Algoritmo de tratamiento

Tenga en cuenta que las formulaciones/vías y dosis pueden diferir entre los nombres y marcas de los fármacos, las fórmulas de los fármacos o las localizaciones. Las recomendaciones de tratamiento son específicas para cada grupo de pacientes: ver aviso legal

Inicial

sospecha de aspergilosis invasiva

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tratamiento antimicótico empírico

En los pacientes de alto riesgo, el tratamiento empírico puede utilizarse cuando se sospecha el diagnóstico de aspergilosis invasiva: por ejemplo, en pacientes neutropénicos con fiebre que no responde a los antibióticos de amplio espectro sin un foco evidente de infección. La fiebre puede ser de origen no fúngico. No obstante, debido a que es difícil confirmar el diagnóstico, se utilizan frecuentemente fármacos antimicóticos. Las formulaciones lipídicas de anfotericina B liposomal o la equinocandina se utilizan en estos casos.[96]

Las guías de práctica clínica de la Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas (IDSA) también recomiendan el voriconazol.[2]

Opciones primarias

anfotericina B liposomal: 3-5 mg/kg por vía intravenosa una vez al día

O

anfotericina B en complejo lipídico: 5 mg/kg por vía intravenosa una vez al día

O

caspofungina: 70 mg por vía intravenosa el día 1, seguido de 50 mg una vez al día

O

voriconazol: 6 mg/kg por vía intravenosa cada 12 horas el día 1, seguido de 4 mg/kg por vía intravenosa cada 12 horas

Agudo

aspergilosis invasiva confirmada

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tratamiento antimicótico

El voriconazol o isavuconazol son los fármacos de elección en el tratamiento de aspergilosis invasiva confirmada/probable (IA). Aunque las eficacias del isavuconazol y el voriconazol son similares, el primero parece tener un mejor perfil de seguridad.[16]

El isavuconazol, un fármaco antimicótico de amplio espectro con actividad frente tanto a Aspergillus y a Mucor, está indicado para el tratamiento de adultos con aspergilosis invasiva.[119]

Los pacientes de alto riesgo con exploración por tomografía computarizada (TC) sugerente y/o biomarcadores positivos (p. ej., galactomanano en suero) son también candidatos a tratamiento preventivo. Los procedimientos invasivos puede que no rindan resultados positivos o sean difíciles de realizar, por lo que se pueden aplicar dichos tratamientos con base a un diagnóstico presuntivo.[113]

El cambio de la administración por vía intravenosa a oral puede hacerse a los pocos días.

Puede notarse una mejoría clínica dentro de los 5 a 7 días de tratamiento; la afección puede empeorar radiológicamente antes de la mejoría.

Las alternativas a estos fármacos son el posaconazol o una formulación lipídica de anfotericina B, ya sea el complejo lipídico de anfotericina B o la anfotericina B liposomal.[104][105][106] El posaconazol demostró no inferioridad al voriconazol en el tratamiento de la aspergilosis invasiva en un ensayo aleatorizado controlado; el posaconazol también se asoció con menos eventos adversos relacionados con el tratamiento.[107] En las zonas de resistencia conocida y creciente a los azoles, una formulación lipídica de anfotericina B debe considerarse un fármaco de primera línea hasta que se disponga de los resultados de las pruebas de resistencia.[16]

El tratamiento con equinocandinas (p. ej., caspofungina y micafungina) se puede utilizar como monoterapia o en combinación con una formulación lipídica de anfotericina B o voriconazol.[120] Se puede intentar la terapia combinada en pacientes en estado crítico.

La duración del tratamiento se decide en función de la mejoría clínica/radiológica y la restauración del estado inmunitario. La duración óptima no es clara. En general, el tratamiento puede proporcionarse durante 6 a 12 semanas.[2]

Opciones primarias

voriconazol: 6 mg/kg por vía intravenosa cada 12 horas el día 1, seguido de 4 mg/kg por vía intravenosa cada 12 horas, puede cambiarse a tratamiento por vía oral tras mejoría clínica; 200 mg por vía oral dos veces al día

O

isavuconazol: 200 mg por vía intravenosa/oral cada 8 horas en un total de 6 dosis como dosis de carga, seguido de 200 mg por vía intravenosa/oral una vez al día (comenzando a las 12-24 horas tras la última dosis de carga)

O

posaconazol: 300 mg por vía intravenosa cada 12 horas el día 1, seguidos de 300 mg cada 24 horas, pueden cambiar a terapia oral cuando haya mejoría clínica; 300 mg por vía oral (liberación retardada) dos veces al día el día 1, seguido de 300 mg una vez al día

O

anfotericina B liposomal: 3-5 mg/kg por vía intravenosa una vez al día

Opciones secundarias

caspofungina: 70 mg por vía intravenosa el día 1, seguido de 50 mg una vez al día

O

micafungina: 100-150 mg por vía intravenosa una vez al día

Opciones terciarias

caspofungina: 70 mg por vía intravenosa el día 1, seguido de 50 mg una vez al día

o

micafungina: 100-150 mg por vía intravenosa una vez al día

--Y--

voriconazol: 6 mg/kg por vía intravenosa cada 12 horas el día 1, seguido de 4 mg/kg por vía intravenosa cada 12 horas, puede cambiarse a tratamiento por vía oral tras mejoría clínica; 200 mg por vía oral dos veces al día

o

anfotericina B liposomal: 3-5 mg/kg por vía intravenosa una vez al día

o

anfotericina B en complejo lipídico: 5 mg/kg por vía intravenosa una vez al día

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más – 

reversión de la inmunodeficiencia subyacente

Se recomienda el tratamiento para TODOS LOS pacientes en el grupo de pacientes seleccionados

