algunas evidencias sugieren que los adolescentes y los adultos jóvenes son especialmente proclives a experimentar un aumento de los pensamientos suicidas y autolesión.[129][130] Sin embargo, esta asociación no es necesariamente causal y puede ser atribuible a factores de confusión.[131] Los resultados de un gran metanálisis sugieren que en adultos menores de 25 años, el riesgo de inicio y de empeoramiento de ideas suicidas puede aumentar en 3-6 semanas de tratamiento (pero no en las semanas 1 y 2), que es más tarde de lo que ha sido sugerido por otros estudios.[132]

Determine la dosis de antidepresivos basándose en el rango de dosis objetivo que se conoce. Dentro de los rangos recomendados para varios antidepresivos de segunda generación comúnmente utilizados (ISRS, venlafaxina y mirtazapina) se ha demostrado que, en una población, la correlación entre la eficacia de las dosis se aplana o disminuye alrededor del punto medio, en parte debido a la disminución de la tolerabilidad a dosis más altas.[122] No se recomienda el tratamiento con dosis altas de ISRS para la depresión en pacientes refractarios al tratamiento con dosis medias.[123] En una minoría de pacientes, las pruebas farmacogenómicas pueden indicar el uso de una dosis baja o alta dependiendo del genotipo. En general, no existen pruebas para apoyar el aumento sistemático de la dosis por encima del rango de dosis establecido.[124] Se requiere precaución cuando se prescribe para adultos mayores de 65 años debido a un mayor riesgo de efectos secundarios y un mayor uso de medicación concurrente en esta población. Por lo general, los médicos deben comenzar con la dosis más baja y aumentar la dosis lentamente.[63]

Realice un seguimiento de los pacientes de 1 a 2 semanas después de iniciar el tratamiento, y a continuación, de forma mensual durante las siguientes 12 semanas. Si se prefiere la evaluación sistemática, utilice el cuestionario sobre la salud del paciente de 9 puntos (Patient Health Questionnaire-9, PHQ-9) para evaluar los cambios en la gravedad de los síntomas. Ajuste la dosis de antidepresivo hasta el máximo tolerado en pacientes que experimentan una respuesta parcial después de 2 a 4 semanas. Los pacientes pueden empezar a mostrar una respuesta en las primeras 1 ó 2 semanas de tratamiento; sin embargo, una quinta parte de los que no han respondido previamente pueden empezar a hacerlo después de la quinta semana.[133] El éxito del tratamiento antidepresivo hasta el punto de la remisión de todos los síntomas puede tardar de 6 a 8 semanas. Una disminución en un 50% en la puntuación de los síntomas constituye una respuesta adecuada, y un cambio de entre el 25% y 50% en la puntuación de los síntomas puede indicar la necesidad de modificar el tratamiento.

Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes con recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido.

Opciones primarias

citalopram: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 40 mg/día

O

escitalopram: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 20 mg/día

O

fluoxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 80 mg/día; las dosis >20 mg/día se pueden administrar en 2 dosis fraccionadas.

Más

O

paroxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 50 mg/día; 25 mg por vía oral (liberación controlada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 62.5 mg/día

O

sertralina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 200 mg/día

O

desvenlafaxina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día; las dosis >50 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

duloxetina: 40-60 mg/día administrados inicialmente por vía oral en 1-2 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día; las dosis >60 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

levomilnacipran: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente durante 2 días, aumente a 40 mg una vez al día, después aumente gradualmente de acuerdo con la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día

O

venlafaxina: 75 mg/día por vía oral (liberación inmediata) inicialmente administrados en 2-3 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día; 75 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día

O

bupropion: 100 mg por vía oral (liberación inmediata) dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día en 2-3 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación sostenida) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día en 2 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día

O

mirtazapina: 15 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 45 mg/día

O

vilazodona: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 40 mg/día

O

vortioxetina: 5-10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 20 mg/día

Opciones secundarias

agomelatina: 25 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentando gradualmente según la respuesta, máximo 50 mg/día

O

reboxetina: 4 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 12 mg/día

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Considerar – 

manejo inmediato de los síntomas con benzodiazepinas ± antipsicótico

Tratamiento adicional recomendado para ALGUNOS pacientes del grupo seleccionado

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

El tratamiento urgente de los síntomas de trastorno del estado de ánimo tiene como objetivo la estabilización de una situación que, de lo contrario, deja al paciente en peligro de impulsos suicidas o descuido personal extremo, y pone a terceros en peligro debido a un comportamiento impredecible, impulsivo o agresivo. El tratamiento con una benzodiazepina y/o un antipsicótico también puede proporcionar alivio inmediato del insomnio, la ansiedad, la agitación y los pensamientos recurrentes y persistentes mientras se espera durante varias semanas a una remisión significativa de los síntomas gracias al medicamento antidepresivo o la terapia electroconvulsiva.[101]

Debido a que los antipsicóticos tienden a presentar efectos clínicos significativos más rápidamente que los antidepresivos, la decisión de emplear un antipsicótico reviste un carácter más urgente que la de usar un antidepresivo. Presentar un umbral más bajo para añadir un antipsicótico al tratamiento antidepresivo en pacientes con depresión grave en varias circunstancias. Los antidepresivos en solitario pueden no tratar eficazmente los síntomas psicóticos, como los delirios o las alucinaciones.[100]

Los pacientes que presentan catatonia pueden ser tratados con una benzodiazepina (p. ej., lorazepam o clonazepam). Los pacientes con psicosis o agitación grave pueden ser tratados con un antipsicótico (p. ej., risperidona, olanzapina, quetiapina o flufenazina). Los pacientes con agitación leve o ansiedad grave pueden ser tratados con una benzodiazepina y/o un antipsicótico. Los pacientes con insomnio pueden ser tratados con quetiapina o trazodona. Los antipsicóticos son más adecuados cuando existe riesgo de dependencia de las benzodiazepinas.

Dosis según eficacia: si la benzodiacepina o el antipsicótico no produce ningún efecto y se tolera bien, aumente la dosis con precaución hasta el máximo recomendado. Si el tratamiento fracasa con la dosis máxima o produce efectos adversos intolerables a dosis más bajas, cambie a otro fármaco. Es necesario tener especial precaución al prescribirlo a adultos mayores de 65 años debido al mayor riesgo de efectos secundarios y al mayor uso de medicación concurrente en esta población; empezar con la dosis más baja y aumentar lentamente.[63]

Los pacientes no deben conducir mientras consuman estos fármacos tranquilizantes.

Opciones primarias

lorazepam: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

clonazepam: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

risperidona: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

olanzapina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

quetiapina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

flufenazina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

trazodona: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

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Segunda línea – 

cambiar a un antidepresivo distinto

Si la respuesta al tratamiento de primera línea es inadecuada, considere la posibilidad de cambiar a un antidepresivo distinto.[215][216] Tras cuatro intentos con medicamentos diferentes, es probable que entre el 60% y el 70% de los pacientes responda al tratamiento. El cambio en el tratamiento puede ser adecuado si no ha habido mejoría en los síntomas durante las primeras dos semanas de tratamiento.[217][218] Sin embargo, una respuesta temprana puede ser, aunque no lo es necesariamente, un indicador confiable de respuesta continua.[219][220] Continúe el tratamiento si se ha observado alguna mejoría durante al menos las 6 a 8 semanas completas, pero no continúe recetando indefinidamente un fármaco que proporcione un beneficio insuficiente. Cabe destacar que, en los pacientes sin mejoría inicial con el tratamiento con fluoxetina, un estudio mostró que la probabilidad de conversión a una respuesta positiva disminuía a medida que los pacientes permanecían más tiempo sin mejoría.[221]

Considere la idoneidad de un cambio en la clase de fármaco; si un paciente estaba tomando un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, entonces pruebe un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina. Si el tratamiento no se toleró debido a efectos adversos, vuelva a intentarlo con un fármaco que presente menos efectos adversos o cuyos efectos adversos sean diferentes. Si cambia de fármaco, reanude el seguimiento semanal hasta que aparezca una respuesta.

Se requiere precaución cuando se cambia de un antidepresivo a otro, debido a riesgo de interacciones farmacológicas, síndrome serotoninérgico, síntomas de abstinencia o recaída. El tiempo necesario para un cambio seguro depende de varios factores, incluidas las propiedades farmacocinéticas de los fármacos y las posibles interacciones entre ellos, así como de las características del paciente, como la edad, la sensibilidad a los efectos adversos y la capacidad de esperar para iniciar un nuevo curso de tratamiento. En algunas situaciones, es posible administrar ambos fármacos durante un breve período de tiempo mientras se está produciendo el cambio; sin embargo, esto solo debe hacerse bajo la supervisión de un especialista. En otros casos, es más seguro adoptar un abordaje más conservador. Esto implica disminuir lentamente la dosis del primer fármaco antes de suspenderlo, y luego esperar un período de tiempo antes de comenzar el segundo medicamento (conocido como reposo farmacológico, que por lo general es de cinco vidas medias del primer fármaco). Los fármacos con una vida media más prolongada (p. ej., la fluoxetina) requieren períodos de reposo farmacológico más prolongados (p. ej., hasta de cinco o seis semanas) cuando se combinan con un fármaco con el que la combinación está contraindicada (p. ej., los inhibidores de la monoaminooxidasa con fluoxetina). Se dispone de recomendaciones específicas para cambiar de un antidepresivo a otro, junto con períodos de reposo farmacológico, y se debe consultar las directrices locales. En caso de duda, en ausencia de tales guías de práctica clínica, como principio general, realice una comprobación de las interacciones farmacológicas para asegurarse de que no existen contraindicaciones absolutas y, a continuación, empiece poco a poco hasta que se pueda determinar su seguridad.

Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes que han presentado previamente recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido.

