Complicaciones
Generalmente, las heridas por mordedura no permiten la visualización mediante una simple inspección para determinar posibles daños en estructuras más profundas. Cualquier sospecha justifica la remisión del paciente para su exploración (p. ej., el dolor con un movimiento resistido puede indicar la rotura parcial de un tendón).
Las heridas amplias o con complicaciones identificadas mediante una exploración física con o sin radiografía requieren el manejo de un especialista en cirugía.
Las complicaciones derivadas de estas heridas complejas son específicas del tipo de lesión y del manejo posterior.
La inoculación de organismos puede causar infección local y formación de abscesos. Estos pueden ser profundos y difíciles de determinar clínicamente. La ecografía puede ser una modalidad útil si existen dudas clínicas.
El ingreso hospitalario para el tratamiento parenteral se debe considerar especialmente para pacientes con enfermedades subyacentes graves o enfermedades inmunocomprometedoras. La opción de antibióticos empíricos se basa en la bacteriología de las heridas por mordedura y deben ser activos contra las especies de los géneros Pasteurella, Streptococcus y Staphylococcus, así como contra anaerobios. Ningún fármaco individual cubre todos los organismos posibles. Los antibióticos se deben iniciar una vez que se haya considerado necesaria la profilaxis o en el momento del diagnóstico clínico una vez obtenidos los cultivos y desbridada la herida.
No existen directrices estándares para la duración del tratamiento. En general, se administra un tratamiento profiláctico durante 5 a 7 días y, para las infecciones establecidas no complicadas, el tratamiento se administra generalmente durante 7 a 15 días.
La infección se puede propagar localmente de los tejidos blandos a un hueso, lo que puede conducir a osteomielitis.
El ingreso hospitalario para el tratamiento parenteral se debe considerar para pacientes con enfermedades subyacentes graves o enfermedades inmunocomprometedoras. La opción de antibióticos empíricos se basa en la bacteriología de las heridas por mordedura y deben ser activos contra las especies de los géneros Pasteurella, Streptococcus y Staphylococcus, así como contra anaerobios. Ningún fármaco individual cubre todos los organismos posibles. Los antibióticos se deben iniciar una vez que se haya considerado necesaria la profilaxis o en el momento del diagnóstico clínico una vez obtenidos los cultivos y desbridada la herida.
Se debe obtener un hemograma completo (HC) y hemocultivos. No existen directrices estándares para la duración del tratamiento. Puede que se tenga que administrar de manera continuada durante 4-6 semanas.
En personas susceptibles, la infección se puede extender a otro sitio y ser un foco de infección (p. ej. endocarditis).
Se recomienda el ingreso hospitalario para el tratamiento parenteral. La opción de antibióticos empíricos se basa en la bacteriología de las heridas por mordedura y deben ser activos contra las especies de los géneros Pasteurella, Streptococcus y Staphylococcus, así como contra anaerobios. Ningún fármaco individual cubre todos los organismos posibles. Los antibióticos se deben iniciar una vez que se haya considerado necesaria la profilaxis o en el momento del diagnóstico clínico una vez obtenidos los cultivos y desbridada la herida.
Se debe obtener un hemograma completo (HC) y hemocultivos. No existe una guía de práctica clínica estándar para la duración del tratamiento. Puede que se tenga que administrar de manera continuada durante 4-6 semanas.
La infección se puede propagar localmente desde los tejidos blandos y afectar a una articulación, lo que causaría artritis séptica.
Se recomienda el ingreso hospitalario para el tratamiento parenteral. La opción de antibióticos empíricos se basa en la bacteriología de las heridas por mordedura y deben ser activos contra las especies de los géneros Pasteurella, Streptococcus y Staphylococcus, así como contra anaerobios. Ningún fármaco individual cubre todos los organismos posibles. Los antibióticos se deben iniciar una vez que se haya considerado necesaria la profilaxis o en el momento del diagnóstico clínico una vez obtenidos los cultivos y desbridada la herida.
Se debe obtener un hemograma completo (HC) y hemocultivos. No existe una guía de práctica clínica estándar para la duración del tratamiento. Puede que se tenga que administrar de manera continuada durante 4-6 semanas.
Las infecciones que se producen como consecuencia de una mordedura se pueden propagar y dar lugar a una sepsis más generalizada, lo que depende de la virulencia del organismo y del estado inmunitario del huésped.
La sepsis puede avanzar rápidamente hasta producir una insuficiencia multiorgánica y shock, y, por lo general, es mortal. La supervivencia depende del reconocimiento temprano y de la intervención inmediata con antibioticoterapia empírica de amplio espectro, que debe administrarse dentro de la hora siguiente al reconocimiento de la sospecha de sepsis.
Las personas con heridas por mordedura causadas por ataques, particularmente por perros o humanos, pueden desarrollar un trastorno por estrés postraumático (TEPT).[1] Alrededor del 5% de los pacientes pediátricos desarrollan un TEPT después de un ataque de un animal, y existe una asociación entre la gravedad de la herida y el desarrollo del TEPT.[62]
Los síntomas del trastorno por estrés postraumático son variados e incluyen reexperiencias, entumecimiento o desregulación emocional y alteraciones negativas en el estado de ánimo y el pensamiento.[63] Los síntomas pueden presentarse de manera diferente en pacientes pediátricos menores de 6 años.[64]
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