Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

presencia de factores de riesgo

Los factores de riesgo clave incluyen sexo femenino, adolescencia/pubertad y rasgos obsesivos/perfeccionistas.

peso corporal significativamente bajo

Aunque no hay una única definición de peso corporal bajo, los adultos con anorexia nerviosa suelen presentar un índice de masa corporal (IMC) <18.5 kg/m².

Para niños y adolescentes, un IMC por debajo del percentil 5 para su edad suele indicar un bajo peso corporal, aunque la determinación del peso bajo se debe hacer teniendo en cuenta el contexto de la constitución y la trayectoria de crecimiento del individuo. Un IMC de <13 kg/m² en un adulto y un IMC inferior al 70% del IMC previsto para la edad en un niño indica un riesgo inminente para la vida. Tenga en cuenta que la tasa de pérdida de peso también es importante; la pérdida de >1 kg por semana durante 2 semanas consecutivas indica un motivo particular de preocupación.[32]

temor a ganar peso o a ponerse gordo, o comportamientos que interfieren con el aumento de peso a pesar de haber evidencias de que el peso corporal es significativamente bajo

Los pacientes pueden decir que creen que están gordos o que tienen miedo a estarlo. Alternativamente, pueden creer que su peso bajo actual "está bien", y que no precisan un aumento de peso, ya que eso supondría llegar a un peso excesivamente alto.

En otros casos los pacientes pueden decir que saben que su peso es bajo pero que no precisan un aumento de peso. En el caso de estos individuos, es importante determinar si sus comportamientos pueden indicar una reticencia, o interferir, con la recuperación del peso. Este tipo de comportamientos pueden incluir evitar los alimentos, ejercicios excesivo y realizar purgas.

Con frecuencia, los pacientes expresan su reticencia a las intervenciones para subir de peso.

imagen corporal distorsionada

Los pacientes están extremadamente influidos por pensamientos sobre la forma y el peso del cuerpo. Puede que experimenten distorsión cognitiva respecto a la forma y el tamaño real de su cuerpo. Pueden sentir que ciertas partes del cuerpo son excesivamente grandes, pueden presentar comportamientos en los que examinan repetidamente el tamaño de ciertas partes del cuerpo y con frecuencia son incapaces de reconocer la delgadez en general.

restricción calórica

Los individuos con anorexia nerviosa limitan la ingesta de calorías en relación con los requisitos. La ingesta calórica diaria total de las personas con anorexia nerviosa puede ser excesivamente baja (p. ej., de 300 a 700 kcal) y se suele lograr evitando las grasas en la dieta.

atracones y/o purgas

Se debe preguntar sobre la ingesta compulsiva y las purgas a todas las personas que presentan anorexia nerviosa. Puede que las personas afectadas decidan no revelar estos síntomas de la enfermedad.

Los pacientes con anorexia nerviosa pueden haber definido subjetivamente lo que es un episodio de ingesta compulsiva, es decir, que una sufren pérdida de control cuando comen cantidades de comida que, objetivamente, no son de gran tamaño.

Cualquier patrón de atracones o purgas en los 3 meses previos se considera indicativo del subtipo compulsivo/purgativo.

Los individuos con comportamiento de vómitos pueden presentar signos físicos de erosión dental.

Si el vómito suele estar asociado con la inducción manual del reflejo faríngeo, puede que se observen callos o abrasiones en el dorso de la mano.

abuso de laxantes, diuréticos o píldoras adelgazantes

Puede estar asociado con el subtipo compulsivo/purgativo.

amenorrea

La amenorrea se observa con frecuencia en niñas de bajo peso y en mujeres con anorexia nerviosa. Las pacientes más jóvenes pueden presentar amenorrea primaria y pueden no ser conscientes de que su estado de bajo peso corporal ha contribuido a una actividad hipogonadal. Además, puede que las pacientes que toman anticonceptivos orales consideren no estar afectadas tan gravemente por la anorexia nerviosa porque no han sufrido una amenorrea franca. Se debe ofrecer psicoeducación sobre los riesgos del bajo peso, incluido el riesgo de pérdida ósea con la anorexia nerviosa, incluso entre las personas que toman hormonas administradas oralmente (es decir, anticonceptivos orales).

disminución de grasa subcutánea

Durante la exploración física, muchos pacientes con anorexia nerviosa parecen caquécticos debido a la falta de grasa corporal. Las estructuras óseas, como las clavículas, vértebras, coxis y cresta ilíaca pueden sobresalir notablemente.

Otros factores de diagnóstico

común

fatiga general, debilidad y mala concentración

Específicamente relacionados con la pérdida de peso.

Los pacientes pueden comunicar que ya no les interesa leer o ver películas y, con un interrogatorio más profundo, reconocer una mayor dificultad para prestar atención y centrarse en las cosas.

preocupación significativa con pensamientos sobre la comida

Puede aparecer a pesar del comportamiento de evitación de la comida que se observa en muchos individuos con anorexia nerviosa.

