Discusión con el paciente

Es esencial destacar la importancia del regreso inmediato al servicio de urgencias si se presenta cualquier nuevo síntoma neurológico y la naturaleza urgente del tratamiento moderno de los accidentes cerebrovasculares. La resolución espontánea de los síntomas del AIT puede llevar a que se ignoren los síntomas del accidente cerebrovascular (en la creencia de que también se resolverán espontáneamente). Los pacientes y los cuidadores deben recibir una explicación de los síntomas más frecuentes de los accidentes cerebrovasculares, como debilidad unilateral o pérdida de la sensibilidad, pero también de las presentaciones menos frecuentes, como pérdida de la visión repentina, dificultades del habla o vértigo persistente repentino.

A todos los pacientes que hayan sufrido un AIT y sean capaces de realizar ejercicio físico se les debe recomendar encarecidamente que realicen al menos una actividad aeróbica de intensidad moderada durante un mínimo de 10 minutos 4 veces por semana o una actividad aeróbica de intensidad vigorosa durante un mínimo de 20 minutos 2 veces por semana.[21] Cuando esto no sea posible, los objetivos de actividad física del paciente deben adaptarse a su tolerancia al ejercicio, a su fase de recuperación, a su entorno, al soporte social disponible, a sus preferencias de actividad física y a sus deficiencias específicas, limitaciones de actividad y restricciones de participación. En los pacientes que permanecen sentados durante largos periodos de tiempo ininterrumpido a lo largo del día, puede que sea razonable recomendar que rompan el tiempo de sedentarismo con intervalos tan cortos como 3 minutos de bipedestación o ejercicio ligero cada 30 minutos para su salud cardiovascular.[21]

En pacientes con sobrepeso u obesidad, se recomienda perder peso.[21]

Se deberá recomendar enfáticamente a los fumadores que abandonen el hábito.[21] Se recomienda el asesoramiento con o sin terapia farmacológica (sustitución de nicotina, bupropión o vareniclina) para ayudar al abandono del tabaquismo. También se recomienda evitar el humo de tabaco ambiental (pasivo).[21]

Es razonable aconsejar a las personas que sigan una dieta de tipo mediterráneo, normalmente con énfasis en las grasas monoinsaturadas, los alimentos de origen vegetal y el consumo de pescado, con un alto contenido en aceite de oliva virgen extra o suplementos de frutos secos, en lugar de una dieta baja en grasas, para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular recurrente.[21] Para los pacientes con accidente cerebrovascular e hipertensión que actualmente no están restringiendo su ingesta de sodio de la dieta, es razonable recomendar que reduzcan su ingesta de sodio en al menos 1 g/d sodio (2.5 g/d sal) para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares (incluyendo el accidente cerebrovascular).[21]

Los pacientes deben recibir recomendaciones individualizadas sobre las actividades de alto riesgo, como conducir, basado en el riesgo temprano que presentan de sufrir un segundo accidente cerebrovascular.

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