Complicaciones
La debilidad motora con falta de movilidad causa estasis venosa en las extremidades inferiores, lo que produce una trombosis venosa profunda.
Cuando la anticoagulación está contraindicada, colocar un filtro de la vena cava inferior reducirá el riesgo de embolia pulmonar.[9]
Entre las infecciones que se pueden prevenir, se incluyen la neumonía por aspiración, las infecciones urinarias y la celulitis de las úlceras por presión infectadas.
Las convulsiones pueden complicar hasta el 28% de las hemorragias intracerebrales y pueden desencadenar una epilepsia.[68] La mayoría de estas convulsiones se producen en las primeras 24 horas de la hemorragia.[9]
El riesgo es mayor con los sangrados corticales.
Los anticonvulsivos deben utilizarse para tratar las convulsiones clínicas y los pacientes con un cambio en su estado mental a los que se les detectan convulsiones electrográficas en el electroencefalograma.[9]
Al menos la mitad de los supervivientes de un ictus experimenta fatiga.[169] La fatiga posterior al accidente cerebrovascular afecta a la calidad de vida y ejerce un impacto negativo en las actividades diarias del paciente, como la disminución en la participación en actividades físicas y de rehabilitación.[169] Las personas con accidente cerebrovascular deben ser evaluadas y revisadas periódicamente para detectar fatiga posterior al accidente cerebrovascular, incluidos factores que podrían precipitar o exacerbar la fatiga (p. ej., depresión y ansiedad, trastornos del sueño, dolor) y estos factores deben abordarse en consecuencia. Los momentos adecuados para la revisión son el momento del alta hospitalaria y luego a intervalos regulares, incluso a los 6 meses y posteriormente anualmente.[32]
Es frecuente un período de delirio luego de la hemorragia intracerebral.
La disfagia relacionada con un accidente cerebrovascular puede dar lugar a una aspiración y a la consiguiente neumonía.[116]
Se recomienda realizar un cribado de disfagia en los pacientes con accidente cerebrovascular antes de la ingesta oral.[9]
Cuando se produce la neumonía por aspiración, el tratamiento incluye antibióticos y se considera la alimentación enteral.
Puede ser no comunicante (debido al bloqueo del flujo del líquido cefalorraquídeo [LCR]) o comunicante (debido al deterioro de la reabsorción del LCR por las granulaciones aracnoideas). Cualquiera de los dos tipos pueden causar complicaciones en la hemorragia intracerebral.
La colocación de un drenaje ventricular externo se indica plenamente.[9]
Algunos pacientes pueden requerir conversión a una derivación ventriculoperitoneal si no se restablece el flujo de LCR normal.
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