Pronóstico

La enfermedad no tiene cura, y muchas personas, especialmente los no fumadores, tienen vidas normales.[5][57]

Enfermedad pulmonar

En el déficit de alfa-1-antitripsina (AAT), entre el 50% y el 72% de las muertes son a causa de insuficiencia respiratoria, lo que representa un porcentaje mayor de muertes que por insuficiencia hepática.[23][61][97]

La evidencia sugiere que la mediana de edad de muerte en el déficit de AAT es de 40 años en fumadores y de 65 años en no fumadores, a causa del enfisema de inicio temprano y enfermedad pulmonar progresiva.[23]

El VEF1 debe usarse como un factor pronóstico de supervivencia en estos pacientes, ya que se ha establecido una correlación entre la mortalidad a los 2 años y un VEF1 >35%.[98] Las tasas de disminución del VEF1 oscilan entre 47 y 80 ml/año en personas que nunca han fumado, entre 41 y 81 ml/año en ex fumadores y entre 61 y 316 ml/año en fumadores.[45]​​[46][47]​​​​ La terapia de aumento de AAT ralentiza la evidencia radiográfica de la enfermedad pulmonar con eficacia y también proporciona un beneficio sobre la mortalidad.[60][61]

La tasa de supervivencia a los 5 años tras un trasplante de pulmón es de aproximadamente el 50%.[79][80][81]​​ La mediana de supervivencia es de 6.3 años.[81]

Hepatopatía

Los pacientes con IP*ZZ que no manifiestan síntomas pulmonares tienen mayores probabilidades de presentar cirrosis y, finalmente, insuficiencia hepática.[26]

Se ha detectado fibrosis hepática en un 20% a un 36% de los adultos asintomáticos con déficit de AAT IP*ZZ, mientras que la prevalencia reportada de cirrosis oscila entre el 2% y el 43%.[5][27][28] La prevalencia de cirrosis es mayor en los adultos mayores con IP*ZZ que nunca han fumado; un tercio de los pacientes de edad avanzada con un fenotipo homocigoto fallecerá debido a complicaciones relacionadas con hipertensión portal y cáncer hepático primario.[5]

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