Si hay una respuesta inadecuada a dos (o más) antidepresivos a dosis y duración completas, la depresión del paciente podría considerarse resistente al tratamiento o refractaria, lo que justifica un abordaje más complejo.

depresión moderada, no embarazada: síntomas graves, deterioro importante sin síntomas psicóticos, sin ideación suicida, ni retraso o agitación psicomotores graves

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Primera línea – 

antidepresivo

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

Los antidepresivos generalmente usados incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) (p. ej., citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina, sertralina), inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina (IRSN) (p. ej., desvenlafaxina, duloxetina, levomilnaciprán, venlafaxina) y otros antidepresivos atípicos (p. ej., bupropión, mirtazapina, vilazodona, vortioxetina, reboxetina y agomelatina).

No se han demostrado diferencias significativas en la seguridad o eficacia entre los antidepresivos.[117][118] La elección del fármaco debe basarse en las preferencias del paciente, su tolerancia, su seguridad en caso de sobredosis, la presencia de otra enfermedad psiquiátrica y su eficacia en el pasado para el paciente.[119] Un metanálisis informó sobre la eficacia y la aceptabilidad comparativa de diferentes antidepresivos que podrían considerarse como parte de la selección en el tratamiento.[114] Otro metanálisis concluyó que el escitalopram es el más eficaz entre los ISRS.[120] Otro metaanálisis de datos de pacientes individuales a partir de 15 ensayos controlados de tratamientos de depresión mayor en fase aguda concluyó que la mirtazapina puede ser un antidepresivo de eficacia más rápida que los ISRS.[121] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

Determine la dosis de antidepresivos basándose en el rango de dosis objetivo que se conoce. Dentro de los rangos recomendados para varios antidepresivos de segunda generación generalmente utilizados (ISRS, venlafaxina y mirtazapina) se ha demostrado que en una población, la correlación entre la dosis y la eficacia se aplana o disminuye alrededor del punto medio, en parte debido a la disminución de la tolerabilidad a dosis más altas.[122] El tratamiento para la depresión con ISRS a dosis altas en pacientes refractarios al tratamiento a dosis intermedias no está respaldado por la evidencia y no se recomienda.[123][124][125]

Los pacientes deprimidos con trastorno bipolar no diagnosticado pueden virar hacia la manía si reciben medicamentos antidepresivos. Pregunte al paciente sobre los antecedentes previos de posibles episodios de manía (p. ej., periodos de días a semanas marcados por una energía fuera de lo común, euforia, insomnio, hiperactividad o alteración del juicio) antes de iniciar un tratamiento con antidepresivos.

Aunque el resultado neto de la respuesta antidepresiva es una reducción significativa en la ideación suicida, existen cierta evidencia de un aumento del comportamiento suicida en las primeras semanas de tratamiento, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, y en aquellos con dosis iniciales relativamente altas.[112][126][127][128] Algunas evidencias sugieren que los adolescentes y los adultos jóvenes son especialmente proclives a experimentar un aumento de los pensamientos suicidas y autolesión.[129][130] Sin embargo, esta asociación no es necesariamente causal y puede ser atribuible a factores de confusión.[131] Los resultados de un gran metanálisis sugieren que en adultos menores de 25 años, el riesgo de inicio y de empeoramiento de ideas suicidas puede aumentar en 3-6 semanas de tratamiento (pero no en las semanas 1 y 2), que es más tarde de lo que ha sido sugerido por otros estudios.[132]

Realice un seguimiento de los pacientes de 1 a 2 semanas después de iniciar el tratamiento, y a continuación, de forma mensual durante las siguientes 12 semanas. Si prefiere la evaluación sistemática, utilice el cuestionario sobre la salud del paciente de 9 puntos (Patient Health Questionnaire-9, PHQ-9) para evaluar los cambios en la gravedad de los síntomas. Ajuste la dosis de antidepresivo hasta el máximo tolerado en pacientes que presentan una respuesta parcial después de 2 a 4 semanas. Los pacientes pueden empezar a mostrar una respuesta en las primeras 1 ó 2 semanas de tratamiento; sin embargo, una quinta parte de los que no han respondido previamente pueden empezar a hacerlo después de la quinta semana.[133] El éxito del tratamiento antidepresivo hasta el punto de la remisión de todos los síntomas puede tardar de 6 a 8 semanas. Una disminución en un 50% en la puntuación de los síntomas constituye una respuesta adecuada, y un cambio de entre el 25% y 50% en la puntuación de los síntomas puede indicar la necesidad de modificar el tratamiento.

La duración del tratamiento después de la remisión de los síntomas depende de la evolución previa de la enfermedad. Los datos sobre los resultados del tratamiento más allá de las semanas iniciales son limitados, aunque una revisión sistemática sugiere que la eficacia de los antidepresivos, en comparación con el placebo, es estable durante al menos los primeros 6 meses de tratamiento.[134] En general, parece haber un menor riesgo de recaída cuando los antidepresivos se mantienen durante más de 6 meses.[135][136][137][138] Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137]

Si es necesario interrumpir el tratamiento antidepresivo, disminuya lentamente la dosis para reducir el riesgo de síntomas de abstinencia desagradables; esto puede llevar varios meses a un ritmo que sea tolerable para el paciente. Tenga en cuenta que los síntomas de abstinencia de las personas pueden variar sustancialmente, desde los más leves y transitorios hasta los más duraderos y graves. Se debe monitorizar estrechamente al paciente para asegurarse de que cualquier síntoma aparente de abstinencia que surja no represente en realidad una recaída de su depresión.[139]

Opciones primarias

citalopram: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 40 mg/día

O

escitalopram: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 20 mg/día

O

fluoxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 80 mg/día; las dosis >20 mg/día se pueden administrar en 2 dosis fraccionadas.

Más

O

paroxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 50 mg/día; 25 mg por vía oral (liberación controlada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 62.5 mg/día

O

sertralina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 200 mg/día

O

desvenlafaxina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día; las dosis >50 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

duloxetina: 40-60 mg/día administrados inicialmente por vía oral en 1-2 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día; las dosis >60 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

levomilnacipran: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente durante 2 días, aumente a 40 mg una vez al día, después aumente gradualmente de acuerdo con la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día

O

venlafaxina: 75 mg/día por vía oral (liberación inmediata) inicialmente administrados en 2-3 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día; 75 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día

O

bupropion: 100 mg por vía oral (liberación inmediata) dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día en 2-3 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación sostenida) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día en 2 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día

O

mirtazapina: 15 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 45 mg/día

O

vilazodona: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 40 mg/día

O

vortioxetina: 5-10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 20 mg/día

Opciones secundarias

agomelatina: 25 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentando gradualmente según la respuesta, máximo 50 mg/día

O

reboxetina: 4 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 12 mg/día

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Considerar – 

psicoterapia y otros tratamientos no farmacológicos

Tratamiento adicional recomendado para ALGUNOS pacientes del grupo seleccionado

Los pacientes con depresión moderada a grave obtienen el mayor beneficio de la combinación de antidepresivos y psicoterapia.[115][116]

Se ha demostrado que la psicoterapia es eficaz y eficiente en la reducción de los síntomas depresivos.[144][145] La psicoterapia es tan eficaz como la farmacoterapia y reduce el riesgo de recidiva cuando se agrega a la farmacoterapia.[146][147] Las intervenciones psicológicas pueden reducir el número de días de baja o ausencia laboral por enfermedad, tanto si es de forma presencial o de manera online.[93]

La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado una mayor eficacia que el placebo farmacológico en todos los niveles de gravedad.[148] La respuesta al tratamiento para la terapia cognitivo-conductual (TCC) es comparable a la respuesta del antidepresivo en algunos estudios.[149][Evidencia B] Los ensayos de tratamiento por etapas sugieren que la TCC puede resultar especialmente beneficiosa cuando se utiliza durante la fase de continuación del tratamiento; la TCC reduce el riesgo de recidiva o recurrencia al menos tan bien como la continuación del tratamiento con antidepresivos o incluso mejor que esta.[150][151][152] En ensayos clínicos combinados, la terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en mindfulness reveló ser particularmente útil en la prevención de recaídas.[153] La TCC parece tener un efecto duradero que reduce el riesgo posterior una vez finalizado el tratamiento.[154] También se ha encontrado que la TCC complementaria mejora los resultados del tratamiento de la depresión en el ámbito de la atención primaria.[155]

La monoterapia con TCC es una opción potencial para la depresión moderada, tal como respaldan algunas guías de práctica clínica sobre el tratamiento, aunque el autor de este tema señala que las evidencias que respaldan este enfoque son de baja calidad.[156][157][158] Por lo tanto, los médicos deben guiarse por las preferencias del paciente u otros factores específicos del paciente a la hora de decidir si ofrecer psicoterapia en monoterapia para la depresión moderada.

Otras modalidades psicoterapéuticas para la depresión incluyen psicoterapia interpersonal (PTI), terapia de resolución de problemas (TRP), activación conductual y biblioterapia.

