Antecedentes de caso
Antecedentes de caso #1
Una mujer obesa de 56 años de edad se presenta en el servicio de urgencias con antecedentes que sugieren cólico biliar, que incluye dolor epigástrico después de una comida abundante. Su historia clínica previa incluye colelitiasis, hipertensión (tratada con inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina [IECA]) y dislipidemia (tratada con estatina). Es una exfumadora, bebedora social de bebidas alcohólicas y no tiene antecedentes familiares relevantes. Al palpár su abdomen, presenta dolor en el cuadrante superior derecho, pero no hay hallazgos de importancia en la exploración. Se realiza un ultrasonido de abdomen en el que se ve la presencia de piedras en la vesícula biliar sin obstrucción y una masa renal incidental de 5 cm ubicada en el lado izquierdo.
Antecedentes de caso #2
Un hombre de 65 años de edad, delgado y sin una historia clínica previa significativa presenta un antecedente de 5 meses de molestias en fosa lumbar derecha y plenitud abdominal. Finalmente busca atención médica, ya que lleva 2 semanas con edema en las extremidades inferiores y 4 días con hematuria macroscópica y coágulos. En la exploración presenta una presión arterial de 160/90 mmHg, frecuencia cardíaca regular de 120 p.p.m. y sin fiebre. Se le ha encontrado una masa abdominal palpable en el lado inferior derecho y edema con fóvea en ambas canillas, aunque es peor en la derecha.
Otras presentaciones
La evidencia sugiere que más del 50 % de las personas con CCR son asintomáticas en su presentación y que las masas renales se encuentran con frecuencia de manera incidental en estudios por imágenes realizados para otras indicaciones.[1][2] Si los hubiera, los síntomas pueden incluir dolor abdominal, hematuria, edema/ascitis por la alteración de la vena cava inferior y, en el hombre, varicoceles en el escroto. La tríada clásica de dolor en el costado, hematuria y masa abdominal es infrecuente, ya que se da en <5 % de los pacientes, y sugiere un mayor tamaño del tumor, un mayor estadio patológico y un peor pronóstico.[1][16] Los síntomas de la enfermedad metastásica pueden incluir síntomas respiratorios (p.ej., tos persistente) y dolor óseo, según el sitio en el que se encuentre la enfermedad.[17] Los síntomas paraneoplásicos (p. ej., hipercalcemia humoral de neoplasia maligna, hipercortisolismo paraneoplásico que resulta en el síndrome de Cushing, policitemia debido a una producción inadecuada de eritropoyetina) se encuentran en entre el 10% y el 40% de los pacientes con CCR.[18]
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