Antecedentes de caso

Antecedentes de caso #1

Una mujer de 35 años que vive en el litoral de Connecticut encontró una garrapata en la parte posterior de su rodilla en agosto. Su médico de atención primaria retira la garrapata y observa que se trata de una ninfa de Ixodes scapularis ingurgitada y le administra 1 dosis de doxiciclina como profilaxis contra la enfermedad de Lyme. Dos semanas después, comienzan a aparecer de forma más gradual malestar general y fatiga, seguidos por fiebre. Visita a su médico de atención primaria nuevamente y este solicita hemograma completo, perfil hepático y serología de anticuerpos para Borrelia burgdorferi y Anaplasma phagocytophilum y obtiene un frotis de sangre fino preparado con tinción de Giemsa. El frotis de sangre revela formas pequeñas de anillos intraeritrocíticos compatibles con Babesia microti. La paciente recibe un ciclo de 7 días con azitromicina y atovaquona, luego del cual presenta una remisión completa de los síntomas. No se detectan anticuerpos para Borrelia burgdorferi ni para Anaplasma phagocytophilum.

Antecedentes de caso #2

Un hombre de 65 años que vive en Nantucket, Massachusetts, y toma rituximab debido a un linfoma, se presenta en el servicio de urgencias de su hospital local con fiebre y escalofríos intensos que padece desde hace 2 días. Presenta anemia grave, proteinuria y hemoglobinuria. Se ingresa al paciente en el hospital y se le administran antibióticos de amplio espectro por presunta infección bacteriana. Poco después del ingreso, desarrolla insuficiencia respiratoria y requiere ventilación mecánica. Un frotis de sangre obtenido el día 2 revela formas pequeñas de anillos intraeritrocíticos con 20% de parasitemia. El paciente no ha viajado fuera de Nantucket desde hace varios años. Se inicia un tratamiento para babesiosis con clindamicina intravenosa y quinina por vía oral y el paciente también recibe recambio sanguíneo. La parasitemia disminuye y alrededor del día 4 el paciente ya no necesita ventilación mecánica. Se le da de alta después de 14 días, pero la evolución del tratamiento ambulatorio se complica por una recaída de la parasitemia que demanda ciclos adicionales de tratamiento antibabesiosis.

Otras presentaciones

La mayoría de las infecciones por Babesia microti en personas jóvenes sanas son subclínicas o leves y es probable que con frecuencia permanezcan sin diagnosticar. Como las ninfas Ixodes scapularis no ingurgitadas son muy pequeñas (2 mm), la mayoría de los pacientes no recuerdan haber tenido una picadura de garrapata.

Las infecciones clínicas son más comunes en los pacientes asplénicos, en aquellos con enfermedad de Lyme concurrente, pacientes con inmunosupresión (ya sea debido a infección por VIH o inducida por fármacos) o pacientes de edad avanzada. Los síntomas aparecen entre 1 y 4 semanas después de la picadura de garrapata, acompañados por la aparición de forma más gradual de malestar general, fatiga, mialgias, artralgias, temblores y escalofríos moderados.[5] Se puede desarrollar fiebre sostenida o intermitente en la primera semana tras el inicio de los síntomas. Con menor frecuencia, los síntomas incluyen anorexia, vómitos, tos, dolor abdominal, fotofobia, inyección conjuntival y dolor de garganta.[6]

Manifestaciones como la anemia hemolítica o la trombocitopenia pueden ser graves o potencialmente mortales y, rara vez, la enfermedad también puede ser mortal. Las complicaciones incluyen insuficiencia respiratoria aguda, coagulación intravascular diseminada, insuficiencia cardíaca congestiva, coma, insuficiencia renal y rotura esplénica o infarto.[6][7]

La infección por Babesia divergens, que se encuentra más frecuentemente en Europa, se presenta la mayoría de las veces en pacientes asplénicos y siempre es fulminante y hemolítica.[8] Las infecciones por especies más raras como Babesia duncani, MO-1 y CA-1 también tienden a ser fulminantes.[4]

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