Prevención primaria

Orientación de confianza

ebpracticenet le insta a dar prioridad a las siguientes guías de práctica clínica locales:

Cardiovasculaire risicobepaling in de eerste lijnPublicado por: Domus MedicaPublicado por última vez: 2020Évaluation du risque cardiovasculaire en première lignePublicado por: Domus MedicaPublicado por última vez: 2010

El riesgo de por vida relacionado con el desarrollo de hipertensión es elevado. Hay que esforzarse por minimizar los factores de riesgo. La guía de práctica clínica de 2017 del American College of Cardiology (ACC)/American Heart Association (AHA) recomienda modificaciones en el estilo de vida de los pacientes con presión arterial (PA) elevada, que se define como de 120 a 129/<80 mmHg, y para las personas con hipertensión de bata blanca.[2] Entre las modificaciones del estilo de vida recomendadas se incluyen cambios en la dieta, abandono del hábito de fumar, aumento de la actividad física y disminución del consumo de alcohol.[56][57]

Se han propuesto enfoques basados en la población para prevenir la hipertensión: la Asociación Public Health Association (APHA) ha aconsejado reducir el sodio en la cadena de alimentos, particularmente en alimentos procesados.[58] Aunque la reducción de sodio tiene un efecto modesto en la disminución de la presión arterial, el efecto poblacional sobre el gran número de personas en riesgo podría tener consecuencias significativas relacionadas con la morbilidad y la mortalidad cardiovascular.[59]​​ El uso de sustitutos de la sal ha demostrado efectos protectores mediados por la PA para los principales eventos cardiovasculares y la mortalidad.[60][61]

La US Preventive Services Task Force (USPSTF) recomienda que a los adultos con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular se les ofrezcan intervenciones de asesoramiento conductual para promover una dieta sana y la actividad física; también se puede considerar la posibilidad de realizar intervenciones de asesoramiento conductual a las personas que no presenten un riesgo elevado.[62][63]

Prevención secundaria

Se deberán iniciar importantes modificaciones del estilo de vida (cambios en la dieta, abandono del hábito de fumar, aumento de la actividad física, disminución del consumo de alcohol) en pacientes con prehipertensión (presión arterial [PA] de 120-139/80-89 mmHg) con el fin de retrasar o prevenir el inicio de la hipertensión manifiesta. La guía del American College of Cardiology (ACC)/American Heart Association (AHA) de 2017 define la PA elevada como 120 a 129/<80 mmHg y recomienda la modificación del estilo de vida para estos pacientes, que debe reevaluarse entre 3 y 6 meses después del inicio.[2] Se deben manejar estrictamente los demás parámetros de riesgo cardiovascular. Por ejemplo, se deberán utilizar las estatinas en concordancia con las guías de práctica clínica en las personas con diabetes. En consecuencia, se debe evaluar a los pacientes con prehipertensión o PA elevada en busca de riesgo cardiovascular oculto mediante el cribado de diabetes o dislipidemia con niveles de glucemia y lípidos en ayunas. Se debe evaluar el riesgo cardiovascular global. [ Estimador de riesgo ASCVD Plus Opens in new window ]

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