La PTI requiere que el paciente tenga capacidad para la introspección y se comprometa a realizar un tratamiento a largo plazo.[159] La frecuencia tanto de la terapia cognitiva conductual (TCC) como de la PI es determinada por el profesional de salud. El tiempo de respuesta es de aproximadamente 12 semanas. La psicoterapia interpersonal (PTI) puede mejorar el funcionamiento interpersonal y también parece eficaz para la prevención de recidivas.[160] La TRP se concentra en capacitar al paciente en habilidades y actitudes de adaptación para la resolución de problemas.[161][162][163] Los resultados de la TRP son comparables a los de la TCC en el ámbito de la atención primaria.[164]

La activación conductual es una alternativa menos cerebral y más conductual a la terapia cognitiva conductual (TCC). Esta promueve activamente el regreso al funcionamiento y presenta la ventaja de no requerir terapeutas de nivel doctoral para administrarla. Una revisión de la Cochrane consideró que era igual de eficaz que la TCC para los adultos con depresión, aunque con un bajo nivel de certeza dada la evidencia disponible.[165] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

La biblioterapia, un programa de autoayuda mediante la lectura, puede ofrecer beneficios a largo plazo para algunos pacientes.[166]

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Considerar – 

manejo inmediato de los síntomas con benzodiazepinas ± antipsicótico

Tratamiento adicional recomendado para ALGUNOS pacientes del grupo seleccionado

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

Los pacientes con agitación leve o ansiedad grave pueden ser tratados con el uso a corto plazo de una benzodiazepina (p. ej., lorazepam, clonazepam) y/o un antipsicótico (p. ej., quetiapina). Sin embargo, un estudio de cohortes notificó un mayor riesgo de mortalidad en pacientes que recibieron intensificación con un antipsicótico para la depresión en comparación con los pacientes que recibieron un segundo antidepresivo.[240] Los pacientes con insomnio pueden ser tratados con quetiapina o trazodona. Los antipsicóticos son más adecuados cuando existe riesgo de dependencia de las benzodiazepinas.

Dosis según eficacia: si la benzodiacepina o el antipsicótico no produce ningún efecto y se tolera bien, aumente la dosis con precaución hasta el máximo recomendado. Si el tratamiento fracasa con la dosis máxima o produce efectos adversos intolerables a dosis más bajas, cambie a otro fármaco. Es necesario tener especial precaución al prescribirlo a adultos mayores de 65 años debido al mayor riesgo de efectos secundarios y al mayor uso de medicación concurrente en esta población; empezar con la dosis más baja y aumentar lentamente.[63]

Los pacientes no deben conducir mientras consuman estos fármacos tranquilizantes.

Opciones primarias

lorazepam: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

clonazepam: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

quetiapina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

trazodona: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

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Segunda línea – 

cambiar a un antidepresivo distinto

Si la respuesta al tratamiento de primera línea es inadecuada, considere la posibilidad de cambiar a un antidepresivo distinto.[215][216] El cambio de tratamiento puede ser adecuado si no ha habido mejoría en los síntomas durante las primeras dos semanas de tratamiento.[217][218] Sin embargo, una respuesta temprana puede ser, aunque no lo es necesariamente, un indicador confiable de respuesta continua.[219][220] Continúe el tratamiento si se ha observado alguna mejoría durante al menos las 6 a 8 semanas completas, pero no continúe recetando indefinidamente un fármaco que proporcione un beneficio insuficiente. Cabe destacar que, en los pacientes sin mejoría inicial con el tratamiento con fluoxetina, un estudio mostró que la probabilidad de conversión a una respuesta positiva disminuía a medida que los pacientes permanecían más tiempo sin mejoría.[221]

El cambio o "switch" entre antidepresivos dentro de una misma clase se puede considerar inicialmente (p. ej., de un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina [ISRS] a otro ISRS).[119] A continuación, considere un cambio en la clase farmacológica; por ejemplo, si un paciente estaba en tratamiento con un ISRS, considere un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN).[119] Si no se ha tolerado el tratamiento debido a sus efectos adversos, vuelva a intentarlo con un fármaco que presente menos efectos adversos o cuyos efectos adversos sean diferentes. Si cambia de fármaco, reanude el seguimiento de manera semanal hasta que la respuesta sea patente.

Se requiere precaución cuando se cambia de un antidepresivo a otro, debido al riesgo de interacciones farmacológicas, síndrome serotoninérgico, síntomas de abstinencia o recaída. Consulte Síndrome serotoninérgico.

El tiempo necesario para un cambio seguro depende de varios factores, incluidas las propiedades farmacocinéticas de los fármacos y las posibles interacciones entre ellos, así como de las características del paciente, como la edad, la sensibilidad a los efectos adversos y la capacidad de esperar para iniciar un nuevo curso de tratamiento. En algunas situaciones, es posible administrar ambos fármacos durante un breve período de tiempo mientras se está produciendo el cambio; sin embargo, esto solo debe hacerse bajo la supervisión de un especialista. En otros casos, es más seguro adoptar un abordaje más conservador. Esto implica disminuir lentamente la dosis del primer fármaco antes de suspenderlo, y luego esperar un período de tiempo antes de comenzar el segundo medicamento (conocido como reposo farmacológico, que por lo general es de cinco vidas medias del primer fármaco). Los fármacos con una vida media más prolongada (p. ej., la fluoxetina) requieren períodos de reposo farmacológico más prolongados (p. ej., hasta de cinco o seis semanas) cuando se combinan con un fármaco con el que la combinación está contraindicada (p. ej., los inhibidores de la monoaminooxidasa con fluoxetina). Se dispone de recomendaciones específicas para cambiar de un antidepresivo a otro, junto con períodos de reposo farmacológico, y se debe consultar las directrices locales. En caso de duda, en ausencia de tales guías de práctica clínica, como principio general, realice una comprobación de las interacciones farmacológicas para asegurarse de que no existen contraindicaciones absolutas y, a continuación, empiece poco a poco hasta que se pueda determinar su seguridad.

Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes que han presentado previamente recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido.

Si hay una respuesta inadecuada a dos (o más) antidepresivos a dosis y duración completas, la depresión del paciente podría considerarse resistente al tratamiento o refractaria, lo que justifica un abordaje más complejo.

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Considerar – 

psicoterapia y otros tratamientos no farmacológicos

Tratamiento adicional recomendado para ALGUNOS pacientes del grupo seleccionado

Los pacientes con depresión moderada a grave obtienen el mayor beneficio de la combinación de antidepresivos y psicoterapia.[115][116]

Se ha demostrado que la psicoterapia es eficaz y eficiente en la reducción de los síntomas depresivos.[144][145] La psicoterapia es tan eficaz como la farmacoterapia y reduce el riesgo de recidiva cuando se agrega a la farmacoterapia.[146][147] Las intervenciones psicológicas pueden reducir el número de días de baja o ausencia laboral por enfermedad, tanto si es de forma presencial o de manera online.[93]

La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado una mayor eficacia que el placebo farmacológico en todos los niveles de gravedad.[148] La respuesta al tratamiento para la terapia cognitivo-conductual (TCC) es comparable a la respuesta del antidepresivo en algunos estudios.[149][Evidencia B] Los ensayos de tratamiento por etapas sugieren que la TCC puede resultar especialmente beneficiosa cuando se utiliza durante la fase de continuación del tratamiento; la TCC reduce el riesgo de recidiva o recurrencia al menos tan bien como la continuación del tratamiento con antidepresivos o incluso mejor que esta.[150][151][152] En ensayos clínicos combinados, la terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en mindfulness reveló ser particularmente útil en la prevención de recaídas.[153] La TCC parece tener un efecto duradero que reduce el riesgo posterior una vez finalizado el tratamiento.[154] También se ha encontrado que la TCC complementaria mejora los resultados del tratamiento de la depresión en el ámbito de la atención primaria.[155]

En la práctica, el aumento con TCC puede ser una opción que se debe considerar si se observa una mejoría parcial con la farmacoterapia de primera línea, dado que la evidencia sugiere un efecto sinérgico del uso de ambas.[116][156][115]​​​​​​ Cambiar la medicación a la TCC puede ser una opción razonable que se debe considerar para la depresión media a moderada, p. ej., si el paciente lo expresa como preferencia y puede acceder a la TCC.[156]

Otras modalidades psicoterapéuticas para la depresión incluyen psicoterapia interpersonal (PTI), terapia de resolución de problemas (TRP), activación conductual y biblioterapia. La PTI requiere que el paciente tenga la capacidad de realizar introspección psicológica y se comprometa a realizar un tratamiento a largo plazo.[159] La frecuencia tanto de la terapia cognitiva conductual (TCC) como de la PI es determinada por el profesional de salud. El tiempo de respuesta es de aproximadamente 12 semanas. La psicoterapia interpersonal (PTI) puede mejorar el funcionamiento interpersonal y también parece eficaz para la prevención de recidivas.[160] La TRP se concentra en capacitar al paciente en habilidades y actitudes de adaptación para la resolución de problemas.[161][162][163] Los resultados de la TRP son comparables a los de la TCC en el ámbito de la atención primaria.[164]

La activación conductual es una alternativa menos cerebral y más conductual a la terapia cognitiva conductual (TCC). Esta promueve activamente el regreso al funcionamiento y presenta la ventaja de no requerir terapeutas de nivel doctoral para administrarla. Una revisión de la Cochrane consideró que era igual de eficaz que la TCC para los adultos con depresión, aunque con un bajo nivel de certeza dada la evidencia disponible.[165] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

La biblioterapia, un programa de autoayuda mediante la lectura, puede ofrecer beneficios a largo plazo para algunos pacientes.[166]

depresión leve, no embarazada: síntomas de gravedad baja a moderada, deterioro parcial, ausencia de síntomas psicóticos, ausencia de ideación suicida y ausencia de retardo o agitación psicomotores

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Primera línea – 

considere la opción de un antidepresivo

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

El uso rutinario de antidepresivos para pacientes con depresión leve ha sido cuestionado en base a una evidencia más débil de la eficacia en casos leves.[139] Algunas guías terapéuticas de práctica clínica sobre el tratamiento recomiendan el tratamiento no farmacológico (TCC) como el tratamiento de primera línea para las personas con depresión leve.[156][157] Otros análisis no han determinado de forma congruente que la depresión leve responda peor a los antidepresivos que la depresión grave.[195][196]​ Por lo tanto, los médicos deben guiarse por las preferencias del paciente o por otros factores específicos del mismo a la hora de decidir si ofrecen farmacoterapia para la depresión leve.

