Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

presencia de factores de riesgo

Entre los principales factores de riesgo se encuentran la edad >50 años, el sexo femenino, los antecedentes familiares de OA y una ocupación o deporte físicamente exigente.

dolor

El dolor en las articulaciones relacionado con la OA se asocia con actividades o carga de peso. El dolor articular no debe estar presente por la noche, excepto en la OA avanzada; si el paciente presenta dolor articular durante la noche se debe considerar un diagnóstico diferencial.

dificultades funcionales

Pueden existir dificultades funcionales, como una rodilla que cede o que se traba. Esto puede reflejar una alteración interna, como una ruptura parcial de meniscos o la presencia de un cuerpo suelto dentro de la articulación.

afectación de la rodilla, cadera, mano o columna

Las articulaciones comúnmente involucradas son la rodilla, la cadera, las manos y la columna lumbar y cervical.[3][75][78]

deformidades óseas

Estos son particularmente comunes en las manos y conducen al agrandamiento de las articulaciones interfalángicas proximales (IFP) (nódulos de Bouchard) y distales (IFD) (nódulos de Heberden), así como a la cuadratura de la base del pulgar (la primera articulación carpometacarpiana).[75]

En la osteoartritis (OA) avanzada de la rodilla, también puede haber formación ósea nueva, que ocasiona inflamaciones óseas alrededor de la articulación de la rodilla.[3]

rango de movimiento limitado

En la osteoartritis (OA) moderada a avanzada, se reduce tanto el rango de movimiento articular activo como el pasivo y generalmente esto se encuentra asociado con el dolor.

alineación incorrecta

La alineación incorrecta de los huesos es frecuente, en particular en la rodilla donde la osteoartritis (OA) ocasiona genu valgo (rodillas valgas) y rodillas varas (piernas arqueadas).[33] Además, una compresión en varo, que es un empeoramiento de la alineación en varo en una rodilla que soporta peso, parece empeorar aún más el riesgo de avance de la OA de rodilla medial.[32]

Otros factores de diagnóstico

común

sensibilidad a la palpación

La osteoartritis (OA) puede ocasionar sensibilidad local a la palpación sobre la línea de la articulación. La ubicación de la sensibilidad a la palpación puede ayudar a diferenciar la OA de otras estructuras locales que contribuyen al dolor, como la bursa de Pes Anserine en la rodilla y la bursa trocantérea mayor en la cadera.

crepitación

La crepitación es un crujido palpable y a veces audible, presente al realizar movimientos activos y pasivos de las articulaciones afectadas por la osteoartritis (OA).

infrecuente

rigidez

La rigidez matinal inicial está generalmente presente solo durante unos pocos minutos y, casi invariablemente por <30 minutos.[3][73]​​ Esto ayuda a diferenciar la osteoartritis (OA) de otras artritis inflamatorias, incluida la artritis reumatoide.

Una excepción es la OA inflamatoria de mano, que causa una rigidez más prominente durante las primeras etapas.

afectación de hombro, codo, muñeca o tobillo

Es menos probable que la osteoartritis (OA) afecte articulaciones como las del hombro, los codos, las muñecas o los tobillos, a menos que exista una lesión subyacente, un riesgo ocupacional u otra etiología.

derrame

Un derrame es líquido dentro de la cavidad articular. En la osteoartritis (OA), los derrames son generalmente pequeños y carecen de otros signos inflamatorios, como calor y enrojecimiento.

En la OA de rodilla, un derrame grande puede reflejar una alteración interna subyacente, como ruptura de meniscos, o una artritis inflamatoria, como gota o pseudogota.

marcha antálgica

Los pacientes con osteoartritis (OA) en las extremidades inferiores a menudo cojean debido al dolor (marcha antálgica), aunque la OA de la columna también puede ocasionar una cojera a consecuencia de debilidad, dolor de espalda o dolor radicular.

Factores de riesgo

Fuerte

>50 años de edad

El envejecimiento es el mayor factor de riesgo asociado a la osteoartritis (OA).[10][15]

El efecto del envejecimiento en la OA parece ser más pronunciado en las mujeres.[10] La incidencia aumenta bruscamente alrededor de los 50 años.[9][10]

En un estudio prospectivo de mujeres de una cohorte de población del Reino Unido, el grupo de mujeres de mayor edad (tercil superior) presentaba un mayor riesgo de padecer OA (odds ratio ajustada de 2:41).[49]

En un estudio longitudinal sobre el envejecimiento, la incidencia de las características radiográficas de la OA de la mano en los hombres aumentó con la edad.[50]

sexo femenino

Las mujeres se ven más afectadas que los hombres.[10][16][18][19] Sin embargo, la OA es una enfermedad común que afecta a ambos sexos.

obesidad

Tener sobrepeso o ser obeso aumenta el riesgo de OA; la asociación más fuerte es con la OA de la rodilla.[23][22]

En el estudio Framingham, el índice de masa corporal alto en la exploración inicial se asoció con un mayor riesgo de OA incidente.[51] Para las mujeres en el quintil de mayor sobrepeso, el riesgo relativo fue de 2.07.[52] Entre los hombres obesos que participaron en el estudio de Framingham, el riesgo relativo ajustado por edad de desarrollar OA fue de 1.51.[52]

factores genéticos

Estudios de mellizos y familias han indicado que la contribución genética para la osteoartritis (OA) es de aproximadamente un 40% a un 50%.[24][25]

Ciertos trastornos hereditarios asociados con la OA, como el síndrome de Stickler, son provocados por defectos en el colágeno tipo 2, pero la genética y los mecanismos en las otras formas de OA aún no se conocen bien.[53][54][55]

La OA de la mano es común en las hermanas de las personas afectadas por la OA.[24] Los nódulos de Heberden son más frecuentes en mujeres con antecedentes familiares de OA de la mano.[56]

anatomía y/o mala alineación de la articulación

La evidencia sugiere que la anatomía y/o mala alineación de la rodilla o la cadera aumentan el riesgo de desarrollo de OA y el posterior avance de la enfermedad.[26][28][31]​​​​[32][57]

ocupación/deporte físicamente exigente

La OA es común en los trabajadores manuales, y existe una fuerte asociación entre el aumento de la actividad física y la OA de las extremidades inferiores.[58][59][60]

La OA de rodilla es frecuente en mineros y la OA de cadera es frecuente en trabajadores agrícolas.[61] El trabajo y actividades pesadas pueden predisponer a articulaciones específicas a sufrir OA.

La evidencia sugiere que ciertos deportes como el correr, el levantamiento de pesas y la lucha libre están asociados con el desarrollo de la OA de la rodilla.[62]

después de un traumatismo/lesión

Un traumatismo previo en la articulación aumenta significativamente el riesgo de desarrollar OA.[22][63]

La prevalencia de la OA aumenta después de una reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA).[29][30][64]​​

La evidencia sugiere que la cronicidad más larga del desgarro del LCA y la edad avanzada en el momento de la cirugía se correlaciona positivamente con el desarrollo de OA, y que el desarrollo de OA en la rodilla ipsilateral es más probable que la OA en el lado contralateral después de la reconstrucción del LCA.[29][30]

Débil

alta densidad mineral ósea

Varios estudios informan de una mayor densidad mineral ósea en pacientes con OA de cadera y rodilla.[65][66][67]

Un seguimiento de ocho años del grupo de Framingham encontró que la OA secundaria (definida por la aparición de osteofitos) era la menor en personas con la densidad mineral ósea más baja.[16]

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