Antecedentes de caso

Antecedentes de caso

Una niña de 15 años, acompañada por su madre, acude a su médico de atención primaria quejándose de fatiga e insomnio de 6 meses de duración. El médico advierte que la paciente es bastante menuda y usa ropa suelta y demasiado grande. No hay hallazgos físicos, pero, durante la exploración, la paciente es reticente a subirse a la báscula, mencionando que está segura de haber engordado demasiado desde la última visita y que debería pasar más tiempo haciendo ejercicio en el gimnasio. Al pesarla, se descubre que cumple con el 88% de los requisitos de peso mínimo para su edad y altura. La madre está preocupada ya que su hija ha estado comiendo poco y haciendo ejercicio a diario y parece no estar interesada en sus amigos.

Otras presentaciones

Al igual que en las mujeres, en los hombres suele aparecer en la adolescencia y al comienzo de la vida adulta, aunque el diagnóstico se puede realizar cuando la enfermedad lleva más tiempo presente que lo que suele ocurrir con las mujeres. En un estudio de 135 hombres que recibían tratamiento para trastornos de la alimentación en un centro médico universitario, los pacientes comunicaron estar avergonzados de que se les atribuyera un trastorno culturalmente definido como "femenino" y, con frecuencia, buscaron ayuda en etapas tardías de la enfermedad.[3]

Los pacientes que presentan síntomas atípicos y por debajo del umbral se categorizan como "otro trastorno de la alimentación especificado" en el Diagnostic and statistical manual of mental disorders, 5ª edición (DSM-5). Por ejemplo, un paciente que cumple con todos los criterios de la anorexia nerviosa, pero se encuentra en un peso normal o superior al normal, se diagnosticaría de anorexia nerviosa atípica, que se describe brevemente en la sección "otros trastornos de la alimentación especificados" en el DSM-5-TR.[1]

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