Monitorización

Los criterios para el alta hospitalaria son subjetivos. La documentación sobre las saturaciones de oxígeno normal y la falta de dificultad respiratoria son factores fundamentales para decidir si se le debe dar el alta a un paciente. La GINA aconseja que la decisión de ingreso o alta se base en el estado clínico, la función pulmonar, la respuesta al tratamiento, los antecedentes de exacerbaciones y factores de riesgo, y la capacidad de autocontrol en el hogar (p. ej., circunstancias sociales, apoyo y recursos disponibles).[1]​ La disponibilidad de un seguimiento oportuno puede influir en la capacidad de dar el alta.[1]

La medición del flujo máximo puede ayudar en la decisión clínica de una hospitalización: un flujo máximo <40% en relación con el valor normal predice una hospitalización.[1][63]​ Los pacientes con un flujo máximo >70% del valor normal pueden ser tratados con seguridad en su domicilio (la GINA menciona un umbral ligeramente inferior para el alta de flujo máximo postratamiento >60% mejor o pronosticado).[1][63]​ El estado clínico (incluida la capacidad de acostarse) y la función pulmonar una hora después de iniciar el tratamiento parecen predecir la necesidad de ingreso de manera más confiable que el estado a la llegada, según los análisis retrospectivos.[1]​ Otros factores asociados con una mayor probabilidad de necesitar ingreso incluyen: sexo femenino, edad avanzada, raza no blanca, >8 inhalaciones de agonistas beta-2 en las 24 horas anteriores, gravedad de la exacerbación (p. ej., resus o intervención médica rápida requerida a la llegada), antecedentes de exacerbaciones graves, antecedentes de visitas médicas no planificadas que requirieron corticosteroides orales.[1]

Los pacientes con exacerbaciones asmáticas graves pueden tener una obstrucción inestable de las vías aéreas durante varios días después de una exacerbación aguda. También pueden ser frecuentes los síntomas nocturnos y el deterioro. La decisión de volver a ingresar a un paciente al hospital se basa en un juicio clínico.

Antes del alta, se debe optimizar el tratamiento, revisar las habilidades y el cumplimiento del uso de inhaladores y organizar el seguimiento.[1]​ Los pacientes dados de alta del servicio de urgencias con un plan de acción escrito para el asma y un medidor de flujo máximo tienen mejores resultados que los dados de alta sin estos.[1]​ Los pacientes que necesitaron tratamiento en atención primaria o cuidados intensivos (p. ej., servicio de urgencias, hospital) deben ser seguidos por un médico de cabecera o neumólogo en un plazo de 2 a 7 días después de la exacerbación para evaluar más a fondo su control de los síntomas y optimizar su tratamiento del asma, incluidos los medicamentos, la técnica de inhalación y el plan de acción escrito para el asma.[1]​ También se deben abordar los factores de riesgo modificables y las comorbilidades (utilizando estrategias no farmacológicas cuando corresponda) para reducir el riesgo del paciente de futuras exacerbaciones (ya que los pacientes que han tenido una exacerbación tienen un mayor riesgo de una nueva en el próximo año).[1]​ Los pacientes deben ser revisados regularmente después de una exacerbación hasta que los síntomas se controlen y logren o mejoren su mejor función pulmonar personal.[1]

La GINA recomienda derivar al paciente para que reciba asesoramiento experto si ha necesitado tratamiento en la UCI o si ya ha tenido una exacerbación en el último año, y aconseja que se considere la derivación si la exacerbación fue grave y/o el paciente fue hospitalizado, o si el paciente ha acudido repetidamente a cuidados intensivos.[1]​ El seguimiento del especialista después de una exacerbación se asocia con una reducción de las visitas al servicio de urgencias u hospitalizaciones.[1]​ La GINA también recomienda considerar la derivación para el asesoramiento de expertos si el paciente tiene algún factor de riesgo de muerte relacionada con el asma (incluida la sospecha o confirmación de anafilaxia), o si se sospecha que la exacerbación fue desencadenada por ácido acetilsalicílico o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).[1]


Demostración animada de medición del flujo máximo
Demostración animada de medición del flujo máximo

Cómo utilizar un medidor de flujo máximo para obtener una medición del flujo espiratorio máximo.


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