Abordaje

El tratamiento se orienta de acuerdo con la afección subyacente más probable.

Fractura por sobrecarga

Las fracturas por sobrecarga pueden tratarse de forma no quirúrgica si se consideran estables, pero podrían requerir tratamiento quirúrgico si son inestables.

Fractura por sobrecarga en el cuello del fémur superior (lado de tensión):

  • Debe identificarse y tratarse rápidamente con fijación interna para prevenir las complicaciones del avance y el desplazamiento de la fractura, que incluyen seudoartrosis, consolidación defectuosa y artritis postraumática.

Fracturas por sobrecarga en el cuello del fémur inferior (lado de compresión):

  • A diferencia de su contraparte en el lado de tensión, estas fracturas son mecánicamente estables y pueden tratarse de forma no quirúrgica, con excelentes tasas de consolidación en los pacientes que respetan las indicaciones.

  • El pilar del tratamiento exitoso consiste en interrumpir de inmediato las actividades de alto impacto y proteger la extremidad para que no sostenga peso (con el uso de un bastón o muletas) durante 6 a 8 semanas.

  • Se recomienda el seguimiento por estudios de imagen para garantizar la consolidación adecuada.

Lesión por traumatismo o sobrecarga en atletismo y radiografías simples negativas

Tratamiento inicial

  • El tratamiento inicial adecuado incluye reposo, modificación de la actividad, aplicación de hielo o calor, uso prudente de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y protección de la extremidad para que no sostenga peso (con el uso de un bastón o muletas).

  • Una vez que los síntomas disminuyan, lo que en general ocurre de 4 a 6 semanas de haber iniciado el tratamiento, se debe comenzar la fisioterapia con el regreso gradual a las actividades.

  • Es muy importante abordar la estructura específica lesionada (a menudo, músculo/tendón) con ejercicios específicos, pero, antes de retomar la práctica deportiva, también es necesario recuperar el delicado mecanismo que existe en torno a la pelvis, que incluye equilibrio, coordinación y fuerza.

Fracaso del manejo conservador inicial

  • En primer lugar, se debe garantizar que el paciente haya cumplido con las medidas conservadoras.

  • Luego, se considera realizar estudios por imágenes más avanzados (en general, ultrasonido o resonancia magnética [IRM]).

  • Debe considerarse la derivación a un cirujano ortopédico.

Manejo específico de los tipos de lesiones traumáticas/por sobrecarga

1. Dolor de ingle de larga duración relacionado con el aductor

  • Un programa de ejercicios específicos destinados a mejorar la fuerza y la coordinación de los músculos de la pelvis es considerablemente mejor que un programa de fisioterapia convencional.[22]

  • Puede realizarse una tenotomía del músculo aductor mediano en casos de dolor crónico y debilitante en la ingle cuya causa sea una lesión en el aductor que no ha respondido tras 6 meses de tratamiento no quirúrgico.[23]

2. Osteítis púbica

  • Algunos trabajos de la literatura informan que esta afección tiene resolución espontánea y que los síntomas pueden demorar 1 año o más en desaparecer.[24]

  • Probablemente, refleja otras afecciones y, en la mayoría de los casos, debe tratarse en la línea del dolor de ingle relacionado con el aductor.

3. Dolor de ingle de origen inguinal (también conocido como hernia incipiente, hernia deportiva o pubalgia atlética)

  • No existe evidencia para el tratamiento de esta lesión. Sin embargo, la literatura describe una gran cantidad de tratamientos quirúrgicos, todos con resultados adecuados pero no controlados.

  • Se sugiere considerar un tratamiento inicial para dolor inguinal relacionado con el aductor durante al menos 8 a 10 semanas, pero con un enfoque específico en los músculos abdominales y la estabilidad central, antes de considerar una cirugía.

4. Dolor de ingle relacionado con el psoas ilíaco

  • No existe evidencia para el tratamiento de esta lesión.

  • Se sugiere fortalecer el psoas ilíaco de forma isométrica, excéntrica y concéntrica. Se justifica el estiramiento si el músculo está tirante. Si el tratamiento a base de ejercicio es demasiado doloroso, las inyecciones de corticosteroides guiadas por ultrasonido pueden ser útiles para reducir el dolor y continuar con los ejercicios.

  • Los ejercicios específicos deben estar acompañados de un programa de estabilización pélvica.

5. Desgarros del labrum

  • Si la angiografía por resonancia magnética (ARM)/IRM diagnostica un desgarro del labrum y es sintomático, debe considerarse la cirugía artroscópica de la articulación de la cadera con desbridamiento o refijación del labrum.

  • Al mismo tiempo, debe corregirse la patología de pinzamiento femoroacetabular concomitante del fémur y/o el acetábulo.[25]

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