Monitorización

Una monitorización y un tratamiento estrechos son esenciales. Se debe coordinar un seguimiento del paciente hospitalizado durante las primeras 1 a 2 semanas del alta. De ahí en adelante, se deben programar visitas mensuales. Los lípidos se deben monitorizar al menos cada 6 meses hasta que se alcance un nivel objetivo de lipoproteína de baja densidad de <1,8 mmol/L (<70 mg/dL) en los pacientes que han tenido un infarto de miocardio o que tienen arteriopatía coronaria. La necesidad de ecocardiografías de seguimiento queda a criterio del médico. Sin embargo, las ecocardiografías son necesarias para evaluar y monitorizar la función ventricular.[2]

Es esencial ayudar con las iniciativas de abandono del hábito de fumar y promover un régimen de actividad física. Si está disponible, la rehabilitación cardíaca es extremadamente útil. Se deben abordar los factores de riesgo psicosociales, como la ansiedad y depresión. La depresión en particular se ha asociado a un mal pronóstico.[46] Todos los medicamentos se deben revisar en cada visita de seguimiento para motivar el cumplimiento del paciente y la dosificación óptima.[2]

En pacientes que se sometieron a perfusión directa, se indican pruebas de esfuerzo adicionales no invasivas o imágenes adicionales solamente si hay estenosis de gravedad intermedia (estrechamiento luminal del 50% al 70%) en una arteria no responsable. Los pacientes con dolor de tipo isquémico recurrente después de una reperfusión pueden necesitar una angiografía después de la terapia médica para evaluar una mayor estenosis u oclusión.[64]

Todos los pacientes, independientemente de si se les colocó un stent, deben recibir tratamiento con un inhibidor de P2Y12 durante 12 meses y ácido acetilsalicílico en dosis baja diariamente, siempre que puedan tolerarlo. Hay alguna evidencia de que los pacientes tratados con stents metálicos (SM) presentan un mayor riesgo de repetir el procedimiento, en comparación con los que reciben stents farmacoactivos (SFA). En pacientes con IMSEST que presentan síndrome coronario agudo, el tratamiento con inhibidores de P2Y12 se debe continuar durante al menos 12 meses para todos los pacientes, independientemente de que la estrategia de tratamiento sea manejo médico, angioplastia con balón, terapia lítica, colocación de stent metálico (SM) o colocación de stent farmacoactivo (SFA). En pacientes seleccionados con enfermedad arterial coronaria estable que reciben una intervención coronaria percutánea, puede considerarse una duración más corta (1-3 meses) de los tratamientos antiplaquetarios duales con una transición posterior a la monoterapia con inhibidores de P2Y12 para reducir el riesgo de eventos de sangrado.[64][149] Un grupo asesor científico de varias de las principales organizaciones de salud describe los riesgos de la suspensión prematura de la terapia antiplaquetaria doble en pacientes con stents de arteria coronaria.[147]

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