Pronóstico

Los ataques de gota son dolorosos y debilitantes, pero autolimitados. En los pacientes que no han sido tratados con fármacos que disminuyan el ácido úrico, el riesgo de recurrencia después del primer ataque es del 62%, 78% y 84% durante el primer, segundo y tercer año, respectivamente.[130]

En la gota no tratada:[131]

  • Alrededor del 2% de los pacientes desarrollan una artritis grave y debilitante (por lo general, 20 años después del primer ataque)

  • Los tofos aparecen en un 50% después de 10 años, y en un 72% después de 20 años.

El tratamiento adecuado puede inhibir los ataques de gota y su recurrencia, así como prevenir las consecuencias a largo plazo de la enfermedad. Actualmente, existen pocos fármacos que disminuyen el ácido úrico disponibles, lo que representa un problema en los casos de intolerancia a los medicamentos o su ineficacia. Además, los tratamientos para la gota aguda y crónica implican riesgos y eventos adversos considerables.

Los datos de un estudio de cohorte de la población general sugieren que la iniciación del alopurinol reduce ligeramente el riesgo de muerte en pacientes con hiperuricemia y pacientes con gota.[132] Otro estudio no encontró diferencias en la mortalidad de las personas con gota incidente que recibieron tratamiento con alopurinol, en comparación con los controles emparejados, según las puntuaciones de propensión.[133]

Los estudios de cohorte prospectivos sugieren que el tratamiento con alopurinol se asocia con una menor incidencia de enfermedades renales.[107][108]

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