Epidemiología

Los estudios han demostrado una prevalencia de peritonitis bacteriana espontánea (PBE) del 12% en pacientes con ascitis que han ingresado por cirrosis descompensada, del 18% en los pacientes ingresados por encefalopatía hepática, y del 10% al 14% en los pacientes ingresados por hemorragia gastrointestinal aguda.[4][5][6][7]​ Entre los pacientes asintomáticos que reciben paracentesis de manera ambulatoria, la prevalencia es aproximadamente del 2%.[8][9][10]​​ No hay datos sobre la prevalencia de la PBE por sexo o raza más allá de lo que se asociaría a la ascitis en sí.

Aunque la peritonitis bacteriana espontánea (PBE) puede producirse en el paciente con ascitis causada por neoplasia maligna, insuficiencia renal o insuficiencia cardíaca congestiva, es mucho menos frecuente que en los pacientes con ascitis debida a una enfermedad hepática en fase terminal.

Se ha informado un aumento de las infecciones debidas a cocos grampositivos. Los estudios sugieren que estos cambios están asociados con el ingreso hospitalario a largo plazo de pacientes con enfermedad hepática terminal y el uso de antibióticos profilácticos con una actividad superior frente a organismos gramnegativos después de un episodio inicial de PBE.[11][12] Sin embargo, las bacterias gramnegativas siguen siendo los agentes patógenos más comunes en la PBE.

Estudios realizados en diferentes países indican que los patógenos aislados de la PBE del líquido ascítico son cada vez más resistentes a la terapia antimicrobiana. Un estudio encontró que la resistencia a los antibióticos en PBE en América del Norte era del 17.8%, siendo el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina el organismo resistente más común.[13]​ Las tasas de resistencia a las cefalosporinas y las fluoroquinolonas pueden llegar al 40%; se ha informado una prevalencia del 30% de Escherichia coli resistente a las betalactamasas de espectro ampliado (BLEA).[14][15]

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