Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

presencia de factores de riesgo

Los factores de riesgo clave incluyen predisposición a la aspiración de contenido gástrico, higiene dental deficiente y extracción de piezas dentales, obstrucción bronquial (p. ej., cuerpo extraño o maligno), inmunosupresión (p. ej., quimioterapia, trasplante de órganos, terapia con corticosteroides, infección por VIH), enfermedad crónica (p. ej. , EPOC, bronquiectasias, diabetes mellitus, esclerodermia, divertículo esofágico, enfermedad hepática y renal), sepsis extrapulmonar (p. ej., endocarditis en válvula tricúspide, tromboflebitis séptica) y neumonía.

fiebre

Inicio agudo de fiebre alta (p. ej., >38.5 °C [>101 °F]) en infección aguda. En infecciones crónicas, se puede presentar febrícula durante varias semanas o más.

tos productiva

Generalmente, produce esputo purulento. En la segunda o tercera semana, se expectoran grandes cantidades de secreciones purulentas. Alrededor del 50% de los pacientes presentan esputo purulento. Este esputo de olor fétido sugiere, en gran medida, una infección por anaerobios.[2]

infrecuente

ruidos respiratorios cavernosos (anfóricos)

Se pueden escuchar sobre un absceso y se parecen al sonido producido al soplar en el pico de una botella.

Otros factores de diagnóstico

común

soplo cardíaco

La aparición o el empeoramiento de soplos cardíacos son signos de endocarditis bacteriana, que puede causar absceso pulmonar por embolia séptica.

dolor torácico pleurítico

Síntoma agudo de absceso pulmonar. Síntoma de embolia pulmonar que precede al desarrollo de fiebre persistente en el absceso pulmonar secundario a la infección de un infarto pulmonar.

síntomas constitucionales

Los sudores nocturnos, el malestar general y la pérdida de peso son frecuentes en el absceso crónico.

caquexia

En el absceso crónico, puede resultar evidente un estado nutricional deficiente, con caquexia y palidez (cutánea y subconjuntival).

palidez

En el absceso crónico, puede resultar evidente un estado nutricional deficiente, con caquexia y palidez (cutánea y subconjuntival) secundarias a la anemia por enfermedad crónica.

enfermedad gingival

Se pueden presentar signos de enfermedad gingival con halitosis asociada.

halitosis

Se pueden presentar signos de enfermedad gingival con halitosis asociada.

ausencia del reflejo faríngeo

Puede estar ausente en pacientes con un trastorno neurológico subyacente como el accidente cerebrovascular.

infrecuente

disnea

Síntoma de embolia pulmonar que precede al desarrollo de fiebre persistente en el absceso pulmonar secundario a la infección de un infarto pulmonar.

hemoptisis

Se puede presentar en el absceso pulmonar crónico y generalmente es menor, a pesar de que puede ser masiva.[28]

Síntoma de embolia pulmonar que precede al desarrollo de fiebre persistente en el absceso pulmonar secundario a la infección de un infarto pulmonar.

escalofríos intensos

A pesar de que casi nunca se informan, los escalofríos moderados e intensos se pueden presentar en pacientes con absceso pulmonar secundario a embolia séptica de endocarditis bacteriana del lado derecho (p. ej., válvula tricúspide) o tromboflebitis séptica a causa de una bacteriemia.

debilidad

Síntoma inespecífico de endocarditis bacteriana, que puede causar absceso pulmonar por embolia séptica.

artralgia

Síntoma de endocarditis bacteriana, que puede causar absceso pulmonar por embolia séptica.

lesiones hemorrágicas

Las lesiones de la piel y la retina son signos de endocarditis bacteriana, que puede causar absceso pulmonar por embolia séptica.

crepitantes inspiratorios

Se escucha ante la presencia de una consolidación parenquimatosa asociada.

respiración bronquial

Se escucha ante la presencia de una consolidación parenquimatosa asociada.

ruidos respiratorios reducidos

Se escuchan ante la presencia de empiema asociado.

roncus fijo unilateral

Un roncus fijo limitado a 1 hemitórax indica una obstrucción de las vías respiratorias, que puede producirse debido a un tumor o un cuerpo extraño.

Factores de riesgo

Fuerte

predisposición a la aspiración de contenido gástrico

La disminución del nivel de consciencia y un reflejo faríngeo suprimido predisponen a la aspiración de contenido gástrico y, por consiguiente, son los principales factores de riesgo del absceso pulmonar.[4][9][18]​​​[25][26]​​​ La aspiración puede ser el resultado de estupor alcohólico, convulsiones, accidente cerebrovascular, disfunción bulbar neurológica, sobredosis de drogas, anestesia general, cirugía dental u orofaríngea, enfermedad esofágica (estenosis, neoplasia maligna, reflujo y divertículo) y sondas nasogástricas o endotraqueales.

higiene dental deficiente y extracción de piezas dentales

Las enfermedades gingivales y la mala higiene dental son frecuentes y promueven altas densidades de organismos anaeróbicos orales, particularmente en las grietas gingivales. Por el contrario, los abscesos pulmonares anaerobios son muy poco frecuentes en los pacientes desdentados. La extracción de piezas dentales también es un factor de riesgo.

obstrucción bronquial

El carcinoma, un cuerpo extraño o una compresión extrínseca de los ganglios linfáticos agrandados pueden causar obstrucción que perjudica la eliminación eficaz de las secreciones aspiradas. Predispone a la infección distal al sitio de obstrucción.

inmunosupresión

La quimioterapia, el trasplante de órganos, la terapia con corticosteroides o la infección por VIH son factores de riesgo importantes.[9][26][27]

enfermedad crónica

Las enfermedades respiratorias subyacentes (p. ej., EPOC y bronquiectasias), diabetes mellitus, esclerodermia y enfermedades hepáticas o renales son factores de riesgo importantes.[9][26][27]

sepsis extrapulmonar

Los émbolos pulmonares sépticos por infección extrapulmonar, como la endocarditis bacteriana del lado derecho (p. ej., válvula tricúspide) o la tromboflebitis séptica, pueden provocar un absceso pulmonar metastásico.[21][23]

neumonía

La neumonía previa es frecuente y por lo general resulta en un absceso monomicrobiano causado por bacterias aeróbicas (p. ej.,Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Haemophilus influenzae, Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli, Pasteurella multocida, Burkholderia, especies de Legionella, Streptococcus pneumoniae y estreptococos del grupo A).[9][18]​ La neumonía subyacente también se asocia con una mayor mortalidad.

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