Abordaje

La mayoría de los pacientes carecen de síntomas y se les detecta el aneurisma durante la exploración física o a través de estudios de imágenes realizados por otras razones.

Antecedentes

En una minoría de pacientes que experimentan síntomas, el dolor abdominal, lumbar e inguinal son típicos. La historia clínica se orienta hacia los factores de riesgo:

  • Desarrollo (es decir, hiperlipidemia, trastornos del tejido conjuntivo, enfermedad pulmonar obstructiva crónica e hipertensión)[1][5][13][15][22][58][59][63][70]

  • Expansión (es decir, trasplante cardíaco o renal previo, accidente cerebrovascular previo, edad avanzada [>70 años] y enfermedad cardíaca grave)[71][72][73]

  • Rotura (es decir, sexo femenino, trasplante cardíaco o renal previo, hipertensión).[13][54][55][73]​​[74][75]

Los antecedentes de tabaquismo incrementan el riesgo del paciente al desarrollo, la expansión y la rotura de un aneurisma de aorta abdominal (AAA).[5][13][22][23][43][75]​​​​ En los hombres que nunca han fumado, los factores de riesgo importantes para el AAA incluyen la edad avanzada y un pariente de primer grado con AAA.[3][4]

Se puede obtener una anamnesis de cirugías abdominales previas o de reparación endovascular previa de aneurisma aórtico y antecedentes familiares de AAA.

Exploración física

Se puede palpar el abdomen en busca de una masa abdominal pulsátil y un abdomen doloroso a la palpación. El examen físico debe incluir una evaluación de aneurisma de la arteria periférica (femoral y poplítea).[76]

La palpación de un aneurisma durante el exploración física se ha dado solamente en pacientes delgados y en aquellos con AAA >5 cm, con una sensibilidad y especificidad global del 68% y del 75%, respectivamente.[1][77] Las tasas de detección se ven afectadas por el diámetro aórtico, la experiencia del clínico y el hábito corporal del paciente.[3] La sensibilidad de la palpación abdominal para detectar AAA disminuye en pacientes con una circunferencia abdominal superior a 100 cm.[77]​​

La tríada clásica de una masa abdominal pulsátil con hipotensión y dolor abdominal y/o de espalda está presente en aproximadamente el 50% de los pacientes con rotura de AAA.[3]

La presencia de fiebre puede incrementar la sospecha de un AAA infeccioso en un entorno clínico adecuado.

Pruebas clave

La sospecha de una rotura de AAA o AAA sintomático es una emergencia médica; se requiere la revisión inmediata de un cirujano vascular. Véase Manejo de gestión. Se necesita una ecografía aórtica urgente para confirmar el diagnóstico; sin embargo, el diagnóstico clínico y el tratamiento de una rotura de AAA no deben retrasarse a la espera de los resultados de la ecografía.[76][78]​​​

El ultrasonido se realiza de manera perpendicular al eje de la aorta, ya que la vista oblicua puede sobreestimar el diámetro real de la aorta.​[2]​​[5][79]​ Desafortunadamente, el ultrasonido ofrece poca utilidad en los estudios por imágenes de aneurismas cercanos al origen de, o proximales a, las arterias renales.[80][81] En pacientes seleccionados, se recomienda la tomografía computarizada como primera prueba diagnóstica para evaluar a los pacientes de los que se cree que tienen AAA y que presentan dolor abdominal o de espalda de inicio reciente, particularmente en presencia de una masa epigástrica pulsátil o factores de riesgo significativos para AAA.[76]

Otras pruebas diagnósticas

Una vez que se realiza el diagnóstico, se utilizan imágenes adicionales con angiografía por tomografía computarizada (ATC) para descartar una ruptura y para una cartografía anatómica que asista en los planes de cirugía (abierta o endovascular).[78][79][82]

Una velocidad de sedimentación globular y proteína C-reactiva elevadas sugieren un diagnóstico de posible AAA inflamatorio.[5]

Una leucocitosis y una anemia relativa en el hemograma completo con hemocultivo positivo indican la presencia de AAA infeccioso.[12]

La tomografía por emisión de positrones-tomografía computarizada (TEP-TC) se utiliza para el diagnóstico y seguimiento de las patologías aórticas asociadas a aneurismas inflamatorios, infecciones aórticas (incluidos los AAA micóticos), prótesis infectadas e injertos de stent.[3][83]

Factores pronósticos de riesgo de rotura, incluidos la tasa de dilatación del AAA, el aumento del espesor del trombo intraluminal, la rigidez de la pared, la tensión de la pared y el estrés máximo de la pared del AAA.[10][76][84]​​

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