El uso de factores estimulantes de colonias puede reducir la duración de la neutropenia. La interrupción o la reducción de la dosis de corticosteroides puede ayudar a restablecer la función inmune. No obstante, en muchas situaciones es posible que no se pueda corregir la deficiencia inmunológica subyacente (p. ej., en presencia de la enfermedad de injerto contra huésped grave). En tales casos, el pronóstico es generalmente malo. El diagnóstico precoz, seguido por un comienzo temprano del tratamiento con fármacos antimicóticos, mejora el desenlace.[98]

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Considerar – 

resección quirúrgica del foco infeccioso

Tratamiento adicional recomendado para ALGUNOS pacientes del grupo seleccionado

La intervención quirúrgica puede indicarse en casos de lesiones de aspergilosis invasiva contiguas a los grandes vasos o el pericardio, hemoptisis grave de una sola cavidad o invasión de la pared torácica. Una única lesión pulmonar previa a quimioterapia intensiva o a un trasplante de células madre es otra indicación relativa para la resección quirúrgica.[2][114]

aspergiloma con hemoptisis potencialmente mortal

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estabilización con fluidos intravenosos y transfusión de sangre + resección quirúrgica

Se necesita estabilizar a los pacientes con hemoptisis grave mediante fluidoterapia o transfusión sanguínea.

Existe insuficiente evidencia de que el aspergiloma responde a los fármacos antimicóticos.

En pacientes sintomáticos con hemoptisis grave, la embolización de la arteria bronquial puede ser útil como medida para ganar tiempo. No obstante, la presencia masiva de vasos sanguíneos colaterales hace que el procedimiento no sea óptimo.[116]

Puede que la resección quirúrgica sea necesaria en la hemoptisis potencialmente mortal, aunque la morbilidad/mortalidad postoperatoria continúa siendo una preocupación importante. Las complicaciones importantes incluyen sangrado, fístula broncopulmonar, empiema e insuficiencia respiratoria.[117][118]

El tratamiento antimicótico peri y postoperatorio no es necesario de forma rutinaria, pero las guías de práctica clínica sugieren que si existe un riesgo moderado de derrame quirúrgico del aspergiloma, se puede utilizar el tratamiento antimicótico con un azol o una equinocandina para prevenir el empiema por Aspergillus.[2]

En curso

aspergilosis pulmonar crónica

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monitorización

Los pacientes con aspergiloma simple y estable que tienen síntomas mínimos o ningún síntoma no requieren tratamiento.[2][115] Es adecuado el control periódico con radiografía de tórax.

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tratamiento antimicótico y monitoreo

Los pacientes con aspergilosis pulmonar cavitaria crónica (CCPA) se tratan con tratamiento antimicótico para detener el avance, mejorar los síntomas y minimizar la hemoptisis.[115]

El itraconazol oral y el voriconazol oral son las opciones preferidas.[2][115] El posaconazol por vía oral también puede considerarse como una opción alternativa si no se pueden utilizar las opciones preferidas.

El tratamiento es de un mínimo de 6 meses y puede extenderse en algunos pacientes. El tratamiento requiere un seguimiento terapéutico de los fármacos y la vigilancia de los efectos secundarios o la toxicidad relacionados con los fármacos.[2][3] Los pacientes deben ser atendidos por médicos con experiencia en tratamiento antimicótico.

Se puede considerar el tratamiento antimicótico intravenoso en pacientes con enfermedad progresiva o que son intolerantes a los azoles o presentan resistencia. También se puede considerar un ciclo inicial de tratamiento antimicótico intravenoso para algunos pacientes gravemente enfermos.[2][3] Las opciones incluyen anfotericina B desoxicolato, anfotericina B liposomal o equinocandina (por ejemplo, micafungina, caspofungina).

La aspergilosis pulmonar fibrosante crónica (CFPA, por sus siglas en inglés) generalmente es el resultado de una CCPA no tratada, aunque puede representar el fracaso del tratamiento y el avance de la enfermedad. El tratamiento antimicótico es el mismo que para la CCPA, y puede usar indefinidamente.[3][4]

Opciones primarias

voriconazol: 200-300 mg por vía oral dos veces al día

O

itraconazol: 200 mg por vía oral dos veces al día

Opciones secundarias

posaconazol: 300 mg por vía oral (liberación retardada) dos veces al día durante 2 dosis, seguido de 300 mg una vez al día

Opciones terciarias

anfotericina B desoxicolato: 1 a 1.5 mg/kg por vía intravenosa una vez al día

O

anfotericina B liposomal: 3-5 mg/kg por vía intravenosa una vez al día

O

caspofungina: 70 mg por vía intravenosa el día 1, seguido de 50 mg una vez al día

O

micafungina: 100-150 mg por vía intravenosa una vez al día

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tratamiento antimicótico

La aspergilosis invasiva subaguda debe tratarse de la misma manera que la aspergilosis invasiva aguda (véase aspergilosis invasiva confirmada).[3]

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monitoreo y consideración del tratamiento antimicótico

Los nódulos de Aspergillus se diagnostican después de una biopsia por escisión, generalmente después de la sospecha de neoplasia maligna. Es posible que los nódulos individuales que se extirpan por completo no necesiten tratamiento antimicótico, a menos que el paciente esté inmunocomprometido.[3][4] Los nódulos individuales que no se resecan por completo deben ser monitoreados de cerca. En pacientes con nódulos múltiples, se puede considerar el tratamiento antimicótico.[3] Consulte a un especialista en enfermedades infecciosas para obtener orientación sobre la elección de un régimen antimicótico adecuado para estos pacientes.

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