Para la depresión leve o moderada, el tratamiento suele consistir en una terapia cognitivo-conductual o en un antidepresivo.[167] En algunos pacientes pueden ser preferibles los antidepresivos, ya que ofrecen una respuesta más rápida que la autoayuda o la psicoterapia.

Los antidepresivos generalmente usados incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) (p. ej., citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina, sertralina), inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina (IRSN) (p. ej., desvenlafaxina, duloxetina, levomilnaciprán, venlafaxina) y otros antidepresivos atípicos (p. ej., bupropión, mirtazapina, vilazodona, vortioxetina, reboxetina y agomelatina).

Los antidepresivos más recetados, los ISRS y los IRSN, ofrecen tasas de respuesta similares y pueden utilizarse en primera línea como monoterapia en la depresión leve o moderada.[293] No se han demostrado diferencias significativas en la seguridad o eficacia entre los antidepresivos.[117][118] La elección del fármaco debe basarse en las preferencias del paciente, su tolerancia, su seguridad en caso de sobredosis, la presencia de otra enfermedad psiquiátrica y su eficacia en el pasado para el paciente.[119] Un metanálisis informó sobre la eficacia y la aceptabilidad comparativa de diferentes antidepresivos que podrían considerarse como parte de la selección en el tratamiento.[114] Otro metanálisis concluyó que el escitalopram es el más eficaz entre los ISRS.[120] Otro metaanálisis con datos de pacientes individuales procedentes de 15 ensayos controlados respecto al tratamiento para la depresión mayor en fase aguda concluyó que la mirtazapina puede ser un antidepresivo de eficacia más rápida que los ISRS.[121] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

Determine la dosis de antidepresivos basándose en el rango de dosis objetivo que se conoce. Dentro de los rangos recomendados para varios antidepresivos de segunda generación generalmente utilizados (ISRS, venlafaxina y mirtazapina) se ha demostrado que en una población, la correlación entre la dosis y la eficacia se aplana o disminuye alrededor del punto medio, en parte debido a la disminución de la tolerabilidad a dosis más altas.[122] El tratamiento para la depresión con ISRS a dosis altas en pacientes refractarios al tratamiento a dosis intermedias no está respaldado por la evidencia y no se recomienda.[123][124][125]

Los pacientes deprimidos con trastorno bipolar no diagnosticado pueden virar hacia la manía si reciben medicamentos antidepresivos. Pregunte al paciente sobre los antecedentes previos de posibles episodios de manía (p. ej., periodos de días a semanas marcados por una energía fuera de lo común, euforia, insomnio, hiperactividad o alteración del juicio) antes de iniciar un tratamiento con antidepresivos.

Para este grupo, el tratamiento combinado de psicoterapia y medicamentos no ofrece ninguna ventaja a corto plazo demostrada. Sin embargo, la psicoterapia continua con manejo con antidepresivos es una opción eficaz durante las fases aguda y en curso del tratamiento.[115]

Aunque el resultado neto de la respuesta antidepresiva es una reducción significativa en la ideación suicida, existen cierta evidencia de un aumento del comportamiento suicida en las primeras semanas de tratamiento, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, y en aquellos con dosis iniciales relativamente altas.[112][126][127][128] Algunas evidencias sugieren que los adolescentes y los adultos jóvenes son especialmente proclives a experimentar un aumento de los pensamientos suicidas y autolesión.[129][130] Sin embargo, esta asociación no es necesariamente causal y puede ser atribuible a factores de confusión.[131] Los resultados de un gran metanálisis sugieren que en adultos menores de 25 años, el riesgo de inicio y de empeoramiento de ideas suicidas puede aumentar en 3-6 semanas de tratamiento (pero no en las semanas 1 y 2), que es más tarde de lo que ha sido sugerido por otros estudios.[132]

Se requiere precaución cuando se prescribe para adultos mayores de 65 años debido a un mayor riesgo de efectos secundarios y un mayor uso de medicación concurrente en esta población. Los médicos deben empezar con la dosis más baja y subirla poco a poco, y ser conscientes de las posibles interacciones farmacológicas; sin embargo, muchos adultos de edad avanzada acabarán necesitando las mismas dosis de antidepresivos que se utilizan en adultos jóvenes con depresión.[63]

Realice un seguimiento de los pacientes de 1 a 2 semanas después de iniciar el tratamiento, y a continuación, de forma mensual durante las siguientes 12 semanas. Si prefiere la evaluación sistemática, utilice el cuestionario sobre la salud del paciente de 9 puntos (Patient Health Questionnaire-9, PHQ-9) para evaluar los cambios en la gravedad de los síntomas. Ajuste la dosis de antidepresivo hasta el máximo tolerado en pacientes que presentan una respuesta parcial después de 2 a 4 semanas. Los pacientes pueden empezar a mostrar una respuesta en las primeras 1 ó 2 semanas de tratamiento; sin embargo, una quinta parte de los que no han respondido previamente pueden empezar a hacerlo después de la quinta semana.[133] El éxito del tratamiento antidepresivo hasta el punto de la remisión de todos los síntomas puede tardar de 6 a 8 semanas. Una disminución en un 50% en la puntuación de los síntomas constituye una respuesta adecuada, y un cambio de entre el 25% y 50% en la puntuación de los síntomas puede indicar la necesidad de modificar el tratamiento.

La duración del tratamiento después de la remisión de los síntomas depende de la evolución previa de la enfermedad. Los datos sobre los resultados del tratamiento más allá de las semanas iniciales son limitados, aunque una revisión sistemática sugiere que la eficacia de los antidepresivos, en comparación con el placebo, es estable durante al menos los primeros 6 meses de tratamiento.[134] En general, parece haber un menor riesgo de recaída cuando los antidepresivos se mantienen durante más de 6 meses.[135][136][137][138] Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137]

Si es necesario interrumpir el tratamiento antidepresivo, disminuya lentamente la dosis para reducir el riesgo de síntomas de abstinencia desagradables; esto puede llevar varios meses a un ritmo que sea tolerable para el paciente. Tenga en cuenta que los síntomas de abstinencia de las personas pueden variar sustancialmente, desde los más leves y transitorios hasta los más duraderos y graves. Se debe monitorizar estrechamente al paciente para asegurarse de que cualquier síntoma aparente de abstinencia que surja no represente en realidad una recaída de su depresión.[139]

Opciones primarias

citalopram: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 40 mg/día

O

escitalopram: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 20 mg/día

O

fluoxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 80 mg/día; las dosis >20 mg/día se pueden administrar en 2 dosis fraccionadas.

Más

O

paroxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 50 mg/día; 25 mg por vía oral (liberación controlada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 62.5 mg/día

O

sertralina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 200 mg/día

O

desvenlafaxina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día; las dosis >50 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

duloxetina: 40-60 mg/día administrados inicialmente por vía oral en 1-2 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día; las dosis >60 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

levomilnacipran: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente durante 2 días, aumente a 40 mg una vez al día, después aumente gradualmente de acuerdo con la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día

O

venlafaxina: 75 mg/día por vía oral (liberación inmediata) inicialmente administrados en 2-3 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día; 75 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día

O

bupropion: 100 mg por vía oral (liberación inmediata) dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día en 2-3 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación sostenida) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día en 2 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día

O

mirtazapina: 15 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 45 mg/día

O

vilazodona: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 40 mg/día

O

vortioxetina: 5-10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 20 mg/día

Opciones secundarias

agomelatina: 25 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentando gradualmente según la respuesta, máximo 50 mg/día

O

reboxetina: 4 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 12 mg/día

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Primera línea – 

psicoterapia

La psicoterapia también se considera una opción para el tratamiento de primera línea en casos de depresión leve a moderada. La psicoterapia parece tener un impacto positivo en la calidad de vida de los pacientes con depresión, más allá de las reducciones medibles en la gravedad de los síntomas depresivos.[197] Es probable que la depresión leve tratada con psicoterapia avance en menor medida a una depresión grave.[198]

La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado una mayor eficacia que el placebo farmacológico en todos los niveles de gravedad.[148] La respuesta al tratamiento para la terapia cognitivo-conductual (TCC) es comparable a la respuesta del antidepresivo en algunos estudios.[149][Evidencia B] Los ensayos de tratamiento por etapas sugieren que la TCC puede resultar especialmente beneficiosa cuando se utiliza durante la fase de continuación del tratamiento; la TCC reduce el riesgo de recidiva o recurrencia al menos tan bien como la continuación del tratamiento con antidepresivos o incluso mejor que esta.[150][151][152] En ensayos clínicos combinados, la terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en mindfulness reveló ser particularmente útil en la prevención de recaídas.[153] La TCC parece tener un efecto duradero que reduce el riesgo posterior una vez finalizado el tratamiento.[154] También se ha encontrado que la TCC complementaria mejora los resultados del tratamiento de la depresión en el ámbito de la atención primaria.[155]

Otras modalidades psicoterapéuticas para la depresión incluyen psicoterapia interpersonal (PTI), terapia de resolución de problemas (TRP), activación conductual y biblioterapia. La PTI requiere que el paciente tenga la capacidad de realizar introspección psicológica y se comprometa a realizar un tratamiento a largo plazo.[159] La frecuencia tanto de la terapia cognitiva conductual (TCC) como de la PTI viene determinada por el profesional sanitario. El tiempo de respuesta es de aproximadamente 12 semanas. La psicoterapia interpersonal (PTI) puede mejorar el funcionamiento interpersonal y también parece ser eficaz para la prevención de recaídas.[160] La TRP se centra en capacitar al paciente en habilidades y actitudes adaptativas para la resolución de problemas.[161][162][163] Los resultados de la TRP son comparables a los de la TCC en el ámbito de la atención primaria.[164]

