Cribado
La prueba diagnóstica más utilizada para la aspiración es la evaluación de la deglución a pie de cama. Esta prueba incluye una entrevista con el paciente, exploración física y la evaluación de los signos de aspiración. Aunque esto generalmente lo realiza un patólogo del habla y el lenguaje, para agilizar la evaluación diagnóstica, se pueden realizar algunos de los componentes más sensibles de la evaluación de la deglución a pie de cama por separado o en combinación como pruebas de cribado.[49] Estas pruebas de cribado incluyen los intentos de un paciente de tragar pequeñas cantidades de agua o hielo mientras es observado por una enfermera, un patólogo del habla y del lenguaje o un médico. Se deben considerar pruebas de cribado siempre que se sospeche una aspiración en función de la presencia de factores de riesgo. Además, todos los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular agudo deben someterse a una evaluación de la deglución a pie de cama por parte de un patólogo del habla y del lenguaje, en gran medida porque entre el 43% y el 54% de los pacientes con accidente cerebrovascular con disfagia experimentan aspiración. Los estudios del programa de disfagia que se aplican como resultado de estos métodos de cribado podrían reducir sustancialmente las tasas de neumonía en los pacientes con accidente cerebrovascular.[50]
Evaluación de la deglución a pie de cama
Los pacientes que se consideran que tienen algún factor de riesgo de aspiración deben someterse a una evaluación neurológica completa antes de alimentarlos.[51] Esto incluye la evaluación de las funciones corticales, los músculos bulbares, el reflejo nauseoso y el reflejo tusígeno. Los pacientes alertas con tos, que tienen riesgo alto de aspiración deben ser observados mientras beben pequeñas cantidades de agua. Si el paciente tose o muestra signos de aspiración, debe ser derivado para realizarle una evaluación de deglución detallada.[15] El cribado de deglución a pie de cama realizado de forma temprana (durante el primer día del ingreso al hospital y antes de realizar cualquier ingesta oral) y el manejo de la disfagia en pacientes con apoplejía aguda reduce el riesgo de neumonía por aspiración, puede ser coste-eficiente y puede garantizar una atención de calidad con un desenlace óptimo.[52] En caso de duda o sospecha de aspiración asintomática, deben realizarse estudios por imágenes.[53]
Evaluación de la deglución por endoscopía flexible
La evaluación de la deglución por endoscopía flexible (FEES) puede ser realizada por un patólogo del habla a pie de cama. Con el uso de una sonda flexible de fibra óptica, se documenta evidencia directa de aspiración detectando la presencia de alimentos o de un líquido espeso en las cuerdas vocales. La prueba también evalúa la función de las cuerdas vocales. En un estudio de pacientes con traumatismos en estado crítico, las FEES realizadas dentro de las 24 horas posteriores a la extubación mostraron aspiración en el 45% de los pacientes, de los cuales casi la mitad fueron casos de aspiración asintomática. Estos pacientes reanudaron la dieta por vía oral en una media de 5 días después de la extubación y no presentaron complicaciones pulmonares.[30][53] La FEES evita la exposición a la radiación; sin embargo, el estudio de deglución de bario modificado no es invasivo y se encuentra ampliamente disponible.[54][55]
Estudio videofluoroscópico de la deglución y estudio modificado de deglución de bario
Para estas pruebas, el paciente ingiere bario mientras se obtienen imágenes fluoroscópicas. Se observa el paso o la retención del material radiopaco en las vías respiratorias.[53] En el estudio de deglución por videofluoroscopia, el 38% de los pacientes con apoplejía aguda presentó aspiración manifiesta y el 67% presentó aspiración asintomática.[56] El estudio modificado de deglución de bario en pacientes con traqueotomías permanentes y ventilación de presión positiva mostró una incidencia de aspiración del 50%, y el 77% de estos pacientes presentó aspiración asintomática.[26]
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