Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

presencia de factores de riesgo

Factores de riesgo de absceso hepático piógeno altamente asociados: anomalías subyacentes en las vías biliares, >50 años de edad, neoplasia maligna, diabetes mellitus y procedimientos hepáticos o biliares intervencionistas.

Factor de riesgo de absceso hepático amebiano altamente asociado: proceder de una zona endémica de amebiasis o haber visitado esta región.

fiebre y escalofríos

La mayoría de los pacientes se presentan con síntomas constitucionales inespecíficos, como fiebre o escalofríos y pérdida de peso.[3]​​[4][15]

Los síntomas del absceso hepático piógeno pueden aparecer gradualmente, aunque es más probable que la aparición sea repentina en el absceso amebiano.

sensibilidad en el cuadrante superior derecho (CSD)

Indica una anomalía en el hígado o la vesícula biliar.[3]​​ Ocurre frecuentemente ante la presencia de un absceso hepático, aunque la ausencia de este hallazgo no excluye el diagnóstico.

En la exploración, se detecta un abdomen doloroso a la palpación en más de la mitad de los pacientes.[4][15]

hepatomegalia

Se puede presentar un agrandamiento del hígado con sensibilidad.

Otros factores de diagnóstico

común

pérdida de peso

Es una característica frecuente, aunque inespecífica.

fatiga

Es uno de los síntomas más frecuentes, aunque inespecífico.

dolor abdominal

Es un síntoma frecuente, aunque la ausencia de dolor no excluye el diagnóstico.

náuseas y vómitos

Se presentan en aproximadamente un tercio a la mitad de los pacientes.[15]

tos, disnea o dolor torácico

Un tercio de los pacientes tiene síntomas torácicos, que incluyen tos, disnea y dolor torácico.[4]

Si se inflama el diafragma, puede presentarse tos, disnea y dolor pleurítico (posiblemente también se siente en el extremo del hombro derecho).

infrecuente

ictericia

Solo unos pocos pacientes con absceso hepático padecen ictericia, que suele presentarse en etapas posteriores de la enfermedad.​​[3]

signos de derrame pleural en la zona inferior derecha

Pueden presentarse e incluir matidez a la percusión, ausencia de sonidos de la respiración, disminución del frémito táctil y de la transmisión vocal.

signos de shock

Indican enfermedades graves, a menudo con bacteriemia o colangitis.

ascitis

Es muy poco frecuente.

Factores de riesgo

Fuerte

enfermedad de las vías biliares

En varios estudios, las anomalías en las vías biliares resultaron ser la fuente más frecuente de absceso hepático piógeno (28%-43% de los pacientes).[4][7][18]

>50 años de edad

La media de edad al inicio es generalmente de 50 a 60 años.[8][15]

Las personas de ≥65 años tienen 10 veces más probabilidades de recibir un diagnóstico de absceso hepático, que las personas más jóvenes.[3]

neoplasia maligna subyacente

Aproximadamente entre el 10% y el 20% de las personas con absceso hepático presentan neoplasias malignas subyacentes en análisis retrospectivos.[15][18]

Las neoplasias malignas subyacentes (no solo de origen hepático) representan un riesgo relativo de 13.3 (IC del 95% 6.9 a 24.4) de absceso hepático.[3]

diabetes mellitus

Es un factor de riesgo importante, identificado en varios estudios.[3][15][18]

Está relacionado con un mayor riesgo de absceso hepático piógeno, con una razón de probabilidades de 3.6 (IC del 95% 2.9 a 4.5).[22]

procedimientos hepáticos o biliares intervencionistas

Puede ocurrir luego de intervenciones endoscópicas biliares (p. ej., esfinterotomía biliar endoscópica, colocación de stents) o después de otros procedimientos invasivos que afectan el hígado (p. ej., quimioembolización o ablación percutánea de neoplasias hepáticas, crioterapia hepática, derivación portosistémica intrahepática transyugular o incluso una biopsia hepática).[24]

vivir en una zona endémica de amebiasis o haberla visitado

La mayoría de los casos de amebiasis ocurre en América Central, América del Sur, África y Asia.[11]

En países desarrollados, se observan con mayor frecuencia casos de amebiasis (y abscesos hepáticos amebianos subsiguientes) en inmigrantes y viajeros de zonas endémicas.[2][12][13]

Débil

cirrosis

Está relacionada con un aumento de quince veces en la incidencia del absceso hepático piógeno, en comparación con pacientes que no padecen cirrosis.[23]

trasplante de hígado

No está bien definido como un factor de riesgo. En un estudio, se observó un riesgo relativo alto de absceso hepático en pacientes luego de un trasplante de hígado.[3]

La relación con el factor de riesgo es, en gran parte, una consecuencia de la trombosis de arteria hepática o la isquemia hepática, o se debe a una asociación con el bucle de Roux (que también constituye un riesgo en una situación sin trasplante).

alcoholismo

Puede aumentar el riesgo.[3]

sexo masculino

Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de desarrollar un absceso hepático piógeno, con un riesgo relativo de 2.6 (IC del 95% 1.5 a 4.6).[3]

enfermedad cardiopulmonar

Una enfermedad cardiopulmonar subyacente puede aumentar el riesgo.[15]

estado inmunocomprometido

Un inmunocompromiso subyacente puede aumentar el riesgo.[2]​ Estos pacientes tienen más probabilidades de desarrollar un absceso hepático fúngico, que las personas con un estado inmunitario normal.

traumatismo abdominal penetrante

Es una posible fuente de infección intrabdominal, que deriva en un absceso hepático.

enfermedad inflamatoria del intestino, pancreatitis, apendicitis, diverticulitis o peritonitis

La vena porta drena el tracto gastrointestinal, la vesícula biliar y el páncreas. Un absceso hepático piógeno puede ser provocado por una pileflebitis (inflamación de la vena porta) debido a estas afecciones.

bacteriemia, endocarditis u otra infección intravascular

Es una causa poco frecuente de absceso hepático.

mala dentición

La infección dental y los abscesos orales pueden ser la fuente inicial de infección que posteriormente conduce a un absceso hepático.[25][26]

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