Epidemiología

El desprendimiento prematuro de placenta constituye una complicación en entre aproximadamente el 0.3% y el 1% de los partos.[3][4] Estas incidencias se basan, principalmente, en estudios epidemiológicos a partir de datos de historias clínicas y actas de nacimiento. Sin embargo, la incidencia varía de acuerdo a los criterios utilizados para el diagnóstico. Si el examen placentario lo realiza rutinariamente un patólogo, se reporta una mayor incidencia de desprendimiento prematuro.[5] Además, es posible que los obstetras no identifiquen desprendimientos prematuros pequeños.

La incidencia de la abrupción aumentó ligeramente en EE.UU. entre 1979 y 2001, aunque esto puede haber sido consecuencia de una mejor constatación.[6] La incidencia aumentó más en las mujeres de raza negra que en las de raza blanca.[6]

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