Etiología
Dado que la finalidad principal de los dientes y la mandíbula es matar a la presa, masticar la comida y la defensa, las lesiones por mordedura son especialmente eficientes a la hora de causar lesiones en los tejidos.
Se ha estudiado en profundidad la bacteriología de las heridas de animal infectadas. Las especies de Pasteurella como P multocida y P canis son las que se aíslan más frecuentemente.[14][15] Las siguientes bacterias más frecuentemente identificadas son especies de Streptococcus, Staphylococcus, Moraxella, Corynebacterium y Neisseria.[14] Los organismos menos comunes pero potencialmente invasivos incluyen Bergeyella zoohelcum, Capnocytophagacanimorsus, Blastomyces dermatitidis y Bartonella hensalae.[14][16]
Los organismos que más frecuentemente se encuentran en mordeduras de humanos infectadas son Streptococcus anginosis, Staphylococcus aureus, Eikenella corrodens, especies de Fusobacterium y Prevotella.[14][17] En las infecciones de mordeduras causadas por humanos se pueden encontrar bacterias productoras de betalactamasas.[17]
Otras enfermedades transmisibles a seres humanos son la rabia y las enfermedades específicas de animales, como la hepatitis B y el VIH transmisible de seres humanos, el virus del herpes B de primates no humanos y la fiebre por mordedura de rata (Streptobacillus o Streptococcus mitis).[18] Además, las heridas por mordedura son más propensas a infecciones por tétanos, y el tétanos es una complicación ampliamente reconocida. Véase Tétanos.
Fisiopatología
La fisiopatología guarda relación con el tipo de animal, los microorganismos específicos depositados en la herida y la ubicación anatómica. Además de la flora microbiana presente en la boca del animal causante de la mordedura, los agentes patógenos también se pueden originar en la piel de la víctima o en el entorno.
Los perros pueden ejercer una presión >3103 kPa (>450 libras por pulgada cuadrada) con sus mandíbulas y causar, por tanto, lesiones por aplastamiento y una desvitalización del tejido significativas, además de lesiones por laceraciones, heridas punzantes y avulsión (desgarro de tejido).[19][20] La fuerza de mordida de los gatos es más débil que la de los perros. Tienen dientes finos y afilados. El 85% de las heridas por mordedura de gato son heridas punzantes, que inoculan los organismos en el tejido en profundidad.[15] Las lesiones en el puño cerrado pueden ser particularmente graves. Debido a las altas fuerzas implicadas y a la delgadez de la piel, las mordeduras en el puño pueden conducir a desgarro de tendones, rotura de articulaciones o fracturas. La mortalidad por ataques de mamíferos es infrecuente.[4][9] En niños <10 años de edad, una de las principales causas de muerte tras el ataque de un perro es el desangramiento producido por un traumatismo carotídeo.[21]
Las lesiones por mordedura de humano son normalmente heridas producidas en peleas a puñetazos, en las que el puño acaba encajado entre los dientes dentro de la boca. Las mordeduras por oclusión son otro tipo frecuente de lesión. Estas lesiones ocurren generalmente en ambientes violentos y/o con un elevado consumo de alcohol o drogas, pero algunas mordeduras están relacionadas con los deportes y la actividad sexual. Las lesiones de las peleas a puñetazos suelen ser pequeñas, pero pueden ser bastante profundas por encima de las articulaciones metacarpofalángicas de la mano dominante. Las mordeduras por oclusión se pueden encontrar en cualquier lugar del cuerpo, pero las mujeres tienen más probabilidades de sufrir mordeduras en senos, genitales, piernas y brazos, mientras que los hombres tienden a sufrir estas lesiones en manos, brazos u hombros.[22]
Muchas heridas se pueden llegar a infectar. La mayoría de estas infecciones son polimicrobianas, con una mediana de 5 cepas aisladas por herida. En más del 50% de las mordeduras de gato y perro se ven implicadas bacterias aerobias y anaerobias.[23] Se estima que entre el 3 % y el 18 % de las mordeduras de perro se acaban infectando, y la mediana de tiempo que transcurre desde la mordedura hasta la infección es de 24 horas.[6][15] Debido a la alta tasa de heridas punzantes, las tasas de infección de las mordeduras de gato pueden llegar hasta 50 %, y la mediana de tiempo hasta que aparecen los primeros signos de infección es de 12 horas.[15][24] Las mordeduras de humano tienen una tasa global de infección que va del 10% al 50%.[22]
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