Complicaciones
Los pacientes con diabetes tienen un aumento significativo del riesgo de desarrollar cataratas y requerir una cirugía de cataratas.[133]
Las cataratas pueden obstruir la vigilancia o el tratamiento de la retinopatía, y la cirugía de cataratas puede empeorar el edema macular o la retinopatía diabética proliferativa (RDP). El edema macular postoperatorio puede inhibirse mediante inyección intravítrea de corticosteroides.[134]
En pacientes con RDP, una difusión avanzada de los factores de crecimiento derivados de la retina puede inducir la neovascularización del iris, que, a su vez, puede ocluir los tractos de salida del humor acuoso y causar glaucoma.
Si el pronóstico visual es bueno, el tratamiento está dirigido al control de la neovascularización con fotocoagulación panretiniana o agentes inhibidores del factor de crecimiento endotelial vascular, así como al control de la presión intraocular con cirugía de drenaje por tubo. Si el pronóstico visual es malo, el tratamiento está dirigido al mejoramiento del malestar y la estética.
Después de una vitrectomía, es común que se produzca una hemorragia intracavitaria; sin embargo, con frecuencia desaparece rápidamente sin tratamiento.
La fotocoagulación panretiniana se asocia con el desarrollo o la exacerbación de un edema macular.[136] En la mayoría de los casos, este edema es de resolución espontánea y no requiere tratamiento.
En pacientes con RDP, es posible que el campo visual se vea afectado por las áreas de falta de perfusión capilar y los efectos de las quemaduras panretinianas por el láser.[137]
Los pacientes que se someten a una terapia con láser macular presentan una reducción medible en la función visual central.
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