Monitorización

Es un componente esencial del tratamiento del asma y debe comprender la evaluación clínica (p. ej., los síntomas del control del asma), la función pulmonar y la prevención de exacerbaciones. Los datos muestran que un buen control del asma no es sinónimo de evitar las exacerbaciones del asma.[250][251]​​​​ La monitorización debe incluir la evaluación tanto del control de los síntomas como de los factores de riesgo, pero no debe tener en cuenta los antecedentes de exacerbaciones debido al riesgo continuo de exacerbaciones graves en pacientes con un buen control de los síntomas.[1]

Al iniciar el tratamiento, la monitorización se debe realizar en intervalos de 2 a 6 semanas para garantizar un control adecuado del asma. La frecuencia de seguimiento oscila entre cada 1 mes y cada 6 meses, dependiendo del nivel de control.

  • Intensificar el tratamiento. Se considera un aumento en la terapia preventiva si se presentan características de control deficiente, suponiendo que el cumplimiento y la administración ya estén optimizados.

  • Disminuir el tratamiento. Se considera una disminución del tratamiento en niños con un buen control del asma durante 3 meses o más, pero no debe producirse durante períodos de mayor riesgo (p. ej., invierno, inicio del período escolar).[1][252]​ En general, la disminución debe seguir el orden inverso de la estrategia de intensificación.[252]

Control de síntomas

En el estado no agudo, el control está determinado por la cantidad de síntomas diurnos o nocturnos entre las exacerbaciones (sibilancias, tos u opresión en el pecho), el uso de aliviadores (excluyendo la prevención de síntomas inducidos por el ejercicio), la frecuencia de las exacerbaciones, el absentismo escolar.​​​​ Estos parámetros se monitorizan en el seguimiento, en especial en niños con asma persistente.

Un enfoque sugerido para graduar el nivel de control de los síntomas es evaluar cuatro preguntas básicas:[1]

  • Los síntomas diurnos están presentes más de dos veces por semana?

  • Hay vigilia nocturna debido al asma?

  • Se usa un aliviador ABAC más de dos veces por semana para controlar los síntomas (excluyendo el uso antes del ejercicio)?

  • Hubo alguna limitación en las actividades normales debido al asma?

Se considera que los pacientes están bien controlados si no se da ningún caso de estos, parcialmente controlados si se dan uno o dos y no controlados si se dan tres o cuatro casos de estos.[1]

Los resultados de la FEM o el VEF₁ se pueden utilizar para monitorizar a los pacientes, siendo preferible la espirometría a partir de los 5 años de edad cuando los servicios estén disponibles y los niños cumplan con la normativa. La monitorización del flujo espiratorio máximo (FEM) en el asma crónica pediátrica se limita principalmente a un subconjunto de niños mayores con mala percepción de los síntomas que muestran una capacidad constante para realizar bien el FEM.


Técnica e interpretación de la espirometría
Técnica e interpretación de la espirometría

Una guía sobre cómo realizar e interpretar la espirometría, incluidos los errores más frecuentes.



Demostración animada de medición del flujo máximo
Demostración animada de medición del flujo máximo

Cómo utilizar un medidor de flujo máximo para obtener una medición del flujo espiratorio máximo.


Factores de riesgo para la exacerbación

La presencia de factores de riesgo para exacerbaciones, limitación persistente del flujo de aire y efectos adversos de la medicación deben tenerse en cuenta en cada evaluación. Por ejemplo:[1]

  • Riesgo de exacerbaciones:

    • Uso excesivo de ABAC

    • Uso inadecuado de CSI (ya sea con prescripción o cumplimiento por parte del paciente)

    • Comorbilidades (p. ej., obesidad, rinosinusitis crónica)

    • Exposición continua a factores desencadenantes (p. ej., fumar/vapear, contaminación del aire)

    • Problemas psicológicos o socioeconómicos

    • Bajo VEF₁ y alta capacidad de respuesta del broncodilatador

    • Marcadores de inflamación tipo 2 (por ejemplo, eosinofilia en sangre)

    • Exacerbaciones graves o potencialmente mortales anteriores

  • Riesgo de limitación persistente del flujo aéreo:

    • Antecedentes de parto prematuro, bajo peso al nacer

    • Falta de prescripción de un tratamiento con CSI a pacientes con exacerbaciones graves

    • Exposición continua a factores desencadenantes (p. ej., fumar/vapear, contaminación del aire)

    • VEF₁ inicial bajo y presencia de esputo o eosinofilia en sangre

  • Riesgo de efectos adversos

    • Efectos locales o sistémicos del uso frecuente de OCS o del uso a largo plazo de dosis altas de CSI

Cuestionarios

Existen varias herramientas disponibles para evaluar el control de los síntomas del asma, incluidos cuestionarios de cribado sencillos (p. ej., la herramienta de control de síntomas de GINA), cuestionarios categóricos (p. ej., las "Tres preguntas" del Real Colegio de Médicos del Reino Unido) y cuestionarios numéricos (p. ej., la prueba de control del asma y el cuestionario de control del asma, versión de 5 ítems).[1] La herramienta de control de síntomas de GINA incluye preguntas que evalúan los factores de riesgo de futuras exacerbaciones.[1]

Ningún cuestionario es ideal en ausencia de una evaluación exhaustiva. Cada uno tiene sus puntos fuertes y sus limitaciones. Por ejemplo, la prueba de control del asma ha mostrado una buena consistencia interna y validez de contenido, pero niveles mixtos de acuerdo con las medidas clínicas de asma y poca validez transcultural.[253][254]​​​

Herramientas de monitorización emergentes

Las directrices de los Estados Unidos establecen que el FeNO puede utilizarse como parte de una estrategia continua de vigilancia y tratamiento de los niños de 5 años o más si las evaluaciones son frecuentes y el nivel de FeNO no se utiliza de forma aislada. Sin embargo, no se sabe qué constituye un cambio clínicamente significativo en los niveles de FeNO (es poco probable que los cambios <50% estén relacionados con el asma).[255] La monitorización con FeNO tiene beneficios adicionales nulos o modestos sobre los resultados clínicos en comparación con la monitorización basada en síntomas y espirometrías.[256][257][258][259]​​ [ Cochrane Clinical Answers logo ]

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