Abordaje

Se requiere un enfoque multidisciplinar para la fase aguda, combinando la terapia de soporte y la terapia modificadora de la enfermedad con altas dosis de inmunoglobulina intravenosa (IGIV) o plasmaféresis.[12] La IGIV y la plasmaféresis son igualmente eficaces.

Terapia de soporte: manejo respiratorio

La insuficiencia respiratoria es frecuente en el SGB, y aproximadamente entre el 20% y el 30% de los pacientes necesitan apoyo ventilatorio en una unidad de cuidados intensivos (UCI).[12][129]

Los factores de riesgo para el avance a la ventilación mecánica incluyen: poco tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el ingreso hospitalario, debilidad bulbar, cervical o facial, debilidad muscular grave en el momento del ingreso hospitalario e inestabilidad autonómica.[128][129] Los algoritmos o herramientas que predicen el riesgo de insuficiencia respiratoria de un paciente en el momento del ingreso (p. ej., la puntuación de insuficiencia respiratoria del SGB Erasmus [EGRIS]) pueden ser más fiables que las variables individuales.[128][129][11] No se debe confiar en la oximetría de pulso, ni en la gasometría arterial (GSA), ya que, tanto la hipoxia como la hipercapnia, son signos tardíos y los pacientes se descompensarán muy rápidamente.

No hay evidencias suficientes para recomendar métodos específicos para la monitorización de la función respiratoria, pero el estado respiratorio se debe controlar en todos los pacientes.[150] La espirometría a pie de cama, incluida la medición de la capacidad vital forzada, debe realizarse inicialmente cada 6 horas. La espirometría inicial también ayudará a la clasificación del paciente entre la unidad de cuidados intensivos (UCI) y la habitación en planta.

Se debe intubar de forma temprana a los pacientes con disfunción bulbar, alto riesgo de aspiración (es decir, infiltrados en la radiografía de tórax) y nueva atelectasia en la radiografía de tórax para la protección de las vías respiratorias y la inminente insuficiencia respiratoria.

En los pacientes sin disfunción bulbar o con disfunción bulbar leve sin riesgo de aspiración, se debe usar la regla 20/30/40.[125] El paciente debe ser monitorizado en la UCI y se debe considerar una intubación electiva si se presenta cualquiera de las siguientes situaciones:

  • La capacidad vital <20 ml/kg

  • La presión inspiratoria máxima peor que -30 cmH₂O (fuerza inspiratoria negativa)

  • La presión espiratoria máxima es <40 cmH₂O

  • La capacidad vital, la presión inspiratoria máxima o la presión espiratoria máxima se reduce en un 30% o más con respecto a los valores iniciales.[125]

La duración media de la ventilación es de 15 a 43 días, y el destete debe guiarse por pruebas de función pulmonar (PFR) seriadas y la evaluación de la fuerza.[150] La necesidad de una traqueotomía se debe tratar desde la semana 2 en adelante, especialmente si las PFR no muestran mejoría. Si existe una mejoría de las PFR por encima de los niveles iniciales, la traqueotomía se puede retrasar una semana más antes de una nueva evaluación.[150]


Demostración animada de la intubación traqueal
Demostración animada de la intubación traqueal

Cómo insertar un tubo traqueal en un adulto utilizando un laringoscopio.



Demostración animada de la ventilación de bolsa-válvula-máscara
Demostración animada de la ventilación de bolsa-válvula-máscara

Cómo utilizar el aparato bolsa-válvula-mascarilla para proporcionar asistencia ventilatoria a adultos. Vídeo de demostración de la técnica para dos personas.



Demostración animada de la vía aérea nasofaríngea
Demostración animada de la vía aérea nasofaríngea

Cómo seleccionar el tamaño correcto de la vía aérea nasofaríngea e insertar el dispositivo de vía aérea de forma segura.



Demostración animada de vías aéreas orofaríngeas
Demostración animada de vías aéreas orofaríngeas

Cómo dimensionar e insertar una vía aérea orofaríngea.


Terapia de soporte: manejo cardiovascular

Se debe iniciar la monitorización hemodinámica del pulso y la presión arterial (PA) desde el ingreso. Sería prudente considerar la telemetría, especialmente si hay evidencia de disautonomía. Si hay presencia de disautonomía, se debe iniciar el monitorización cardíaca continua y colocar una sonda de Foley desde el momento del ingreso. No hay datos suficientes para los métodos y configuración de los monitores, pero se debe monitorizar el pulso y la presión arterial de todos los pacientes con enfermedad grave hasta que no dependan de la asistencia respiratoria y hayan comenzado a recuperarse.[17][150]

El equilibrio hidroelectrolítico se debe monitorizar cuidadosamente, sobre todo porque la disfunción autonómica hace que la determinación clínica del estado de hidratación sea muy difícil. Los episodios de hipotensión se pueden manejar bolos de fluidos.

Si la presión arterial (PA) es muy inestable, se debe iniciar una monitorización de la presión arterial intraarterial. Los episodios de hipertensión deben tratarse con fármacos de acción corta (p. ej., labetalol, esmolol y nitroprusiato) para evitar la hipotensión abrupta.

