Cribado
Todos los individuos de alto riesgo (p. ej., aquellos con IMC bajo, amenorrea, preocupación excesiva por peso corporal o que presenta signos de semiinanición) deben ser evaluados para anorexia nerviosa durante las visitas de rutina.[31] No se recomienda el cribado en adolescentes o adultos de bajo riesgo con un IMC normal o alto.[40]
La intervención precoz es fundamental para las personas con síntomas de inicio reciente y para las que aún no cumplen los criterios diagnósticos completos (es decir, las personas que presentan una anorexia nerviosa por debajo del umbral).[41] El objetivo fundamental es interrumpir la restricción de la ingesta calórica antes de que sea un patrón establecido de comportamiento. Se pueden usar tratamientos psicológicos como los descritos en la sección de tratamiento del tema (p. ej., terapia conductual cognitiva centrada en trastornos de la alimentación o manejo clínico de apoyo especializado), con la participación de la familia para las personas jóvenes.
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