Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

presencia de factores de riesgo

Los principales factores de riesgo son el aumento de la edad, el sexo femenino, los traumatismos craneales, la neuronitis vestibular, la laberintitis, las migrañas, la cirugía del oído interno y la enfermedad de Meniere.

posiciones específicas de provocación

Vértigo provocado por movimientos específicos de la cabeza (p. ej., mirar hacia arriba o inclinarse, levantarse, girar la cabeza y voltearse en la cama hacia un lado).

En el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) del canal posterior, los pacientes pueden identificar la dirección del movimiento que desencadena un episodio, que corresponde al oído afectado.

Si el vértigo no es provocado por movimientos, se debe considerar un trastorno central. La laberintitis o la neuronitis vestibular pueden imitar el VPPB, pero a diferencia de éste, el movimiento de la cabeza en cualquier plano puede precipitar un vértigo que persistirá durante días.[1]

duración corta del vértigo

El vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) suele durar <30 segundos. El vértigo de otros trastornos dura mucho más: la enfermedad de Ménière dura horas; la laberintitis viral o la neuronitis vestibular duran días; las migrañas son variables y otros trastornos centrales pueden ser constantes.

Los síntomas asociados (náuseas, desequilibrio y aturdimiento) pueden persistir más tiempo. Por lo tanto, es necesario prestar atención para diferenciar específicamente la duración del vértigo de la duración de otros síntomas asociados.[1]

vértigo episódico

El vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) es episódico. En el VPPB del canal posterior, los ataques ocurren repetidas veces a lo largo de semanas a meses. En el VPPB del canal lateral (horizontal), los ataques ocurren repetidas veces a lo largo de días a semanas. Un solo ataque aislado no suele sugerir VPPB, salvo que se lo confirme con la maniobra de Dix-Hallpike o un giro lateral de cabeza en posición supina.[1]

episodios graves de vértigo

El vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) suele ser intenso, más en la variante del canal lateral. Si es leve, debería ampliarse el diagnóstico diferencial y deberían considerarse otras causas (especialmente, centrales).[1]

inicio repentino del vértigo

Un inicio de forma más gradual no sugiere vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) y podría sugerir una patología central.[36]

náuseas, desequilibrio y aturdimiento

Pueden persistir durante más tiempo. Por lo tanto, es necesario prestar atención para diferenciar específicamente la duración del vértigo de la duración de otros síntomas asociados.[1]

ausencia de síntomas neurológicos u otológicos asociados

Si además del vértigo se presentan los siguientes síntomas, es probable que haya diagnósticos alternativos al VPPB: pérdida de audición, acúfenos, plenitud auditiva y otros síntomas neurológicos. Sin embargo, no es infrecuente que los pacientes presenten síntomas asociados, como náuseas, desequilibrio y aturdimiento. El VPPB ocurre con frecuencia después de la neuronitis vestibular y también puede coexistir con otras enfermedades.[1]

exploración neurológica normal

Aparte de una maniobra de Dix-Hallpike positiva o un giro lateral de cabeza positivo en posición supina, cualquier otro trastorno neurológico sugiere otro proceso patológico, el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) secundario o un trastorno coexistente.[1]

maniobra de Dix-Hallpike positiva o giro lateral de cabeza positivo en posición supina

Historias sugerentes de vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) combinadas con una maniobra de Dix-Hallpike positiva (VPPB del canal posterior) o un giro lateral de cabeza positivo en posición supina (VPPB del canal lateral) suelen ser suficientes para realizar el diagnóstico.[1]

exploración otológica normal

Cualquier alteración otológica sugiere otro proceso patológico, vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) secundario o un trastorno coexistente.[1]

Otros factores de diagnóstico

común

>50 años de edad

El pico de incidencia se sitúa entre los 50 y los 70 años de edad.[2]

sexo femenino

Las mujeres tienen casi el doble de probabilidades de ser afectadas por el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB).[5]

infrecuente

vértigo posicional sin nistagmo

Los casos leves de vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) pueden ocasionar vértigo durante las maniobras de diagnóstico, pero sin nistagmo, lo que se denomina VPPB subjetivo.[1] Sin embargo, el vértigo informado debe tener un patrón similar al nistagmo esperado: latencia, una naturaleza transitoria de ascenso-descenso, y fatigabilidad. En caso contrario, existen mayores probabilidades de catalogar problemas cervicales o vértigo postural fóbico como VPPB.

Factores de riesgo

Fuerte

mayor edad

Procesos degenerativos que ocurren al envejecer, incluidas patologías vasculares y metabólicas que estimulan el desprendimiento de otoconias del utrículo.[4][5][16][17]

sexo femenino

Es posible que haya un incremento debido a la asociación de las migrañas (otro factor de riesgo del vértigo posicional paroxístico benigno [VPPB]) con las mujeres. Además, las diferencias metabólicas posibles en las mujeres, especialmente los cambios hormonales posmenopáusicos, pueden acelerar la descalcificación del utrículo (semejante a la osteoporosis).[5][16]

traumatismo de cráneo

Un daño directo en el utrículo puede desplazar las otoconias del utrículo.[16][18] El traumatismo de cráneo es la causa más común de vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) bilateral simultáneo.

neuronitis vestibular

Las ramas arteriolares de la arteria vestibular anterior corren junto al nervio vestibular superior en canales óseos relativamente estrechos y largos. La inflamación y el edema en esta área conducen al atrapamiento y la compresión de las arteriolas, lo que provoca isquemia, daño y degeneración del órgano blanco utricular, y el posterior desprendimiento de otoconias.[2][16][19][20]

laberintitis

El daño directo en el oído interno y el utrículo debido a procesos inflamatorios o infecciosos puede desplazar las otoconias del utrículo.[2][16]

migrañas

Los vasoespasmos de las arterias laberínticas y una posible isquemia facilitan el desprendimiento de otoconias del utrículo.[5][21][22][23]

cirugía del oído interno

El daño directo en el aparato vestibular provoca restos otoconiales.[1][24][25][26]

enfermedad de Ménière

Estudios han demostrado una fuerte asociación entre la enfermedad de Ménière y el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB). El mecanismo es poco claro. Sin embargo, se supone que el daño hidrópico mecánico en el utrículo o la obstrucción parcial del laberinto membranoso facilitan el desprendimiento de otoconias.[1][26][27][28]

Débil

otitis media

La laberintitis, una complicación de la otitis media, está asociada con el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB).[29]

hipertensión

Daño en el sistema vascular; facilita la isquemia del aparato vestibular.[5]

hiperlipidemia

Daño en el sistema vascular; facilita la isquemia del aparato vestibular.[5]

diabetes mellitus

Daño en el sistema vascular; facilita la isquemia del aparato vestibular.[5]

insuficiencia vertebrobasilar

Los cambios isquémicos debilitan o dañan el utrículo; se generan restos otoconiales.[5][16][26][30]

arteritis de células gigantes

Se supone que la arteritis provoca daños isquémicos y degeneración del utrículo, lo que genera la liberación de restos otoconiales.[31]

osteoporosis

Acelera la descalcificación del utrículo, lo que genera partículas de otoconias que flotan libremente.[17][32]

intubación

La posición supina y con la cabeza reclinada durante un tiempo prolongado facilita el ingreso de partículas de otoconias que flotan libremente en el canal semicircular.[5][16]

posición lateral habitual de la cabeza durante el reposo en cama (vértigo posicional paroxístico benigno [VPPB] ipsilateral)

Facilita la adhesión de partículas a la cúpula o estimula la fusión de una masa crítica que se forma en el canal semicircular.[17][33]

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