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Primera línea – 

intervenciones de apoyo

En algunos pacientes con síntomas más leves, el grado de deterioro o angustia de estos síntomas puede no superar el estigma que los pacientes tienen para aceptar cualquier forma de tratamiento psiquiátrico; en estos pacientes, un enfoque directo sobre el manejo de los síntomas puede ser la estrategia óptima.[200] Los libros de autoayuda tienen popularidad y la biblioterapia ha demostrado ser más eficaz que la ausencia total de tratamiento.[201] La biblioterapia cognitiva ha mostrado resultados similares a los de la psicoterapia.[202]

Las intervenciones de yoga pueden tener un efecto beneficioso sobre los trastornos depresivos, pero hay variaciones importantes entre las intervenciones, los informes y su factibilidad.[203][204]

Entre otras intervenciones de apoyo se incluyen ejercicios de relajación, terapia liviana, actividad física, tai chi, musicoterapia y acupuntura.[171][172][173][174][175][176][177][178][179][180][181][182][183][184][185] [ Cochrane Clinical Answers logo ] En los pacientes con depresión, se observaron tasas de remisión más altas en un grupo que realizó ejercicio a altas dosis sumado a continuar el tratamiento con inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina, en comparación con realizar ejercicio a dosis bajas más los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.[181] Por el contrario, la interrupción del ejercicio puede empeorar los síntomas depresivos.[205][206] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

Ofrezca consejos sobre actividades que ayuden al bienestar. Recomiende a los pacientes que mantengan un estilo de vida saludable; por ejemplo, evitar el exceso de alcohol, llevar una dieta saludable, dormir lo suficiente y hacer ejercicio con regularidad.[157]

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Primera línea – 

intervenciones por ordenador

Para los pacientes que no pueden acceder o permitirse o programar una terapia cognitivo-conductual (TCC) individual o de grupo presencial, hay evidencias que respaldan el uso de la TCC por ordenador.[186][187][188][189][190][191][211][212][214] También hay evidencias que respaldan la eficacia de la terapia de resolución de problemas por ordenador y la gestión del estrés.[192][193][194] Sin embargo, son comunes las tasas de abstinencia altas.

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Segunda línea – 

cambiar a un antidepresivo distinto

Si la respuesta al tratamiento de primera línea es inadecuada, considere la posibilidad de cambiar a un antidepresivo distinto.[215][216] El cambio de tratamiento puede ser adecuado si no ha habido mejoría en los síntomas durante las primeras dos semanas de tratamiento.[217][218] Sin embargo, una respuesta temprana puede ser, aunque no lo es necesariamente, un indicador confiable de respuesta continua.[219][220] Continúe el tratamiento si se ha observado alguna mejoría durante al menos las 6 a 8 semanas completas, pero no continúe recetando indefinidamente un fármaco que proporcione un beneficio insuficiente. Cabe destacar que, en los pacientes sin mejoría inicial con el tratamiento con fluoxetina, un estudio mostró que la probabilidad de conversión a una respuesta positiva disminuía a medida que los pacientes permanecían más tiempo sin mejoría.[221]

Inicialmente se puede considerar el cambio entre antidepresivos dentro de una misma clase (p. ej., de un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina [ISRS] a otro ISRS).[119] A continuación, considere un cambio en la clase farmacológica; por ejemplo, si un paciente estaba recibiendo un ISRS, considere un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina [IRSN].[119] Si no se ha tolerado el tratamiento debido a sus efectos adversos, vuelva a intentarlo con un fármaco que presente menos efectos adversos o cuyos efectos adversos sean diferentes. Si cambia de fármaco, reanude el seguimiento de manera semanal hasta que la respuesta sea patente.

Se requiere precaución cuando se cambia de un antidepresivo a otro, debido al riesgo de interacciones farmacológicas, síndrome serotoninérgico, síntomas de abstinencia o recaída. Consulte Síndrome serotoninérgico.

El tiempo necesario para un cambio seguro depende de varios factores, incluidas las propiedades farmacocinéticas de los fármacos y las posibles interacciones entre ellos, así como de las características del paciente, como la edad, la sensibilidad a los efectos adversos y la capacidad de esperar para iniciar un nuevo curso de tratamiento. En algunas situaciones, es posible administrar ambos fármacos durante un breve período de tiempo mientras se está produciendo el cambio; sin embargo, esto solo debe hacerse bajo la supervisión de un especialista. En otros casos, es más seguro adoptar un abordaje más conservador. Esto implica disminuir lentamente la dosis del primer fármaco antes de suspenderlo, y luego esperar un período de tiempo antes de comenzar el segundo medicamento (conocido como reposo farmacológico, que por lo general es de cinco vidas medias del primer fármaco). Los fármacos con una vida media más prolongada (p. ej., la fluoxetina) requieren períodos de reposo farmacológico más prolongados (p. ej., hasta de cinco o seis semanas) cuando se combinan con un fármaco con el que la combinación está contraindicada (p. ej., los inhibidores de la monoaminooxidasa con fluoxetina). Se dispone de recomendaciones específicas para cambiar de un antidepresivo a otro, junto con períodos de reposo farmacológico, y se debe consultar las directrices locales. En caso de duda, en ausencia de tales guías de práctica clínica, como principio general, realice una comprobación de las interacciones farmacológicas para asegurarse de que no existen contraindicaciones absolutas y, a continuación, empiece poco a poco hasta que se pueda determinar su seguridad.

Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes que han presentado previamente recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido.

Si hay una respuesta inadecuada a dos (o más) antidepresivos a dosis y duración completas, la depresión del paciente podría considerarse resistente al tratamiento o refractaria, lo que justifica un abordaje más complejo.

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Tercera línea – 

hierba de San Juan

Se cree que la hierba de San Juan funciona al inhibir la recaptación de serotonina o disminuir los receptores de serotonina de la superficie celular.

Se considera eficaz en la depresión de leve a moderada.[207][208][Evidencia C][Evidencia C] También se puede usar como tratamiento alternativo (solamente como monoterapia) si no hay respuesta a los tratamientos de primera y segunda línea.

Presenta un perfil de seguridad alentador; sin embargo, muchos informes indican la posibilidad de interacciones farmacológicas de importancia clínica que se deben tener en cuenta antes de recetar el fármaco.[209][210]

No se debe administrar de manera concomitante con otros antidepresivos debido al riesgo de síndrome serotoninérgico.

Las formulaciones pueden variar; para obtener directrices en cuanto a la dosificación se debe consultar la literatura del producto.

depresión resistente al tratamiento o depresión refractaria

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Primera línea – 

reevalúe y cambie a un antidepresivo alternativo o intente un tratamiento combinado.

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

La mayoría de los pacientes con depresión no alcanzan la remisión completa tras su primer tratamiento con antidepresivos, pero una proporción sustancial de ellos responderá a un segundo o tercer antidepresivo.[216] Los términos "depresión refractaria al tratamiento" o "resistente al tratamiento" se han utilizado indistintamente y de manera algo irregular, para definir la enfermedad depresiva que no ha remitido tras dos intentos con antidepresivos a la dosis y duración adecuadas.[222][223] Se ha propuesto un término alternativo para enfatizar menos la respuesta binaria de remisión o no remisión y más el escenario frecuente de una respuesta al tratamiento parcial o inconstante: "depresión difícil de tratar".[224] Independientemente de la terminología, las guías de práctica clínica suelen recomendar que los médicos de atención primaria busquen la opinión de un especialista después de dos intervenciones terapéuticas sin éxito, siempre que sea posible.[225][226] Las comorbilidades y los factores psicosociales, como las vulnerabilidades del temperamento, los patrones de comportamiento y las circunstancias vitales, pueden hacer que la depresión sea más difícil de tratar.

Puede resultar útil una reevaluación después de un fracaso del tratamiento, porque algunos síntomas de depresión residuales (p. ej., evitar encuentros sociales, el intercambio en los horarios de sueño y vigilia, una sensación de desesperanza) pueden reflejar adaptaciones conductuales a la depresión y no la enfermedad en sí misma. En tales casos, los síntomas se pueden corregir mejor mediante la intervención conductual o la psicoterapia, en lugar de un nuevo ensayo de medicamentos. Con visitas de seguimiento breves e intermitentes, también es fácil pasar por alto los cambios cíclicos de estado de ánimo que se pueden producir entre las sesiones, que indicarían un trastorno dentro del espectro bipolar en lugar de exclusivamente una depresión mayor. Considere la posibilidad de reevaluar el diagnóstico o si puede haber habido problemas asociados al cumplimiento del tratamiento, o si pueden haber interferido con el tratamiento factores como la toxicomanía, los efectos adversos de los medicamentos o alguna enfermedad médica.

La remisión de los síntomas no siempre conduce a la recuperación total e inmediata de la función: lo que podría parecer un fracaso del tratamiento puede representar, en cambio, un estado parcial de recuperación en un tratamiento exitoso. Los déficits cognitivos tras la remisión de los síntomas son comunes.[228] Esto puede justificar el seguimiento y, si procede, el paciente puede beneficiarse de la tranquilidad de que puede haber una mejora continua con el tiempo.

