Monitorización

El tratamiento exitoso requiere una monitorización frecuente de los parámetros clínicos y de laboratorio para alcanzar los criterios de resolución. La medición de la glucosa debe repetirse cada 1-2 horas y la del potasio sérico, cada 2 a 4 horas. La medición del calcio, del magnesio, del fosfato, de la urea y de la creatinina séricos debe repetirse cada 2-4 horas, según el estado clínico del paciente y la respuesta al tratamiento.

El diagrama de flujo donde se clasifican estos hallazgos, junto con el estado mental, las constantes vitales, la dosis de insulina, la fluidoterapia y las terapias de reposición de electrolitos, y la diuresis, facilita el análisis de la respuesta al tratamiento y de la resolución de las crisis.[9]

Los criterios para la resolución del SHH incluyen la normalización de la glucosa plasmática (<12.2 a 16.7 mmol/L [<250 a 300 mg/dL]), la osmolalidad efectiva plasmática (<300 mmol/kg [<300 mOsm/kg]), la hemodinámica normal y la mejora del estado mental.[2]

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