Prevención primaria

Intervenciones previas a la concepción para disminuir el riesgo de parto prematuro:

  • Aquellas dirigidas a asistir en la salud general de la madre (modificación del estilo de vida de la madre) a través de la educación, con énfasis en la mejoría de la salud general, abandono del hábito de fumar, actividad adecuada y ejercicio.

  • Nutrición adecuada y suplementos prenatales/perinatales (p. ej., ácido fólico, hierro) para ayudar a promover un estilo de vida sano antes del embarazo.

  • Mejorar el conocimiento público de esta afección, y en consecuencia aumentar las tasas de atención prenatal, con una descripción del impacto del parto prematuro como la causa principal de la mortalidad de bebés, a pesar de los cuidados intensivos neonatales modernos.

  • El historial médico materno, familiar y social, junto con una exploración física detallada antes de la concepción puede identificar numerosos factores de riesgo para el nacimiento prematuro en mujeres, y permite la intervención temprana o, al menos, la preparación para factores no modificables.[19]

  • La edad materna en el momento del parto igual o superior a 35 años se asocia a resultados adversos maternos, fetales y neonatales. El American College of Obstetricians and Gynecologists recomienda que se asesore adecuadamente a las pacientes sobre este riesgo y que se tenga en cuenta a la hora de formular los planes de tratamiento.[13]

Intervenciones para disminuir el riesgo de parto prematuro después de la concepción:[20]

  • Las visitas de atención prenatal ofrecen una oportunidad crucial para la identificación temprana de los factores de riesgo maternos que aumentan el riesgo de un parto prematuro.[19] Es imprescindible saber si hubo un parto prematuro previamente.

  • Evaluación del estado de la serología materna, incluyendo la hepatitis B, la hepatitis C, el VIH, la rubéola y la sífilis.[21]

  • El tratamiento prenatal con progesterona ha demostrado ser beneficioso en la prevención del parto prematuro en personas con un parto prematuro previo o donde el cuello uterino es corto.[8][22]​​​

  • Se ha investigado el tratamiento de la vaginosis bacteriana en mujeres con mayor riesgo de parto prematuro, pero las evidencias no son concluyentes.[23]

  • El cerclaje cervical profiláctico disminuye el riesgo de parto prematuro en mujeres con alto riesgo de parto prematuro.[24]

  • La ecografía fetal se puede usar para evaluar con precisión la edad gestacional y permite la identificación temprana de anomalías fetales que pueden aumentar el riesgo o la necesidad de nacimientos pretérmino.

  • Cribado con análisis de sangre materna y ecografía fetal para identificar los embarazos con mayor riesgo de trisomía.

Intervenciones para disminuir el riesgo de parto prematuro después del parto prematuro:

  • Un manejo perinatal óptimo, que incluya el uso de tocolíticos como los bloqueadores de los canales de calcio, los antagonistas de los receptores de oxitocina, los miméticos beta y los inhibidores de las prostaglandinas, puede ser beneficioso para detener las contracciones tras el inicio del parto prematuro.[25][26]

  • El tratamiento con antibióticos tras la ruptura prematura de membranas pretérmino reduce el riesgo de parto en las siguientes 48 horas.[27]

Prevención secundaria

El manejo de los problemas médicos agudos comúnmente asociados con el nacimiento prematuro debe ser abordado en consulta con un neonatólogo después de la reanimación y estabilización exitosa. En la mayoría de los casos, el grado de prematuridad se correlaciona directamente con la extensión y gravedad de las enfermedades agudas. El manejo perinatal óptimo puede mejorar los resultados para los bebés prematuros.

La administración de corticosteroides prenatales reduce la incidencia y la gravedad del síndrome de dificultad respiratoria neonatal; debe considerarse para mujeres con una alta probabilidad de parto (dentro de los 7 días) entre las semanas 22 y 24 de gestación y se recomienda para mujeres con probabilidad de parto entre las semanas 24 y 34 de gestación.[119][169]

Se deberá evitar la exposición excesiva al oxígeno (100%) con el fin de reducir la probabilidad de complicaciones posteriores, como retinopatía del prematuro (RP) o enfermedad pulmonar crónica. A continuación, se deberá realizar una evaluación oftalmológica para identificar de manera temprana una RP como recomienda la American Academy of Pediatrics, en base al peso al nacer y la edad gestacional.[153]

Los programas de intervención temprana (p. ej., la evaluación del desarrollo) junto con la ergoterapia/fisioterapia y la neuroimagen, como la resonancia magnética, ayudan a evaluar las lesiones de la sustancia blanca asociadas con la prematuridad y ayudan a optimizar el desarrollo del niño.[170][171] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

La administración de sulfato de magnesio a mujeres en riesgo de parto pretérmino reduce significativamente el riesgo de parálisis cerebral y de trastornos motores en la niñez, sin aumentar el riesgo de muerte.[172][173]

Evidencia de alta calidad sugiere que el retraso del corte del cordón umbilical en 30-120 segundos reduce la mortalidad en el hospital en un 32% en los neonatos prematuros.[174]

El mantenimiento de una nutrición adecuada es importante en los bebés con crecimiento deficiente, con el fin de prevenir complicaciones, como el crecimiento deficiente y la estatura baja; además, existen datos de que la buena nutrición mejora los resultados generales en los neonatos prematuros.[175]

Los bebés prematuros de ascendencia afroamericana son el grupo étnico con más probabilidades de sufrir la estructura y los procesos de atención neonatal, y de tener malos resultados. El panorama es complicado y se necesita más investigación.[176]

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