Suponiendo que el trastorno depresivo mayor continúe siendo el problema clínico más sobresaliente, las opciones alternativas para la depresión resistente al tratamiento o la depresión refractaria dentro de la clase de antidepresivos incluyen la monoterapia con un tercer (o cuarto o quinto) inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina (ISRS), inhibidores de la recaptación de la serotonina (IRSN) o un agente atípico (por ejemplo, bupropión, mirtazapina, vilazodona, vortioxetina, reboxetina y agomelatina). El proceso de cambio de antidepresivos, si se lleva a cabo, proporciona una ventana de oportunidad para la terapia antidepresiva combinada (es decir, un ISRS o IRSN más bupropión o mirtazapina) mientras se pasa de uno a otro. Sin embargo, hay escasos datos que apoyen la eficacia de las combinaciones de antidepresivos.[230][231][232][233] No obstante, un especialista puede recetar dos (o, en escasas ocasiones, más) antidepresivos como forma de aprovechar al máximo los efectos adversos (p. ej., añadiendo mirtazapina a un IRSN para facilitar el sueño, o bupropión a un IRSS para intentar mejorar el funcionamiento sexual). Existen algunas evidencias de que el fracaso del tratamiento con uno o varios antidepresivos no impide el éxito posterior.[215][216] Aunque la regla general es administrar antidepresivos durante al menos 6 a 8 semanas, si no hay ninguna mejoría en las primeras 2 semanas, puede ser adecuado cambiar de medicamento en ese momento.[218]

Al seleccionar un tercer (o cuarto o quinto) medicamento al que se pueda cambiar, considere no solo otro ISRS, IRSN o el fármaco atípico, sino también un antidepresivo tricíclico (ATC) (p. ej., amitriptilina, desipramina, doxepina, imipramina o nortriptilina). Históricamente, la farmacoterapia de primera línea para la depresión, los ATC han caído en desuso debido a sus efectos adversos, la necesidad de aumentos graduales de dosis y su letalidad potencial en la sobredosis. Sin embargo, siguen siendo eficaces y útiles para muchos pacientes. Dosifique el ATC según la monitorización terapéutica en sangre. Para la mayoría de los ATC existe un nivel terapéutico mínimo; para la nortriptilina, únicamente, existe una ventana terapéutica que delinea un rango de los niveles de eficacia.

Se requiere precaución cuando se prescribe para adultos mayores de 65 años debido a un mayor riesgo de efectos secundarios y un mayor uso de medicación concurrente en esta población. Por lo general, los médicos deben comenzar con la dosis más baja y aumentar la dosis lentamente.[63]

Se requiere precaución cuando se cambia de un antidepresivo a otro, debido a riesgo de interacciones farmacológicas, síndrome serotoninérgico, síntomas de abstinencia o recaída. El tiempo necesario para asegurar un cambio seguro depende de varios factores, incluidas las propiedades farmacocinéticas de los fármacos y las posibles interacciones entre ellos, así como de las características del paciente, como la edad, la sensibilidad a los efectos adversos y la capacidad de esperar para iniciar un nuevo curso de tratamiento. En algunas situaciones, es posible administrar ambos fármacos durante un breve período de tiempo mientras se está produciendo el cambio; sin embargo, esto solo debe hacerse bajo la supervisión de un especialista. En otros casos, es más seguro adoptar un abordaje más conservador. Esto implica disminuir lentamente la dosis del primer fármaco antes de suspenderlo, y luego esperar un período de tiempo antes de comenzar el segundo medicamento (conocido como reposo farmacológico, que por lo general es de cinco vidas medias del primer fármaco). Los fármacos con una vida media más prolongada (p. ej., la fluoxetina) requieren períodos de reposo farmacológico más prolongados (p. ej., hasta de cinco o seis semanas) cuando se combinan con un fármaco con el que la combinación está contraindicada (p. ej., los inhibidores de la monoaminooxidasa con fluoxetina). Se dispone de recomendaciones específicas para cambiar de un antidepresivo a otro, junto con períodos de reposo farmacológico, y se debe consultar las directrices locales. En caso de duda, en ausencia de tales guías de práctica clínica, como principio general, realice una comprobación de las interacciones farmacológicas para asegurarse de que no existen contraindicaciones absolutas y, a continuación, empiece poco a poco hasta que se pueda determinar su seguridad.

Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes que han presentado previamente recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido.

Opciones primarias

citalopram: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 40 mg/día

O

escitalopram: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 20 mg/día

O

fluoxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 80 mg/día; las dosis >20 mg/día se pueden administrar en 2 dosis fraccionadas.

Más

O

paroxetina: 20 mg por vía oral (liberación inmediata) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 50 mg/día; 25 mg por vía oral (liberación controlada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 62.5 mg/día

O

sertralina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 200 mg/día

O

desvenlafaxina: 50 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día; las dosis >50 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

duloxetina: 40-60 mg/día administrados inicialmente por vía oral en 1-2 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día; las dosis >60 mg/día no han mostrado beneficios adicionales.

O

levomilnacipran: 20 mg por vía oral una vez al día inicialmente durante 2 días, aumente a 40 mg una vez al día, después aumente gradualmente de acuerdo con la respuesta, hasta un máximo de 120 mg/día

O

venlafaxina: 75 mg/día por vía oral (liberación inmediata) inicialmente administrados en 2-3 dosis fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día; 75 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 225 mg/día

O

bupropion: 100 mg por vía oral (liberación inmediata) dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día en 2-3 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación sostenida) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 400 mg/día en 2 dosis fraccionadas; 150 mg por vía oral (liberación prolongada) una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 450 mg/día

O

mirtazapina: 15 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 45 mg/día

O

vilazodona: 10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 40 mg/día

O

vortioxetina: 5-10 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentar gradualmente según la respuesta, máximo 20 mg/día

O

amitriptilina: 25 mg por vía oral una vez al día inicialmente al acostarse, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 150-300 mg/día (se puede administrar en dosis fraccionadas)

O

desipramina: 50-75 mg por vía oral una vez al día inicialmente al acostarse, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 200-300 mg/día (se puede administrar en dosis fraccionadas)

O

doxepina: 25-75 mg por vía oral una vez al día inicialmente al acostarse, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 150-300 mg/día (se puede administrar en dosis fraccionadas)

O

imipramina: 25-75 mg por vía oral una vez al día inicialmente al acostarse, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 150-300 mg/día (se puede administrar en dosis fraccionadas)

O

nortriptilina: 25-50 mg por vía oral una vez al día inicialmente al acostarse, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 150 mg/día (se puede administrar en dosis fraccionadas)

Opciones secundarias

agomelatina: 25 mg por vía oral una vez al día inicialmente, aumentando gradualmente según la respuesta, máximo 50 mg/día

O

reboxetina: 4 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 12 mg/día

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más – 

considere el uso de terapia de aumento

Se recomienda el tratamiento para TODOS LOS pacientes en el grupo de pacientes seleccionados

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

En los pacientes que no han respondido a los antidepresivos convencionales, la intensificación con litio es un enfoque basado en la evidencia.[237] La intensificación con litio debe iniciarse por un psiquiatra debido a su estrecho margen terapéutico y los riesgos de toxicidad accidental por una dosificación excesiva e interacciones de tipo farmacológico. La intensificación con algunos antipsicóticos puede mejorar los resultados.[238][239][294] [ Cochrane Clinical Answers logo ] Sin embargo, un estudio de cohortes notificó un mayor riesgo de muerte asociado con la adición de un antipsicótico en comparación con la adición de un segundo antidepresivo.[240] No está claro si esto es un efecto farmacológico de los antipsicóticos o un reflejo de la probabilidad de que los antipsicóticos tiendan a ser prescritos a pacientes que tienen un mayor riesgo de mortalidad por otras razones. Debido a este riesgo potencial, el aumento con un antipsicótico para la depresión resistente al tratamiento generalmente debe ser supervisado por un psiquiatra que pueda determinar la necesidad clínica de elegirlo en lugar de otras estrategias.

La evidencia respalda mejor el uso a corto plazo frente al uso a largo plazo de los antipsicóticos adyuvantes.[241] El uso a largo plazo expone a los pacientes a los efectos secundarios habituales de los antipsicóticos, como el aumento de peso, la acatisia y, raramente, la discinesia tardía. Esta preocupación se aplica también a los nuevos fármacos como el brexpiprazol, que son similares a los antipsicóticos desde el punto de vista estructural, pero están marcados específicamente para su uso en la depresión resistente al tratamiento. Aunque se considera eficaz (en un pequeño número de estudios), los efectos secundarios son similares a los de otros antipsicóticos, por lo que es importante considerar si los beneficios superan a los riesgos en personas sin psicosis.[242][243][244][245][246]

Otras estrategias de refuerzo utilizadas por los especialistas incluyen la hormona tiroidea, modafinilo, ketamina y pindolol.[247][248][249]

Opciones primarias

litio: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

aripiprazol: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

olanzapina/fluoxetina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

brexpiprazol: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

O

cariprazina: consulte a un especialista para obtener información sobre la dosis

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más – 

psicoterapia y otros tratamientos no farmacológicos

Se recomienda el tratamiento para TODOS LOS pacientes en el grupo de pacientes seleccionados

Compruebe y asegúrese de que el paciente ha iniciado una psicoterapia si los múltiples agentes farmacológicos no han tenido éxito; en particular, la terapia cognitivo-conductual (TCC) parece ser eficaz para reducir los síntomas en la depresión resistente al tratamiento con resultados duraderos (hasta al menos 1 año).[250]

Se ha demostrado que la psicoterapia es eficaz y eficiente en la reducción de los síntomas depresivos.[144][145] La psicoterapia es tan eficaz como la farmacoterapia y reduce el riesgo de recaída cuando se asocia al tratamiento farmacológico.[146][147] Las intervenciones psicológicas pueden reducir el número de días de baja o ausencia laboral por enfermedad, tanto si es de forma presencial o de manera online.[93]