Puede que los pacientes pasen tiempo leyendo cartas de restaurantes, recetas o información nutricional.

hipotensión ortostática

El estado de bajo nivel de líquido puede causar que la recuperación del equilibrio al ponerse de pie sea lenta.

Puede conducir a mareos o síncope franco.

Puede resultar en hipovolemia y/o bradicardia y/o gasto cardíaco bajo.

La hipotensión ortostática con síncope recurrente es otra causa particular de preocupación y generalmente se observa junto con anomalías en el ecocardiograma mientras persiste la desnutrición.[32]

síntomas gastrointestinales inespecíficos

Los pacientes a menudo reportan saciedad, distensión, cólicos y estreñimiento.

Estos síntomas son probablemente la consecuencia del vaciado gástrico enlentecido asociado con la anorexia nerviosa y mejoran con la realimentación y la recuperación del peso.

síntomas y signos cardíacos

La presentación cardíaca más frecuente es la bradicardia.

Otras anormalidades incluyen prolongación del intervalo QTc, bloqueo cardíaco auriculoventricular de primer grado y, especialmente entre individuos con alteraciones electrolíticas, cambios inespecíficos en la onda T.

Las características de alto riesgo en el ECG incluyen QTc prolongado (<18 años: hombres >450 ms, mujeres >460 ms; ≥18 años: hombres >430 ms, mujeres >450 ms), frecuencia cardíaca <40 lpm y arritmia asociada con desnutrición y/o alteraciones electrolíticas.[32]

También se ha descrito prolapso de la válvula mitral, probablemente asociado con los cambios anatómicos que se dan en la anorexia nerviosa, incluida la reducción del músculo cardíaco y de la grasa visceral.

Con muy poca frecuencia se observan derrames pericárdicos.

cambios en el pelo, la piel y las uñas

Aparecen en el contexto de la desnutrición.

Puede aparecer lanugo en la cara, el tronco y los brazos. También puede aparecer piel seca y uñas quebradizas.

Puede que el pelo pierda volumen, lo que puede motivar al paciente a mejorar su estado nutricional.

infrecuente

edema postural

Esto puede ocurrir sobre todo durante el proceso de realimentación.

Suele ser transitorio y se resuelve rápidamente durante la realimentación.

Un edema significativo indica la necesidad de monitorizar cuidadosamente los signos y síntomas del síndrome de realimentación.

osteopenia u osteoporosis

Es más probable que se presente en individuos que han estado enfermos durante varios años.

Se deben evaluar cuidadosamente la alimentación y el estado nutricional de las personas jóvenes que presentan fracturas por sobrecarga y/o baja densidad ósea en la radioabsorciometría de doble energía.

Factores de riesgo

Fuerte

sexo femenino

Se estima que aproximadamente el 70% de los pacientes con anorexia nerviosa son mujeres, pero dado que los hombres acuden a tratamiento con menos frecuencia o en una etapa tardía de la evolución de la enfermedad, el 90% de los pacientes evaluados probablemente sean mujeres.[7]

adolescencia y pubertad

La tasa máxima de inicio de la enfermedad se da en los años centrales de la adolescencia, entre las edades de 14 y 18 años, aunque los casos de anorexia nerviosa que debutan en la adolescencia temprana e incluso en la niñez son más comunes que lo que solían ser.[12][13][14]

Doce estudios de incidencia acumulativa muestran una incidencia 5 veces mayor en adolescentes en comparación con mujeres mayores.[23]

rasgos obsesivos y perfeccionistas

Fuertemente vinculado a la anorexia nerviosa en la investigación de casos.

Riesgo no específico de desarrollar anorexia y bulimia nerviosa.[24]

exposición a los medios occidentales

En mujeres, la prevalencia de la enfermedad en Norteamérica y Europa occidental es de 0.1% a 5.7%.[25]

Los estudios de caso se centran en el síndrome de cambio de cultura, en el que los inmigrantes que se trasladan a culturas de influencia occidental muestran una mayor incidencia, pero esto puede cambiar a medida que el acceso a los medios de comunicación sea más universal en todo el mundo.[26]

influencia genética

Los estudios realizados con gemelos sugieren que el riesgo de desarrollar anorexia nerviosa es notablemente alto cuando una gemela idéntica desarrolla la enfermedad.

Tener un gemelo fraternal afectado conlleva un menor riesgo que tener un gemelo idéntico afectado, lo que apoya la evidencia que apunta a que el riesgo de desarrollar la enfermedad tiene un componente genético.[27] Una revisión de los trastornos de la alimentación identificados en una gran muestra nacional sueca de gemelos describió una estimación de la heredabilidad del 57% para la anorexia nerviosa, lo que indica una contribución sustancial de los factores genéticos a la afección.[19]

Débil

clases socioeconómicas media y alta

Vinculadas a un mayor riesgo de trastornos de la alimentación a excepción de los trastornos de ingesta compulsiva.[28][29]

La presión por alcanzar una figura más delgada parece aumentar con el aumento del estatus socioeconómico.[16]

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