Abordaje
Es necesario realizar una evaluación minuciosa de la mordedura de un animal para valorar si hay infección y otras complicaciones potenciales.
Antecedentes
La información que pueda proporcionarse sobre el tipo de animal y sus características ayudará a evaluar el alcance de las lesiones, así como a determinar si son necesarios antibióticos profilácticos o un tratamiento antibiótico. Pregunte sobre el mecanismo del ataque (rasguño, mordisco único, mordiscos múltiples, mandíbula apretada con sacudidas), el momento de la lesión y las circunstancias del ataque.[10] Se deben dilucidar los factores del huésped, como inmunosupresión, antecedentes de diabetes mellitus, válvulas o articulaciones protésicas, hepatopatía y mastectomía o esplenectomía previas, que pueden predisponer a los pacientes a infecciones graves o de propagación rápida.[10][31]
Se debe establecer y documentar el estado de vacunación contra el tétanos y la rabia para poder determinar la necesidad de inmunización.[10] La vacunación antirrábica previa a la exposición se reserva para las personas con mayor riesgo de contraer la rabia.[18][28][29][38]
Se debe contactar con las autoridades sanitarias locales o con las autoridades de control de animales.
Para las mordeduras de humano, se debe realizar una evaluación del riesgo de hepatitis B y del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En niños con mordeduras, se debe considerar el maltrato o la negligencia infantil (p. ej., dejar a los niños con animales peligrosos). Las mordeduras humanas en adultos pueden ser el resultado de abuso físico o sexual.
Exploración física
Se deben monitorizar las constantes vitales, especialmente si hay un traumatismo extremo y/o sepsis resultantes de la mordedura. Las constantes vitales pueden ser inestables en estas situaciones.
Las heridas pueden ser de gran tamaño y causar deformidades estéticas o de tamaño pequeño y aparentemente poco profundas. Es necesario llevar a cabo una exploración detallada y una evaluación completa de las estructuras profundas y de la función. Se debe realizar una exploración física de los ganglios linfáticos. Se deben evaluar la función neurovascular y el rango de movimiento.[10] Algunas heridas pueden ser avulsiones (pérdida de piel) y el paciente se debe referir al cirujano adecuado, que en la mayoría de ocasiones será un cirujano plástico u ortopédico. La tenosinovitis de los flexores de la mano es una emergencia quirúrgica. Es posible que haya presencia de tejido necrótico, secreción purulenta, eritema, induración y fluctuación, que indican infección.
Es fundamental contar con una documentación clara de los hallazgos de la exploración, ya que los casos de mordeduras de animales pueden implicar litigios.
Análisis clínicos
Si hay presencia de signos de infección, se deben obtener cultivos de la herida. Estos resultados ayudarán a guiar el tratamiento, ya que en ocasiones se presentan microorganismos atípicos. Si hay sospecha de infección sistémica, se debe obtener un hemograma completo (HC) y hemocultivos. Es posible que sea necesario obtener una muestra de ADN como parte de una evaluación forense (p. ej., si hay sospecha de maltrato infantil).
Evaluación radiológica
Pueden ser necesarias radiografías si las lesiones se encuentran cerca de una articulación o un hueso, o para evaluar cuerpos extraños retenidos (p. ej., dientes), fracturas o aire en tejidos blandos o articulaciones.[10] Puede ser igualmente necesaria una fotografía de la herida como parte de una evaluación forense. Se puede requerir una angiografía para evaluar lesiones vasculares de lesiones penetrantes en el tórax, el cuello y el desfiladero torácico.
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