Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

gestación >20 semanas

Se produce sobre todo en mujeres después de las 20 semanas de gestación.[1][16][54]

PA sistólica ≥140 mmHg y/o PA diastólica ≥90 mmHg y previamente normotensa

La hipertensión (definida como PA sistólica ≥140 mmHg y/o PA diastólica ≥90 mmHg) en una mujer previamente normotensa es diagnóstica.[1][16][54]

Se deben realizar al menos dos mediciones, con al menos 4 horas de diferencia entre ellas.[1]

Se considera grave si la PA sistólica ≥160 mmHg y/o la PA diastólica ≥110 mmHg.[1][16]

Se debe utilizar un manguito del tamaño correcto. La presión sistólica se mide con el primer ruido que se escucha (K1) y la presión diastólica se mide cuando desaparecen por completo los ruidos (K5). Ante la ausencia de K5, se debe aceptar K4 (ruido atenuado).

La presión arterial sistólica alta se asocia con accidente cerebrovascular y desprendimiento prematuro de placenta.[16]

cefalea

Por lo general, cefalea frontal. Si se presenta este síntoma, la preeclampsia se clasifica como grave.[1][16]

La cefalea se produce en aproximadamente el 40% de las pacientes con enfermedad grave y es uno de los pocos factores que predicen un mayor riesgo de eclampsia.[8]

dolor abdominal superior

Generalmente, dolor en el cuadrante superior derecho. Se produce en alrededor del 16% de las mujeres con enfermedad grave y es un síntoma clínico del síndrome HELLP.[8]

El síndrome HELLP es un subtipo de preeclampsia grave, caracterizado por hemólisis (H), aumento de las enzimas hepáticas y plaquetas bajas.

Si se presenta este síntoma, la preeclampsia se clasifica como grave.[1][16]

Otros factores de diagnóstico

común

movimiento fetal reducido

Si los movimientos fetales son reducidos, es necesario realizar una evaluación fetal por ecografía de inmediato. [ Cochrane Clinical Answers logo ]

retraso del crecimiento fetal

En aproximadamente un 30% de las mujeres, se observa retraso del crecimiento fetal.[8]

Si el útero es pequeño para la fecha, implica que el volumen del líquido amniótico es reducido, lo cual puede indicar retraso del crecimiento fetal.

Se requiere una evaluación fetal por ecografía. [ Cochrane Clinical Answers logo ]

edema

Es muy común, pero no excluyente, por lo que no se debe usar en el diagnóstico.

infrecuente

alteraciones visuales

Un síntoma relativamente raro, pero que causa alarma y puede predecir un mayor riesgo de eclampsia.[8]

Incluye fotopsia (luces parpadeantes percibidas en los campos visuales), escotoma y vasoespasmo retiniano. La ceguera cortical es un síntoma raro, pero crítico, que indica edema cerebral.

La fundoscopia no suele ser anormal, pero si lo es, implica hipertensión crónica subyacente.

Si se presenta este síntoma, la preeclampsia se clasifica como grave.[1][16]

convulsiones

Síntoma raro, pero crítico, que indica eclampsia y requiere el ingreso de la paciente en una unidad de cuidados intensivos para su estabilización y el parto.[1]

dificultad para respirar

Es un síntoma poco común y se asocia con edema pulmonar. Si el edema pulmonar se produce tras el parto, es una de las causas principales de mortalidad materna.

Si se presenta este síntoma, la preeclampsia se clasifica como grave.[1]

oliguria

Se define como una diuresis <30 mL por hora durante >4 horas consecutivas.[1] La oliguria transitoria se observa, por lo general, durante el parto o las primeras 24 horas del período postnatal.

Se puede asociar con un aumento del edema. Las mujeres corren un mayor riesgo después del parto, cuando es más probable que se produzca un edema pulmonar.

Si se presenta este síntoma, la preeclampsia se clasifica como grave.[1][16]

hiperreflexia con clonus sostenido.

Signo de afectación neurológica, aunque no ayuda a predecir qué mujeres pueden desarrollar convulsiones.[54]

Factores de riesgo

Fuerte

nuliparidad

La preeclampsia está fuertemente asociada a la nuliparidad. La incidencia es dos veces mayor en las mujeres nulíparas que en las multíparas.[15] Se cree que esto se debe al desarrollo de tolerancia a factores inmunológicos específicos tras el primer embarazo, que por lo tanto reducen el riesgo en los embarazos posteriores. Estos factores inmunológicos probablemente estén más relacionados con las adaptaciones placentarias, en las que la interacción entre los factores inmunológicos maternos y paternos se encuentra más activa. Sin embargo, algunos expertos creen que la preeclampsia depende de la circulación sistémica de restos placentarios, que, nuevamente, permite que factores paternos afecten la respuesta sistémica.[7][10][16][17][18]

preeclampsia en un embarazo anterior

El riesgo de recurrencia es del 10% al 50%, aunque se cree que es mayor entre las pacientes con inicio previo temprano (es decir, <30 semanas) o enfermedad grave y menor para aquellas con enfermedad leve a moderada o de inicio tardío.[19] Dado que el riesgo de recurrencia se reduce con el cambio de pareja, es probable que el aumento del riesgo en estas mujeres se deba a un fallo de tolerancia al factor inmunológico específico.[7][10][16]

antecedentes familiares de preeclampsia

Si la madre tuvo preeclampsia, la hija presenta un 25% de probabilidad de desarrollar la afección.[20] Del mismo modo, si una hermana tuvo preeclampsia, hay una probabilidad de 1 entre 3 de que su hermano la desarrolle.[20] Estos hallazgos sugieren que la afección puede tener un componente genético. Aunque algunos estudios han indicado asociaciones con varios marcadores genéticos, todavía hacen falta estudios más amplios.[10][16][21][22]

