Prevención primaria

Hay varias formas en las que se puede reducir la posibilidad de transmisión del VIH, tanto en entornos laborales como no laborales.

En el entorno laboral, se deben utilizar las medidas básicas de control de infecciones, como el uso de guantes y agujas autoenvainables, y acceso a recipientes para cortopunzantes.[33]

En los entornos no laborales, se debe alentar a los usuarios de drogas intravenosas para que no compartan agujas y otras objetos propios del consumo, así como para que participen en los programas de cambio de agujas, allí donde los haya.[34] El riesgo de transmisión sexual del VIH se puede reducir a través de estrategias de prevención como el uso constante de condones, el tratamiento como prevención y el uso de profilaxis previa a la exposición al VIH. La evidencia muestra que los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que han hecho uso de la profilaxis postexposición (PPE) no aumentan su comportamiento arriesgado después de la PPE.[35]

En la mayoría de los países, se analiza la sangre para detectar VIH antes de realizar una transfusión, lo que reduce el riesgo de transmisión del VIH en las transfusiones.

Prevención secundaria

A las personas que se presentan para una profilaxis postexposición (PPE) se les debe ofrecer un curso ultrarrápido de vacunación contra la hepatitis B, según sus antecedentes de vacunación o de infecciones previas, con la posible adición de inmunoglobulina de hepatitis B (IGHB) si se sabe que el sujeto fuente tiene hepatitis B o es de alto riesgo para tenerla.[3]

Las vacunas contra la hepatitis A y el virus del papiloma humano pueden estar indicadas para los grupos de alto riesgo, como los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y las víctimas de agresiones sexuales.[4][61]

El cribado de las ETS, incluidas la sífilis, la gonorrea y la clamidia, debe ofrecerse al inicio y en las visitas de seguimiento; la frecuencia del cribado depende de las guías de práctica clínica locales.[3][4]

Las guías de práctica clínica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. recomiendan la profilaxis de las ETS en todos los adultos y adolescentes expuestos a una agresión sexual.[62]

También se deben considerar los anticonceptivos de emergencia para las mujeres tras la exposición por vía sexual y que actualmente no utilizan anticonceptivos.

El uso de este contenido está sujeto a nuestra cláusula de exención de responsabilidad