Cribado
Dado que la deficiencia e insuficiencia de vitamina D es prevalente en niños y adultos, no se recomienda el cribado rutinario de la población general.[2] La US Preventive Services Task Force afirma que no hay evidencias suficientes para respaldar el cribado en adultos asintomáticos.[87]
Sin embargo, los individuos con alto riesgo de deficiencia de vitamina D deben ser evaluados para detectar esta deficiencia midiendo su nivel sérico de 25-hidroxivitamina D.[2] Las personas que presentan alto riesgo son: las personas con una ingesta alimentaria inadecuada de vitamina D; los lactantes que reciben leche materna como única fuente de nutrición sin suplementos de vitamina D; las personas obesas; las personas con pigmentación cutánea aumentada, institucionalizadas, expuestas a una luz solar mínima o que siempre llevan protección solar o ropa protectora al aire libre; las personas mayores de 50 años; quienes padecen un síndrome de mala absorción (celiaquía, fibrosis quística, enfermedad de Crohn, enfermedad de Whipple, síndrome del intestino corto o antecedentes de cirugía de bypass gástrico); las personas que toman medicamentos como glucocorticoides, antiepilépticos, tratamiento antirretroviral de gran actividad, rifampicina o hierba de San Juan; y las personas que padecen enfermedades hepáticas o renales.
El uso de este contenido está sujeto a nuestra cláusula de exención de responsabilidad