Discusión con el paciente
La educación del paciente es esencial antes de iniciar la administración de warfarina. Los pacientes deben ser informados sobre el uso adecuado de la warfarina, la necesidad de una prueba periódica de coagulación de la sangre (relación internacional normalizada [INR]) y la necesidad de un seguimiento periódico.
La dosificación y la monitorización de la warfarina difieren de muchos otros medicamentos.
La warfarina dificulta la coagulación de la sangre y, por tanto está asociada a un riesgo de sangrado.
El efecto del fármaco se mide con el INR.
La dosis de warfarina frecuentemente cambia con el paso del tiempo, y las dosificaciones que varían según el día de la semana son muy comunes (p. ej., 4 mg los días lunes, miércoles, viernes y domingo; 5 mg los días martes, jueves y sábado).
La dosificación se suele referir a la dosificación semanal, dadas las fluctuaciones diarias de la dosis.
Los valores deseados u objetivo del INR suelen variar entre 2 y 3.
El INR debe comprobarse (monitorizarse) con frecuencia, con análisis de sangre, a menudo una o dos veces por semana hasta que se alcance la dosis estable, y posteriormente con un intervalo prolongado (4-12 semanas).
Se debe instruir a los pacientes sobre cómo manejar una dosis olvidada (el enfoque puede variar según el gestor de warfarina).
Los pacientes deben tener muy clara la dosis diaria de warfarina y los colores de sus diferentes comprimidos de warfarina.
Un organizador de píldoras puede ser útil.
Muchos fármacos interactúan con la warfarina.
Se debe informar al médico/profesional de salud que supervisa el tratamiento con warfarina, siempre que se inicie la toma de un nuevo medicamento (p. ej., un medicamento recetado o sin receta, un suplemento o una terapia a base de hierbas) por primera vez, o cuando se deje de tomar un medicamento actual o se ajuste la dosis. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) deben evitarse, o bien utilizarse con extrema precaución bajo supervisión médica.
Incluso cuando los medicamentos no interactúan con las pruebas de INR, pueden aumentar el riesgo de sangrado a través de interacciones farmacodinámicas (AINE, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina).
Los cambios en la dieta pueden afectar al INR.
La ingesta de alimentos con altas cantidades de vitamina K (p. ej., espinacas, brócoli) puede afectar especialmente al INR; es aceptable comer cualquier cantidad de verduras o alimentos con alto contenido en vitamina K, siempre que la ingesta sea constante de una semana a otra.
El alcohol debe consumirse con precaución y solo en pequeñas cantidades.
Debe evitarse el zumo de pomelo.
Evitar las actividades de alto riesgo.
Deben evitarse las actividades que conlleven un alto riesgo de traumatismo o sangrado grave o, si no es posible, deben tomarse precauciones de seguridad adicionales.
Anticoagulantes orales directos
Los anticoagulantes orales directos (DOAC) no requieren una monitorización por parte del laboratorio de ensayos de coagulación. Varios medicamentos pueden interactuar con los DOAC, provocando un aumento del riesgo de sangrado o de trombosis (p. ej., primidona, amiodarona, diltiazem, verapamilo, rifampicina, fenitoína, fenobarbital). Las interacciones suelen estar mediadas por la enzima citocromo P450 (CYP450) y/o la glucoproteína de permeabilidad transportadora (P-gp).[226]
Los pacientes con EP subsegmentaria y sin TVP proximal en las piernas que tienen un bajo riesgo de TEV recurrente deben ser informados sobre los signos y síntomas clínicos de trombosis progresiva a los que deben estar atentos y la necesidad de reevaluación si están presentes.[21]
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