Complicaciones

Complicación
Calendario
Probabilidad
Corto plazo
medio

También se conoce como respuesta paradójica. Este síndrome implica empeoramiento transitorio de los síntomas de la TB y las lesiones a pesar del tratamiento de TB y se observa entre los pacientes con TB infectados por el VIH a menudo pronto después de la iniciación de la terapia antiretroviral. Las respuestas paradójicas se pueden observar en hasta el 23% de los pacientes no infectados con el VIH con linfadenitis por TB y se presenta con empeoramiento de las lesiones existentes o con la aparición de linfadenopatías nuevas durante el tratamiento contra la TB. Ocurre con más frecuencia entre 1 y 2 meses después del inicio del tratamiento y persiste por un período de hasta 2 meses. Se puede producir drenaje.[113]

Hasta un 20% a 30% de los pacientes de TB infectados con VIH pueden desarrollar el síndrome inflamatorio de reconstitución inmune (SIRI) después de iniciar el tratamiento antirretroviral (TARV). El SIRI parece ser más frecuente en la tuberculosis extrapulmonar (TBEP). Los estudios apoyan el inicio del tratamiento antirretroviral (TARV) durante la fase intensiva del tratamiento de la TB, a fin de mejorar la supervivencia.[114][115]

Las manifestaciones pueden incluir la reaparición de fiebre, el empeoramiento de los resultados de la radiografía de tórax, linfadenopatía o un aumento de los derrames pleurales.

Es un diagnóstico de exclusión y debe descartar otras etiologías, como la neumonía por Pneumocystis jiroveci. No parece repercutir en la mortalidad, a menos que el SIRI afecte al sistema nervioso central.[113][116][117][118]

Las respuestas paradójicas son transitorias y no es necesario suspender el tratamiento antituberculoso, ni el tratamiento antirretroviral. El empeoramiento paradójico en la linfadenitis causada por TB puede requerir la prolongación del curso de tratamiento. Puede repetirse el cultivo para descartar el desarrollo de TB resistente a fármacos o de una patología concomitante.

Los antiinflamatorios no esteroideos pueden proporcionar alivio. Si hay síntomas significativos, se puede considerar la posibilidad de utilizar corticoesteroides (p. ej., prednisolona 1 a 2 mg/kg una vez al día durante unas semanas y posteriormente disminuir gradualmente durante varias semanas) mientras se mantienen los tratamientos antituberculoso y antirretroviral. Para las lesiones dolorosas o con drenaje, se puede considerar la escisión quirúrgica.

Corto plazo
medio

Se pueden observar abscesos paraespinales en la tuberculosis (TB) vertebral (enfermedad de Pott) en el 90% de los casos. Los abscesos pueden extenderse en sentido anterior hacia los ligamentos o en sentido posterior hacia el espacio epidural. La compresión de la médula espinal debido a un absceso adyacente, la formación de secuestro o una invasión directa es una grave complicación que pueden causar paraplejia.

Se puede indicar el tratamiento quirúrgico si el paciente tiene progresión o déficits neurológicos mientras recibe un tratamiento médico.

Los déficits neurológicos incapacitantes pueden producirse en un 10% a un 30% de los sobrevivientes de meningitis tuberculosa.[101][119]

Corto plazo
baja

Se observa en la tuberculosis diseminada (TBD) debido a infección primaria.[120]

Corto plazo
baja

Se observa rara vez en la pleuritis por tuberculosis (TB) primaria; la presentación habitual es en el contexto de la enfermedad del parénquima extensa. Requiere un tubo torácico (toracostomía con tubo). Puede requerir una intervención quirúrgica.


Demostración animada de la técnica de inserción de drenaje intercostal Seldinger
Demostración animada de la técnica de inserción de drenaje intercostal Seldinger

Cómo insertar un drenaje intercostal (torácico) mediante la técnica de Seldinger. El vídeo muestra: cómo identificar un lugar seguro para la inserción; el uso de una aguja introductora, una guía, dilatadores y un drenaje intercostal; cómo confirmar la posición del drenaje; y los cuidados posteriores al procedimiento.


A largo plazo
baja

La recidiva ocurre cuando un paciente logra y mantiene un cultivo negativo mientras está en tratamiento, pero en algún punto tras la finalización vuelve a tener un cultivo positivo o desarrolla un síndrome clínico compatible con TB activa. En EE. UU., generalmente se debe a la recrudescencia del organismo original, mientras que en los países donde la TB es endémica, puede ser consecuencia de una reinfección exógena. La mayoría de los eventos de recidiva ocurre entre los primeros 6 y 12 meses posteriores a la finalización del tratamiento y se producen en entre el 2% y el 5% de los pacientes tratados adecuadamente.[123][124]

Si inicialmente el paciente tuvo cepas aisladas susceptibles a los fármacos y recibió un tratamiento bajo observación directa, la recidiva probablemente se deba a los organismos susceptibles originales y puede utilizarse el tratamiento previo. Sin embargo, si el paciente recibió una terapia autoadministrada, existe una mayor posibilidad de que haya un organismo resistente. En dicha situación, o si no se hicieron pruebas de susceptibilidad a fármacos, puede utilizarse un régimen expandido mientras estén pendientes los resultados del cultivo y de sensibilidad.

Si se sospecha reinfección exógena, el tratamiento debe basarse en el perfil de susceptibilidad a los fármacos del caso inicial.

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