Prevención primaria

Entre las estrategias de prevención se incluyen el control del nivel de población animal, la presentación de informes sobre mordeduras, y la educación de los propietarios y el público.[5][35]​​​ Para las familias que estén considerando la posibilidad de adquirir un perro como mascota, una raza menos agresiva puede reducir el riesgo de mordedura. La instrucción con ayuda de perros vivos parece facilitar un comportamiento más seguro por parte de los niños en relación a los perros, mientras que el conocimiento sobre el riesgo y la prevención de la mordedura de perro puede mejorar con la formación mediante vídeos.[36]

La educación debe incluir recomendaciones como las siguientes:[37]

  • trate a los perros con respeto

  • nunca se acerque a un perro desconocido

  • no moleste ni atormente a un perro

  • evite correr y gritar alrededor de un perro

  • evite el contacto directo con los ojos de un perro

  • no moleste a un perro que está comiendo, durmiendo o cuidando a sus cachorros

  • no juegue con un perro sin que un adulto esté presente

  • no acaricie a un perro sin dejar que primero le huela

  • permanezca quieto, 'como un árbol', cuando se le acerca un perro

  • permanezca quieto 'como un tronco' si le derriba.

Además, las mascotas deben estar debidamente vacunadas. CDC: rabies (patient information) Opens in new window

Prevención secundaria

Las estrategias de prevención secundaria son parecidas a las de prevención primaria. La educación del paciente es esencial.[65] Los informes de salud pública, el control de la población animal mediante su correcta identificación y el control de los animales problemáticos pueden ayudar a reducir la incidencia de las mordeduras de animales.[5][35]

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