Pronóstico

Esta enfermedad benigna evoluciona favorablemente con el tratamiento médico. Desde la introducción de la bromocriptina en la década de 1970 para el tratamiento de los prolactinomas, la evolución de la afección ha variado y el pronóstico ha mejorado. En la actualidad, incluso cuando se diagnostican macroadenomas invasivos de gran tamaño o prolactinomas gigantes con compresión del quiasma óptico y hemianopsia bilateral temporal, el tratamiento continuo con dosis relativamente altas de agonistas dopaminérgicos dará lugar a la normalización del nivel de prolactina, la reducción o desaparición del tumor y la rápida mejoría visual.[31] En algunos pacientes, el tratamiento con agonistas dopaminérgicos puede suspenderse después de varios años sin que ocurra recurrencia tumoral.[25]

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