Pronóstico

El resultado satisfactorio de la aspergilosis invasiva depende de:

  • El diagnóstico temprano y el consecuente inicio del tratamiento antimicótico temprano.

  • Restauración de la deficiencia inmunológica subyacente.

Con la disponibilidad de herramientas para el diagnóstico temprano (p. ej., exploración por tomografía computarizada de alta resolución, biomarcadores fúngicos), el panorama ha mejorado considerablemente. Además, fármacos antimicóticos tales como el voriconazol son más eficaces y se toleran mejor que la anfotericina B.[2]

Establecer un diagnóstico precoz e iniciar el tratamiento también es clave para mejorar el pronóstico de la aspergilosis pulmonar crónica (CPA).[127]

Riesgo de muerte

Se ha informado que los siguientes factores aumentan el riesgo de muerte por aspergilosis invasiva:

  • Tras un trasplante de células madre hematopoyéticas: enfermedad del injerto contra huésped; neutropenia; seropositividad para citomegalovirus; uso prolongado de corticosteroides; inmunosupresión prolongada; aspergilosis invasiva diseminada; presencia de derrame pleural y recuento de monocitos <120 células/mm^3

  • Tras un trasplante de corazón, pulmón, hígado y riñón: hiperinmunosupresión; insuficiencia renal; evolución postoperatoria complicada; infección bacteriana recurrente; edad avanzada.[1]

En un estudio de cohorte de pacientes con CPA, la supervivencia a 1, 5 y 10 años fue del 86%, 62% y 47%, respectivamente.[127] Se informó que los siguientes factores aumentan el riesgo de muerte:

  • Infección por micobacterias no tuberculosas, EPOC, afectación pleural, enfermedad cavitaria, presencia de aspergiloma, disnea, baja actividad física y baja masa corporal.

En pacientes con aspergiloma, la hemoptisis grave que no se trató es con frecuencia letal.

Recurrencia

Después de un tratamiento exitoso de la aspergilosis invasiva, el Aspergillus permanece inactivo/latente hasta que se reinicia la inmunosupresión. En pacientes con antecedentes de aspergilosis invasiva, la infección puede recaer si se vuelve a introducir o a aumentar el tratamiento inmunosupresor. En tales casos, puede resultar razonable la profilaxis secundaria con tratamiento antimicótico.[2][128]

La recidiva de la CPA es relativamente frecuente después de suspender el tratamiento antimicótico, y puede ser necesario un tratamiento a largo plazo.[3][4][129]

El uso de este contenido está sujeto a nuestra cláusula de exención de responsabilidad