Epidemiología

Las lesiones en la ingle son más frecuentes en los deportes como fútbol americano, hockey sobre hielo y rugby, pero pueden verse en la mayoría de los deportes en los que se debe correr, girar y saltar. Representan del 5% al 18% de todas las lesiones relacionadas con el deporte.[2][3][4][5]

Un estudio prospectivo de siete temporadas con jugadores de fútbol masculino de primera división encontró que las lesiones en la cadera/ingle representaban del 12% al 16% de todas las lesiones.[6] En total, la incidencia fue de 1.1/1000 horas, donde los partidos aportaron un número de 3.5/1000 horas. Las lesiones relacionadas con el aductor fueron mucho más frecuentes, seguidas por las lesiones en el psoas ilíaco. Un estudio con jugadores de fútbol americano de segunda división halló el mismo patrón, con una mayor frecuencia de lesiones en la ingle relacionadas con el aductor, seguidas por lesiones en el psoas ilíaco y lesiones abdominales.[7] La incidencia fue menor, con un total de 0.4 lesiones/1000 horas.

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