Antecedentes de caso

Antecedentes de caso

A una mujer de 40 años de edad se le detecta un nódulo de 2 cm en el lado derecho de la tiroides durante una exploración física de rutina. No posee historia de irradiación de cuello y cabeza ni antecedentes familiares de cáncer de tiroides. El nódulo es firme y móvil en relación con el tejido subyacente. Las constantes vitales y el resto de la exploración física son normales.

Otras presentaciones

Se pueden encontrar nódulos tiroideos malignos de manera incidental durante una exploración por ultrasonido de cuello, una exploración por tomografía por emisión de positrones (TEP) o una exploración por tomografía computarizada (TC), o pueden darse en bocios multinodulares.[12] Ocasionalmente, los pacientes se presentan con la enfermedad avanzada. Presentan ronquera, disnea, disfagia o tos.[1] El crecimiento rápido de una masa en el cuello o la transformación rápida de un bocio de larga evolución en el plazo de unos días a unas semanas es característico del cáncer anaplásico de tiroides.[3][13]​ La linfadenopatía cervical es una presentación común del carcinoma medular tiroideo.[14] Con poca frecuencia, los pacientes presentan síndrome de neoplasia endocrina múltiple (NEM).[4] En raras ocasiones, la tiroides misma se ve afectada por una metástasis a distancia proveniente de un pulmón, una mama, un melanoma o de tumores de riñón, o por extensión directa procedente de neoplasias malignas de la laringe y la faringe. También, raramente el cáncer de tiroides se presenta con metástasis a distancia de pulmón o de hueso, o con fractura patológica de hueso. Excepcionalmente, el cáncer de tiroides causa tirotoxicosis.[15]

El uso de este contenido está sujeto a nuestra cláusula de exención de responsabilidad