Prevención primaria

Las ingestiones accidentales de sustancias tóxicas pueden evitarse al tomar las precauciones adecuadas para evitar el acceso a sustancias tóxicas. Las sustancias químicas deben almacenarse fuera del alcance de los niños. Los productos químicos líquidos deben almacenarse en sus envases originales, puesto que existen muchas bebidas que pueden parecer similares a los líquidos tóxicos (p. ej., el combustible para antorchas y el zumo de manzana, el etilenglicol y las bebidas de color verde neón). Los medicamentos deben almacenarse en una caja con llave o en un armario cerrado. Se debe proporcionar información a los cuidadores de atención primaria relacionados con estas intervenciones.

Es necesario ser consciente de los peligros domésticos que pueden no ser obvios, o que han evolucionado inesperadamente.

Por ejemplo, los desinfectantes para manos a base de alcohol se usan a menudo como sustituto del agua y el jabón para lavarse las manos. Los datos han demostrado que la ingestión involuntaria y voluntaria de estos desinfectantes para manos puede provocar efectos adversos para la salud, como hipoglucemia y convulsiones; por lo tanto, es preciso supervisar estrechamente a los niños que usan estos productos.[30] Aunque muchos cuerpos extraños ingeridos en el hogar son benignos, otros, como los objetos que contienen plomo, imanes y pilas de botón, pueden provocar daños catastróficos.[21] Consulte nuestro tema de Ingestión de cuerpos extraños para obtener más información.

Se ha informado que, tanto los niños pequeños (al explorar su entorno), como los adolescentes (debido al fenómeno del "Tide Pod Challenge") han ingerido cápsulas de detergente para la ropa.[22][31][32] Aunque la mayoría de las exposiciones fueron asintomáticas o solo provocaron daños menores, algunas tuvieron consecuencias clínicas importantes o graves.

Prevención secundaria

Todas las familias de los niños que acuden a un profesional de salud después de la ingestión de sustancias tóxicas deben recibir asesoramiento sobre un hogar "a prueba de venenos". Esta orientación debe incluir datos sobre cómo hacer del hogar un lugar más seguro al guardar los medicamentos bajo llave, retirar las sustancias potencialmente peligrosas del entorno de los niños y analizar prácticas de seguridad en el hogar, entre las que se incluye el abandono del hábito de fumar. Es posible que los servicios sociales deban evaluar la situación en el hogar si existe un patrón de ingestiones, ya sea en el mismo niño o en varios niños. Los adolescentes que han ingerido medicamentos o sustancias sin razones terapéuticas deben recibir asesoramiento sobre los riesgos y peligros de la toxicomanía. Los niños que han ingerido medicamentos en intentos suicidas necesitan intervención psiquiátrica. En los casos de toxicidad accidental por plomo, se deben realizar todos los esfuerzos necesarios para encontrar y tratar la fuente de exposición.

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