Prevención primaria

Los pacientes en riesgo de desarrollar dolor crónico, como aquellos con un trabajo de alto riesgo, pueden beneficiarse de lo siguiente:

  • Indicación de realizar fisioterapia y ergoterapia para desarrollar un programa de acondicionamiento general

  • Ergonomía

  • Mecanismos corporales adecuados (p. ej. técnicas de carga, empuje y levantamiento)

  • Capacidades de ritmo para reducir el riesgo de desarrollar dolor crónico.

La analgesia preventiva y el control eficaz posoperatorio del dolor también pueden disminuir el desarrollo de dolor crónico posterior al procedimiento.

Las vacunas para la prevención del herpes zóster y su consiguiente neuralgia postherpética están aprobadas (a menos que estén contraindicadas) para todas las personas mayores de 50 años y para los adultos mayores de 18 años que tengan un mayor riesgo de padecer herpes zóster debido a una inmunodeficiencia o a una inmunosupresión causada por una enfermedad o tratamiento conocido.[34][35] Consulte las recomendaciones locales para la prevención del herpes zóster.

Prevención secundaria

Los pacientes deberán incorporar unos ritmos de actividad diaria adecuados así como la incorporación de mecánicas corporales (p. ej. técnicas de levantamiento y técnica de empuje y tire adecuadas) para evitar desarrollar reagudizaciones de dolor.

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