Prevención primaria
La mayoría de los casos de neumonía intrahospitalaria y una proporción importante de casos de neumonía adquirida en la comunidad en personas de edad avanzada ocurren por la microaspiración de contenido orofaríngeo infectado. Las medidas para identificar la disfagia orofaríngea y reducir el grado de contaminación orofaríngea con organismos patógenos pueden ayudar a evitar la neumonía por aspiración, especialmente en pacientes con enfermedades neurológicas, en pacientes de instituciones geriátricas con comorbilidades y en pacientes intubados o alimentados por sonda.[24]
Se requiere una supervisión atenta para impedir que se produzca la aspiración de materia orofaríngea. Las personas de edad avanzada o que tienen problemas neurológicos deben comer o recibir lentamente porciones pequeñas y con una consistencia adecuada para evitar atragantarse o regurgitar. Se recomienda una buena higiene bucal, aunque todavía no se sabe si la higiene bucal reducirá la incidencia de la infección.[25] El cuidado bucal, que incluye una combinación de limpieza profesional de la cavidad oral una vez por semana, el cepillado de los dientes después de cada comida, la limpieza de las dentaduras postizas una vez al día y las gárgaras de solución desinfectante, puede reducir el número de bacterias patógenas en las secreciones orofaríngeas y tiene el potencial de reducir la aparición y la mortalidad de la neumonía por aspiración, aunque los estudios de apoyo pueden tener una validez metodológica limitada.[26][27][28][29] Los dientes no restaurables deben extraerse.
Los cuidados orales van más allá de la descontaminación oral y hacen hincapié en la necesidad de mejorar la motilidad de las secreciones orofaríngeas mediante el tratamiento de la disfagia (entrenamiento de la deglución, manejo de la dieta y posicionamiento). Aunque no se ha establecido una disminución en la incidencia de la neumonía, existe el potencial de reducir la aspiración en los pacientes con un deterioro de la deglución.[30] Parece que el mayor beneficio del cuidado bucal es cuando es proporcionado por profesionales dentales; el cuidado bucal proporcionado por enfermeras no tenía ninguna reducción apreciable en la mortalidad por neumonía.[31]
Pueden necesitarse maniobras posturales y ejercicios para fortalecer la musculatura de la deglución con el fin de volver a entrenar a un paciente con disfunción en la deglución.
El paciente debe permanecer en posición vertical o elevada, por lo menos, durante 1 o 2 horas después de las comidas. Se deben ajustar con frecuencia las sondas de alimentación para impedir que se desplacen. Se debe controlar el volumen residual en el estómago de la alimentación por sonda y las sondas de alimentación se deben retener si el volumen residual supera los 50 mL. La alimentación nasogástrica con bomba continua no reduce la incidencia de neumonía en comparación con la alimentación en bolo. En los pacientes en estado crítico, hay evidencia de calidad moderada de que la alimentación pospilórica comparada con la alimentación gástrica se asocia con una tasa de neumonías un 30% más baja .[32] Las neumonías por aspiración se reducen en los pacientes con gastrostomía mediante el empleo de dietas elementales[33] y mosapride.[34]
La antibioticoterapia profiláctica después de un episodio reconocido de aspiración puede no prevenir el desarrollo posterior de neumonía bacteriana; más bien, puede seleccionar los organismos resistentes. En la actualidad, no se pueden realizar recomendaciones basadas en la evidencia en favor de ninguna intervención farmacológica para la prevención de la neumonía por aspiración.[35]
Existen pocas pruebas de que el ayuno preoperatorio reduzca el riesgo de aspiración perioperatoria.[36] No se recomienda el uso rutinario preoperatorio de antiácidos ni de medicamentos que bloquean las secreciones gástricas ácidas en pacientes que no tienen un mayor riesgo aparente de aspiración pulmonar (las afecciones que aumentan el riesgo incluyen la enfermedad por reflujo gastroesofágico, hernia hiatal, íleo u obstrucción intestinal, alimentación enteral por sonda, embarazo y obesidad).[19] Una revisión sistemática demostró el beneficio del uso de antagonistas del receptor H2 de la histamina en la reducción del volumen gástrico y en el aumento del pH, con lo que se reduce el número de pacientes con riesgo de aspiración de ácido.[37] A pesar de esto, no hay pruebas suficientes para justificar la supresión del ácido gástrico, ya que la administración de un inhibidor de la bomba de protones o de un antagonista del receptor de histamina-2 puede estar asociada con un mayor riesgo de neumonía.[38]
Se observaron tendencias similares en la reducción del riesgo de neumonitis por aspiración en mujeres que se sometían a cesárea con anestesia general con el uso de antagonistas del receptor H2, aunque la calidad de la evidencia era deficiente.[39]
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