Tratamientos emergentes
Terapia farmacogenómica
El tratamiento del asma en el futuro podría guiarse por el genotipo del paciente, con posibles terapias que incluyen terapia dirigida a polimorfismos de adrenoreceptores beta-2 y leucotrienos C4 sintasa.[79]
Coadministración de un corticoesteroide inhalado con un agonista beta-2 de acción corta en exacerbaciones leves
Existe evidencia emergente que demuestra que la administración conjunta de un corticosteroide inhalado (CSI) con un agonista beta-2 de acción corta puede presentar efectos benéficos en el manejo de una exacerbación leve. Estos efectos se pueden observar en la ausencia de administración de un corticosteroide sistémico. Los pacientes que presentan más probabilidades de beneficiarse son aquellos que no han usado anteriormente el corticosteroide inhalado (CSI). El papel de los corticosteroides inhalados (CSI) utilizados con los corticoesteroides sistémicos no está bien definido.[80] En pacientes que previamente usaban CSI, el ajuste de la dosis puede reducir la exacerbación.
Coadministración de un corticosteroide inhalado con un agonista beta de acción prolongada
El inicio de un agonista beta de acción prolongada concomitantemente con un CSI es seguro y reduce significativamente los ingresos hospitalarios por asma.[81][82] Esta combinación se utiliza ampliamente como alivio antiinflamatorio en el tratamiento habitual del asma, ya que reduce el riesgo de exacerbaciones graves y la exposición a los corticosteroides orales, en comparación con un alivio con agonistas beta de acción corta (SABA). Los estudios también han demostrado que el CSI-formoterol tiene una eficacia y una seguridad comparables a las de las dosis altas de SABA.[83][84]
Antagonistas del receptor de leucotrieno
La incorporación de un antagonista del receptor de leucotrieno oral a la atención estándar para las exacerbaciones agudas del asma no tiene un impacto significativo en los resultados clínicos, y los datos disponibles actualmente no respaldan el uso rutinario para esta indicación.[85]
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Todavía no se dispone de formulaciones intravenosas fuera de los ensayos de investigación, pero se han comunicado resultados prometedores. Por ejemplo, se demostró que el montelukast intravenoso, además de la terapia estándar, proporcionaba una rápida broncodilatación (en 10 minutos).[86] Montelukast lleva advertencias sobre el riesgo potencial de eventos adversos neuropsiquiátricos, incluidas pesadillas de inicio reciente, problemas de comportamiento y estado de ánimo (por ejemplo, agitación, hiperactividad, irritabilidad, nerviosismo, agresión) e ideación suicida.[1]
inhibidores de la bomba de protones
Aunque la terapia con un inhibidor de la bomba de protones (IBP) produce una ligera mejoría, aunque estadísticamente significativa, en los flujos espiratorios máximos matinales, es poco probable que esta mejoría sea clínicamente significativa. Además, no existe evidencia suficiente para recomendar el uso empírico de dicha terapia para el manejo del asma.[87]
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