Otros factores que pueden potenciar la disautonomía incluyen maniobras tales como la aspiración, el cambio de posición (es decir, acostado a sentado) y los medicamentos (fármacos antihipertensivos, succinilcolina).[153]

Terapia de soporte: profilaxis de trombosis venosa profunda (TVP)

La inmovilidad y la hipercoagulabilidad de los tratamientos como la IGIV pueden aumentar el riesgo de TVP en estos pacientes.[154] Se recomienda una anticoagulación profiláctica adecuada (p. ej., un anticoagulante oral directo, heparina no fraccionada subcutánea o una heparina de bajo peso molecular) y medias de soporte para los pacientes no ambulantes hasta que puedan caminar de forma independiente.[150]

Terapia de soporte: manejo del dolor

Varios medicamentos (p. ej., gabapentina, carbamazepina, amitriptilina) pueden ser útiles en el manejo agudo y a largo plazo del dolor neuropático asociado al SGB.[150] Los opioides pueden agravar la dismotilidad intestinal autónoma y la distensión de la vejiga, por lo que deben utilizarse con precaución.[155][150][156]

Elección de la inmunoterapia

La inmunoterapia comprende la IGIV o el intercambio plasmático.

La IGIV y la plasmaféresis son igualmente eficaces.[157][11] Una revisión de la Cochrane encontró evidencias de calidad moderada de que, en la enfermedad grave, la IGIV administrada en las dos semanas siguientes al inicio de la enfermedad acelera la recuperación en una medida similar a la de la plasmaféresis.[52] No se recomienda el tratamiento combinado (plasmaféresis seguida de IGIV).[52][157][11]

La IGIV se administra por medio de una infusión intravenosa periférica. Se utiliza con mayor frecuencia que la plasmaféresis porque esta requiere un acceso venoso central y se asocia con problemas de tolerabilidad.[158] Las complicaciones relacionadas con el tratamiento ocurren con menos frecuencia con la IGIV que con la plasmaféresis.[157]

La IGIV es un producto sanguíneo mezclado y se asocia al riesgo de transmisión de patógenos (p. ej., VIH, hepatitis B o C, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob), aunque el riesgo es bajo.

La IGIV puede precipitar la anafilaxis en una persona con deficiencia de IgA, y está contraindicada en estos pacientes. Se prefiere la plasmaféresis en presencia de insuficiencia renal en curso.

Ensayos clínicos aleatorizados de gran tamaño han establecido la eficacia de la plasmaféresis en la enfermedad grave.[14][159][160] La plasmaféresis se recomienda para los pacientes ambulatorios >2 semanas desde el inicio de los síntomas neurológicos porque los ensayos con IVIG no incluyeron a estos pacientes.[157][161]

La evidencia sugiere que en adultos con SGB, la plasmaféresis ofrece resultados superiores a los cuidados de soporte con respecto a:[50]

  • El tiempo medio para recuperarse y caminar con ayuda (resultado primario)

  • Tiempo más corto para el inicio de la recuperación (resultado primario)

  • Mejoría de un grado de discapacidad a las 4 semanas (resultado secundario).

No hay evidencias de la eficacia relativa de la plasmaféresis y la IGIV para el tratamiento de las formas axonales de SGB.

La monoterapia con corticosteroides no acorta significativamente el tiempo de recuperación, ni previene la discapacidad a largo plazo en pacientes con SGB; los corticosteroides orales retrasan la recuperación en comparación con el placebo, posiblemente debido a los efectos nocivos sobre el músculo denervado.[162] [ Cochrane Clinical Answers logo ] [Evidencia B]

Inmunoglobulina intravenosa (IGIV)

Se recomienda la inmunoglobulina intravenosa (IGIV) en:[52][157]

  • pacientes ambulatorios ≤2 semanas desde el inicio de los síntomas neurológicos

  • los pacientes que requieren ayuda para caminar a las 2 o 4 semanas desde el inicio de los síntomas neurológicos.

Un estudio retrospectivo de pequeño tamaño muestral no encontró diferencias en los resultados de dos grupos a los que se les administró IGIV en los 7 días siguientes al inicio de los síntomas o 7 días o más después del inicio de los mismos.[163]

Un ensayo controlado aleatorizado no encontró pruebas de ningún beneficio de un segundo ciclo de IGIV para los pacientes con SGB con un mal pronóstico y se observó riesgo de eventos adversos graves. Por lo tanto, no se recomienda un segundo curso de IGIV.[164]

Plasmaféresis

La plasmaféresis debe realizarse lo antes posible:[157]

  • Dentro de las 4 semanas siguientes al inicio de los síntomas para los pacientes no ambulatorios

  • Dentro de las 2 semanas siguientes al inicio de los síntomas para los pacientes ambulatorios.

La plasmaféresis es más eficaz si se inicia dentro de los 7 días siguientes al inicio de los síntomas, pero se ha observado una mejora en el resultado cuando la plasmaféresis se inició hasta 30 días después de su inicio.[50][165]

Se debe iniciar la plasmaféresis en paralelo con los cuidados de soporte. A menudo se necesitan de dos a cinco plasmaféresis, dependiendo de la gravedad del SGB.[50] Los pacientes que se someten a una plasmaféresis deben monitorizarse estrechamente para detectar alteraciones electrolíticas y coagulopatías.

El riesgo de recidiva durante los primeros 6 a 12 meses después del inicio de los síntomas es mayor con la plasmaféresis, en comparación con los no tratados.[50]

Rehabilitación

Esto se recomienda en la fase aguda. Comprende el fortalecimiento suave que implica ejercicios isométricos, isotónicos, isocinéticos, de resistencia manual y de resistencia progresivos. La rehabilitación se debe enfocar en el posicionamiento adecuado de la extremidad, la postura, la ortopedia y la nutrición.[150][11] Se ha demostrado que un enfoque multidisciplinario mejora la discapacidad y la calidad de vida, y también reduce el cansancio.[166]

El uso de este contenido está sujeto a nuestra cláusula de exención de responsabilidad