La TCC ha demostrado una mayor eficacia que el placebo farmacológico en todos los niveles de gravedad.[148] La respuesta al tratamiento para la terapia cognitivo-conductual (TCC) es comparable a la respuesta del antidepresivo en algunos estudios.[149][Evidencia B] Los ensayos de tratamiento por etapas sugieren que la TCC puede resultar especialmente beneficiosa cuando se utiliza durante la fase de continuación del tratamiento; la TCC reduce el riesgo de recidiva o recurrencia al menos tan bien como la continuación del tratamiento con antidepresivos o incluso mejor que esta.[150][151][152] En ensayos clínicos combinados, la terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en mindfulness reveló ser particularmente útil en la prevención de recaídas.[153] La TCC parece tener un efecto duradero que reduce el riesgo posterior una vez finalizado el tratamiento.[154] También se ha encontrado que la TCC complementaria mejora los resultados del tratamiento de la depresión en el ámbito de la atención primaria.[155]

Otras modalidades psicoterapéuticas para la depresión incluyen psicoterapia interpersonal (PTI), terapia de resolución de problemas (TRP), activación conductual y biblioterapia. La PTI requiere que el paciente tenga la capacidad de realizar introspección psicológica y se comprometa a realizar un tratamiento a largo plazo.[159] La frecuencia tanto de la terapia cognitiva conductual (TCC) como de la PI es determinada por el profesional de salud. El tiempo de respuesta es de aproximadamente 12 semanas. La psicoterapia interpersonal (PTI) puede mejorar el funcionamiento interpersonal y también parece eficaz para la prevención de recidivas.[160] La TRP se concentra en capacitar al paciente en habilidades y actitudes de adaptación para la resolución de problemas.[161][162][163] Los resultados de la TRP son comparables a los de la TCC en el ámbito de la atención primaria.[164]

La activación conductual es una alternativa menos cerebral y más conductual a la terapia cognitiva conductual (TCC). Esta promueve activamente el regreso al funcionamiento y presenta la ventaja de no requerir terapeutas de nivel doctoral para administrarla. Una revisión de la Cochrane consideró que era igual de eficaz que la TCC para los adultos con depresión, aunque con un bajo nivel de certeza dada la evidencia disponible.[165] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

La biblioterapia, un programa de autoayuda mediante la lectura, puede ofrecer beneficios a largo plazo para algunos pacientes.[166]

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Segunda línea – 

inhibidor de la monoaminooxidasa (IMAO)

Los regímenes farmacológicos específicos mencionados son solo ejemplos de regímenes de uso común. Consulte las guías locales para otros ejemplos y opciones de elección.

En los casos en los que no ha funcionado ningún otro tratamiento y el paciente puede tolerar un periodo de lavado farmacológico de su antidepresivo actual, un IMAO (p. ej., isocarboxazida, fenelzina, selegilina, tranilcipromina) puede ser excepcionalmente eficaz, aunque se asocia con un perfil de efectos adversos más graves y se recomiende solo cuando otras opciones resulten ineficaces.[234][235] El periodo de lavado farmacológico depende de la vida media del antidepresivo con el que se encuentre el paciente y puede variar de 1 a 5 semanas. No se debe usar un IMAO sin consultar primero con un psiquiatra.

Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) inhiben la monoaminooxidasa, causando un aumento de los neurotransmisores de monoamina (p. ej., serotonina, adrenalina y dopamina). Los IMAO se usan con poca frecuencia, ya que presentan muchas interacciones fármaco-fármaco y fármaco-alimento, y no se deben usar en pacientes con hipertensión. No se suelen usar en la atención primaria de la salud y no se deben usar sin antes consultar a un psiquiatra. Se requiere precaución cuando se prescribe para adultos mayores de 65 años debido a un mayor riesgo de efectos secundarios y un mayor uso de medicación concurrente en esta población. Los médicos deben empezar con la dosis más baja y subirla lentamente y ser conscientes de las posibles interacciones farmacológicas.[63]

Se requiere precaución cuando se cambia de un antidepresivo a otro, debido a riesgo de interacciones farmacológicas, síndrome serotoninérgico, síntomas de abstinencia o recaída. El tiempo necesario para asegurar un cambio seguro depende de varios factores, incluidas las propiedades farmacocinéticas de los fármacos y las posibles interacciones entre ellos, así como de las características del paciente, como la edad, la sensibilidad a los efectos adversos y la capacidad de esperar para iniciar un nuevo curso de tratamiento. En algunas situaciones, es posible administrar ambos fármacos durante un breve período de tiempo mientras se está produciendo el cambio; sin embargo, esto solo debe hacerse bajo la supervisión de un especialista. En otros casos, es más seguro adoptar un abordaje más conservador. Esto implica disminuir lentamente la dosis del primer fármaco antes de suspenderlo, y luego esperar un período de tiempo antes de comenzar el segundo medicamento (conocido como reposo farmacológico, que por lo general es de cinco vidas medias del primer fármaco). Los fármacos con una vida media más prolongada (p. ej., la fluoxetina) requieren períodos de reposo farmacológico más prolongados (p. ej., hasta de cinco o seis semanas) cuando se combinan con un fármaco con el que la combinación está contraindicada (p. ej., los inhibidores de la monoaminooxidasa con fluoxetina). Se dispone de recomendaciones específicas para cambiar de un antidepresivo a otro, junto con períodos de reposo farmacológico, y se debe consultar las directrices locales. En caso de duda, en ausencia de tales guías de práctica clínica, como principio general, realice una comprobación de las interacciones farmacológicas para asegurarse de que no existen contraindicaciones absolutas y, a continuación, empiece poco a poco hasta que se pueda determinar su seguridad.

Se debe continuar el tratamiento antidepresivo exitoso durante 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes que han presentado previamente recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido.

Opciones primarias

isocarboxazida: 10 mg por vía oral dos veces al día inicialmente, aumente según la respuesta, hasta un máximo de 60 mg/día administrada en 2-4 dosis fraccionadas.

O

fenelzina: 15 mg por vía oral tres veces al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 90 mg/día; reducir la dosis gradualmente una vez que se alcance el beneficio máximo a 15 mg una vez al día o en días alternos.

O

selegilina transdérmica: parche de 6 mg/24 horas una vez al día inicialmente, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 12 mg/24 horas

O

tranilcipromina: 30 mg/día por vía oral inicialmente administrados en 2-3 tomas fraccionadas, aumente gradualmente según la respuesta, hasta un máximo de 60 mg/día

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más – 

psicoterapia y otros tratamientos no farmacológicos

Se recomienda el tratamiento para TODOS LOS pacientes en el grupo de pacientes seleccionados

Compruebe y asegúrese de que el paciente ha iniciado una psicoterapia si los múltiples agentes farmacológicos no han tenido éxito; en particular, la terapia cognitivo-conductual (TCC) parece ser eficaz para reducir los síntomas en la depresión resistente al tratamiento con resultados duraderos (hasta al menos 1 año).[250]

Se ha demostrado que la psicoterapia es eficaz y eficiente en la reducción de los síntomas depresivos.[144][145] La psicoterapia es tan eficaz como la farmacoterapia y reduce el riesgo de recaída cuando se asocia al tratamiento farmacológico.[146][147] Las intervenciones psicológicas pueden reducir el número de días de baja o ausencia laboral por enfermedad, tanto si es de forma presencial o de manera online.[93]

La TCC ha demostrado una mayor eficacia que el placebo farmacológico en todos los niveles de gravedad.[148] La respuesta al tratamiento para la terapia cognitivo-conductual (TCC) es comparable a la respuesta del antidepresivo en algunos estudios.[149][Evidencia B] Los ensayos de tratamiento por etapas sugieren que la TCC puede resultar especialmente beneficiosa cuando se utiliza durante la fase de continuación del tratamiento; la TCC reduce el riesgo de recidiva o recurrencia al menos tan bien como la continuación del tratamiento con antidepresivos o incluso mejor que esta.[150][151][152] En ensayos clínicos combinados, la terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en mindfulness reveló ser particularmente útil en la prevención de recaídas.[153] La TCC parece tener un efecto duradero que reduce el riesgo posterior una vez finalizado el tratamiento.[154] También se ha encontrado que la TCC complementaria mejora los resultados del tratamiento de la depresión en el ámbito de la atención primaria.[155]

Otras modalidades psicoterapéuticas para la depresión incluyen la psicoterapia interpersonal (PTI), la terapia de resolución de problemas (TRP), la activación conductual y la biblioterapia. La PTI requiere que el paciente tenga la capacidad para el "insight" y se comprometa a realizar un tratamiento a largo plazo.[159] La frecuencia tanto de la terapia cognitiva conductual (TCC) como de la PI es determinada por el profesional de salud. El tiempo de respuesta es de aproximadamente 12 semanas. La psicoterapia interpersonal (PTI) puede mejorar el funcionamiento interpersonal y también parece eficaz para la prevención de recidivas.[160] La TRP se concentra en capacitar al paciente en habilidades y actitudes de adaptación para la resolución de problemas.[161][162] Los resultados de la TRP son comparables a los de la TCC en el ámbito de la atención primaria.[164]

La activación conductual es una alternativa menos cerebral y más conductual a la terapia cognitiva conductual (TCC). Esta promueve activamente el regreso al funcionamiento y presenta la ventaja de no requerir terapeutas de nivel doctoral para administrarla. Una revisión de la Cochrane consideró que era igual de eficaz que la TCC para los adultos con depresión, aunque con un bajo nivel de certeza dada la evidencia disponible.[165] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

La biblioterapia, un programa de autoayuda mediante la lectura, puede ofrecer beneficios a largo plazo para algunos pacientes.[166]

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terapia electroconvulsiva (TEC)

La terapia electroconvulsiva (TEC) puede ser una opción para aquellos pacientes que no han respondido a los antidepresivos o no pueden tolerarlos. El impacto transitorio sobre la memoria y la cognición, que puede reducir el funcionamiento durante el tratamiento activo, hace que la TEC sea menos deseable para los pacientes con depresión más leve. Los efectos de la TEC generalmente duran solo unas pocas semanas, por lo que se necesita la farmacoterapia para mantener sus efectos o actuar como terapia de mantenimiento.[111] Combinado con antidepresivos, el litio ha demostrado reducir el riesgo de recidiva tras la TEC.[251]