índice de masa corporal (IMC) >30

Un IMC elevado se asocia a un mayor riesgo de preeclampsia. El riesgo aumenta a medida que el índice de masa corporal (IMC) aumenta, haciéndose más significativo cuando el IMC es >35.[10][16][23]

Las razones de ello son multifactoriales, pero se pueden incluir el sobrediagnóstico debido a dificultades para medir la presión arterial y el hecho de que el tejido adiposo es un suministro potente de mediadores de inflamación, por lo que es más probable que la respuesta inflamatoria sea exagerada en las mujeres obesas.[10][24]

edad materna >40 años

Las mujeres >40 años presentan un riesgo 1.5 veces mayor de sufrir preeclampsia en comparación con las mujeres <35 años.[25][26] Esto se debe probablemente a la alteración de la adaptación fisiológica al embarazo y al aumento de las comorbilidades.[10][16]

gestaciones múltiples

La asociación entre la preeclampsia y las gestaciones múltiples está bien documentada.[27]​ Los datos son más convincentes en los embarazos gemelares y muestran una mayor morbilidad y mortalidad por preeclampsia en estas mujeres.[10][15][16]

subfertilidad

Las mujeres con subfertilidad tienen un mayor riesgo de sufrir resultados adversos en el embarazo, incluida la preeclampsia.[28] Esta asociación es independiente de la edad de la madre y de un embarazo múltiple. La incidencia de la preeclampsia es significativamente mayor en los embarazos en los que hay un embrión de donante.[29]

hipertensión gestacional

Hasta el 50% de las mujeres con hipertensión gestacional (hipertensión después de 20 semanas de gestación en ausencia de proteinuria y síntomas sistémicos) desarrollan preeclampsia y la progresión es más probable si la hipertensión se diagnostica antes de las 32 semanas de gestación.[1] Por lo tanto, estas mujeres deben ser vigiladas de cerca.

diabetes preexistente

La preeclampsia se asocia a trastornos de la hiperplacentación como la diabetes.[8]​ La diabetes está asociada a una placenta más grande que la media y a un aumento de la enfermedad vascular inflamatoria, por lo que existe un riesgo potencial, tanto del desencadenamiento placentario, como de una fuerte respuesta sistémica materna.[7][8][9]

migraña

Las mujeres embarazadas con antecedentes de migraña tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos hipertensivos del embarazo, incluida la preeclampsia.[30][31][32]

síndrome del ovario poliquístico (SOPQ)

Las mujeres con SOPQ pueden tener mayor probabilidad de desarrollar preeclampsia debido a su mayor riesgo de obesidad, diabetes de tipo 2 y tratamiento de la subfertilidad.[10][16][33]

enfermedad autoinmune

Las mujeres con enfermedad autoinmunitarias, especialmente aquellas con síndrome de anticuerpos antifosfolípidos, presentan un mayor riesgo de preeclampsia, aunque puede ser difícil distinguir entre ambas afecciones.[10][15][16]

Las mujeres con una enfermedad autoinmunitaria pueden presentar una enfermedad vascular preexistente que empeora la preeclampsia, lo que provoca una enfermedad grave.

Puede producirse una exacerbación postnatal aguda de la enfermedad autoinmunitaria, pero lo más probable es que se deba al trastorno subyacente.

nefropatía

Es posible que las mujeres con enfermedad renal ya tengan hipertensión y proteinuria, lo que dificulta el diagnóstico de preeclampsia.[34] Sin embargo, las mujeres con enfermedad renal crónica que presentan proteinuria al principio del embarazo presentan un mayor riesgo de preeclampsia superpuesta.[35] La presencia de cualquier enfermedad autoinmune puede aumentar la incidencia aún más.[36]

enfermedad cardiovascular preexistente e hipertensión crónica

La incidencia de la preeclampsia en mujeres con hipertensión crónica de cualquier tipo es de alrededor del 25%.[37] La presencia de cualquier enfermedad autoinmune puede aumentar la incidencia aún más.[36]

Débil

intervalo de ≥10 años desde el embarazo anterior

Las mujeres con un intervalo largo entre embarazos presentan un mayor riesgo de sufrir preeclampsia, pero factores como la edad, la obesidad y las comorbilidades pueden contribuir al riesgo.[15][16][17]

residencia a gran altura

La incidencia de preeclampsia puede aumentar a gran altura.[38]

hipotiroidismo.

Puede haber una asociación entre el hipotiroidismo y la preeclampsia, pero faltan estudios de alta calidad. A nivel mundial, la deficiencia de yodo es la causa más común de hipotiroidismo. La deficiencia de yodo de larga duración más las demandas del embarazo pueden aumentar el riesgo de preeclampsia.[39][40]

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