La terapia electroconvulsiva (TEC) se realiza bajo anestesia general, normalmente 2 o 3 veces a la semana durante un total de 6 a 12 tratamientos. La mejoría se suele observar después de varios tratamientos.[19]

Se estima que la tasa de mortalidad a causa de la TEC es de aproximadamente 2 muertes por cada 100,000 tratamientos, lo que significa que es uno de los procedimientos más seguros que se realizan con anestesia general.[105][106] En general, no hay un aumento del riesgo de complicaciones médicas en los pacientes que reciben TEC frente a los pacientes con un mismo grado de depresión que no reciben TEC.[107] El riesgo de muerte puede incrementarse en pacientes con enfermedad coronaria, debido a un mayor riesgo teórico de isquemia durante la convulsión inducida. Los efectos adversos cognitivos a corto plazo (p. ej. amnesia) son frecuentes.[110] Una proporción significativa de pacientes refieren pérdida persistente de memoria después de la TEC.

embarazadas

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seguimiento activo y/o antidepresivo y/o terapia electroconvulsiva (TEC)

Episodios leves: cuando el riesgo materno y fetal de una depresión no tratada es bajo, como en el caso de la depresión leve o moderada, el balance riesgo/beneficio puede inclinarse a favor de las terapias no farmacológicas, como se refleja en varias guías de práctica clínica de tratamiento en todo el mundo.[281]

Episodios moderados a graves: los estudios de seguridad del uso de antidepresivos en el embarazo en su mayor parte afirman que el riesgo para el feto es mínimo.[252][253] Existe escasa evidencia que proceda de ensayos controlados.[254] Faltan datos consistentes para apoyar la toma de decisiones completamente informada.[255][256][257][258][259][260][261][262] Algunos estudios de cohortes han objetivado un pequeño incremento del riesgo de preeclampsia, hemorragia postparto y diabetes gestacional en mujeres que mantienen los antidepresivos durante el embarazo.[263][264] En base a evidencia ambivalente sobre un riesgo incrementado de hemorragia postparto asociada con los antidepresivos, el gobierno del Reino Unido ha aconsejado ser prudentes.[265]

Las mujeres que interrumpen los antidepresivos tienen mayor probabilidad de sufrir una recaída durante el embarazo.[266] La depresión en sí misma puede afectar negativamente el desarrollo fetal (p. ej., que causa la hiperactividad y la irregular frecuencia cardíaca fetal), aumentar los niveles de cortisol de los bebés, impacto sobre el temperamento del bebé e influencia sobre el comportamiento en la infancia posterior y la adolescencia.[267]

Hay algunas evidencias que sugieren un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer para los bebés de madres tratadas con antidepresivos durante el embarazo.[264][268][269] Sin embargo, también hay evidencias que sugieren un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer en mujeres con depresión no tratada.[270]

Los médicos y las pacientes deben analizar detenidamente los riesgos de continuar con un tratamiento con antidepresivos durante el embarazo, frente a los riesgos de suspender o evitar los antidepresivos y exponer al feto a los efectos perjudiciales de la depresión preparto. A pesar de la falta de evidencias consistentes de los efectos perjudiciales de los antidepresivos para la salud y el desarrollo fetal e infantil, se requiere precaución. Se puede encontrar información actualizada sobre los daños potenciales de los antidepresivos y otros productos farmacéuticos en diversas fuentes. UK Teratology Information Service Opens in new window

La gravedad de los síntomas depresivos puede influir en la elección del tratamiento. En la depresión muy grave en el embarazo, la terapia electroconvulsiva (TEC) puede ser el tratamiento de elección cuando la gravedad de la enfermedad pone en riesgo al feto, ya sea por el mal cuidado materno o por el suicidio. No se conoce ningún riesgo para el feto por la terapia electroconvulsiva.[279][280]

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psicoterapia

Se recomienda el tratamiento para TODOS LOS pacientes en el grupo de pacientes seleccionados

La terapia cognitivo conductual (TCC) se asocia con un efecto de tratamiento moderado robusto para el trastorno depresivo mayor durante el embarazo. La psicoterapia interpersonal también parece tener un efecto de tratamiento, pero en menor medida que la terapia cognitiva conductual (TCC).[283] Existe evidencia que apoya el uso de intervenciones de terapia, como la terapia cognitivo conductual y la psicoterapia interpersonal, para prevenir la depresión en mujeres embarazadas y en el posparto que tengan un riesgo relativamente alto de depresión debido a antecedentes familiares, circunstancias vitales estresantes y complicaciones médicas del embarazo y del parto en la madre y el recién nacido.[59][60] Las visitas de escucha postparto, realizadas por enfermeras, pueden paliar los síntomas depresivos de leves a moderados.[284]

En curso

sensible al tratamiento

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terapia antidepresiva de mantenimiento

El mantenimiento de los antidepresivos después de la remisión no garantiza la protección contra la recidiva, pero hay evidencias de un beneficio al menos modesto.[140] Se debe continuar con el tratamiento antidepresivo que condujo a la remisión durante un tiempo de 9 a 12 meses después de la remisión.[136][137] Sin embargo, algunos médicos recomiendan que los pacientes que han presentado previamente recurrencias y recidivas frecuentes, que responden al tratamiento con antidepresivos de manera satisfactoria, reciban un tratamiento indefinido. En el caso de los pacientes que toman antidepresivos, se debe revisar periódicamente su uso para evaluar la eficacia y la presencia de efectos adversos, y para garantizar que su uso a largo plazo siga estando clínicamente indicado.[139]

Si es necesario interrumpir el tratamiento antidepresivo, disminuya lentamente la dosis para reducir el riesgo de síntomas de abstinencia desagradables; esto puede llevar varios meses a un ritmo que sea tolerable para el paciente. Tenga en cuenta que los síntomas de abstinencia de las personas pueden variar sustancialmente, desde los más leves y transitorios hasta los más duraderos y graves. Se debe monitorizar estrechamente al paciente para asegurarse de que cualquier síntoma aparente de abstinencia que surja no represente en realidad una recaída de su depresión.[139]

respondedor al tratamiento

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psicoterapia

Tratamiento adicional recomendado para ALGUNOS pacientes del grupo seleccionado

Se ha demostrado que diversas formas de psicoterapia son tanto eficaces como eficientes para reducir los síntomas depresivos y con una eficacia similar a la de la farmacoterapia.[144][145][146] En la fase de mantenimiento, se ha visto que la psicoterapia reduce la tasa de recaídas.[147] También hay pruebas de que el cambio en la fase de mantenimiento de la farmacoterapia a la psicoterapia puede ser al menos tan eficaz para prevenir recidivas como seguir con la farmacoterapia.[141][142] Las intervenciones psicológicas pueden reducir el número de días de baja o ausencia laboral por enfermedad, tanto si es de forma presencial o de manera online.[93]

La psicoterapia continua asociada al tratamiento con antidepresivos es una opción eficaz cuando se continúa durante las fases aguda y continua del tratamiento.[115] Los ensayos de tratamiento por etapas sugieren que la terapia cognitivo conductual (TCC) puede ser particularmente beneficiosa cuando se utiliza durante la fase de continuación del tratamiento; la TCC reduce el riesgo de recidiva/recurrencia al menos tan bien como, y quizás mejor que, la continuación del antidepresivo.[150][151][152]

En ensayos clínicos combinados, la terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en mindfulness reveló ser particularmente útil en la prevención de recaídas.[153]

La psicoterapia interpersonal también parece eficaz para la prevención de recaídas.[160]

Algunas guías de práctica clínica internacionales recomiendan la TCC informatizada para la prevención de recaídas en pacientes con depresión leve.[226]

episodio recurrente

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repetición de un régimen que induzca la remisión o tratamiento a largo plazo

Los episodios recurrentes de depresión mayor se deben tratar con el mismo antidepresivo que anteriormente llevó a la remisión, siempre que la recurrencia no se haya producido durante el tratamiento de mantenimiento adecuado con ese medicamento.

En el caso de pacientes que padecen su tercer episodio de depresión, se debe considerar un tratamiento de mantenimiento durante al menos 3 a 5 años, o de por vida.[137] Los pacientes con un segundo episodio de depresión y factores de riesgo de nuevas recurrencias (es decir, antecedentes familiares de trastorno bipolar, la recurrencia en el plazo de un año, el inicio en la adolescencia, la depresión grave o el intento de suicidio, el inicio repentino de los síntomas o los antecedentes de recurrencia) también pueden beneficiarse del tratamiento de mantenimiento a largo plazo. La selección y el éxito de estos tratamientos dependen del tipo y la gravedad de los síntomas de depresión, pero a menudo dependen de una estrategia de ensayo y error.

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psicoterapia

Se recomienda el tratamiento para TODOS LOS pacientes en el grupo de pacientes seleccionados

Se ha observado que la psicoterapia reduce las tasas de recaída.[147] La psicoterapia en pacientes que sufren de episodios recurrentes puede ser bien orientada si se dirige a la desesperación que los pacientes sienten cuando ven la recuperación como un alivio temporal del sufrimiento, y si educa a los pacientes acerca de las maneras de lidiar con y posiblemente prevenir las recurrencias. También hay pruebas de que el cambio en la fase de mantenimiento de la farmacoterapia a la psicoterapia puede ser al menos tan eficaz para prevenir recidivas como seguir con la farmacoterapia.[141][142] Las intervenciones psicológicas pueden reducir el número de días de baja o ausencia laboral por enfermedad, tanto si es de forma presencial o de manera online.[93]

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